New York Day 9: Lincoln Center, AMNH, East Village
Último día entero en Nueva York. Comenzamos desayunando en el Europa Cafe, justo al lado de la parada de metro de nuestro hotel. Yo me tomé un capuccino y un blueberry muffin. Ni una cosa ni la otra estaba especialmente buena. Mr. Knook tomó leche con avena y plátano.
Lincoln Center
Ese día lo teníamos más libre, sin nada planeado. Como era el último aprovechamos para ver aquellos sitios que por darle prioridad a otros no habíamos visto Decidimos empezar visitando el Lincoln Center centro de artes escénicas como ballet, la filarmónica y la Metropolitan Opera House. En esta última echamos un vistazo a los precios de las entradas para la ópera, y no eran tan prohibitivas como yo pensaba. Decidí que la siguiente vez que fuese a Nueva York me haría con alguna.
Estaba en cartel la opera Anna Bolena. Hacía un par de días que se había estrenado, lo que sabíamos porque su estreno se retransmitió en directo en unas pantallas situadas en Times Square un día que estábamos por allí. Habían puesto sillas para la ocasión y unas personas repartían el programa. Si no hubiéramos estado tan cansados nos hubiéramos quedado. Dentro tenían la típica tienda de souvenirs pero relacionado con la ópera. Me encantó. Imitaciones de vestidos y joyas usados en las representaciones, chales, abrigos, ¡hasta prismáticos para poder ver la ópera!
La información de los eventos aparecía en una pared y después flotaba por las escaleras.
El Museo de Historia Natural
Después de la breve parada volvimos al metro para coger un tren rumbo al American Museum of Natural History (AMNH). Era una parada de las pequeñitas, según entras ya encuentras el andén.
El museo lo habíamos dejado para el final porque a ninguno de los dos nos hacía mucha gracia, pero como teníamos tiempo y todo el mundo lo recomienda allá fuimos. A pesar de lo que digan es un museo muy normalito y el edificio no es que sea gran cosa, casi prefiero el de Londres que por lo menos tiene un edificio chulo. Dentro del museo lo de siempre, unos cuantos fósiles, unos cuantos esqueletos, piedras preciosas. Nada que no hubiera visto antes.
Antes de entrar en el museo nos pasó algo gracioso. El edificio es bastante grande y tiene varias entradas. La principal está en Central Park West pero nosotros entramos por la opuesta y llegamos al hall sin entrada y sin que nadie nos dijera nada. Después pensamos que por allí no se entraba y salimos para entrar por la principal donde allí sí nos dieron las entradas ( no tuvimos que pagar nada con la New York Pass). Total, al final acabamos en el mismo hall donde estábamos antes. Parece que descubrimos un gran fallo de seguridad xD
Una vez dentro nos dedicamos a ver la zona de los dinosaurios y prescindimos del área de Asia, África, la evolución y demás que no tenía más que maquetas cutres.
Lo más divertido que vimos fue un antepasado del Hipnosapo, que conoceréis si sois seguidores de la serie Futurama. ¡Gloria al hipnosapo!
La tienda del museo molaba un montón:
Para comer nos acercamos hasta Luke's Lobster que quedaba cerca del museo. De camino se puso a llover, así que pedimos nuestros sandwichs de langosta, que estaban alucinantemente buenos, y esperamos a que escampara mientras nos lo comíamos.
Una vez más constatamos que todo tiene mejor pinta de lo que luego sabe.
También dimos un pequeño paseo por la zona del East Village.
La hamburguesas estaban muy buenas pero algo sosas.
Ni corto ni perezoso Mr. Knook le preguntó a nuestro camarero, que era muy simpático y nos había recomendado muy bien, como era el procedimiento. Nos explicó que primero viene el ticket con el importe de la comida. Tú les das la tarjeta y ellos te devuelven otro ticket donde pone el importe de la comida, otro apartado en blanco que pone "TIP" para que pongas la propina que quieres dejar y otro apartado en blanco "TOTAL" para que sumes ambos conceptos. Lo rellenas, coges tu tarjeta y te vas. Sí, como lo leéis, coges la tarjeta y ellos te hacen el cargo sin tu tarjeta. Raro, ¿¿eh?? Hemos pensado mucho cómo harán, si es que se quedan con los datos de la operación y hacen una nueva sólo por la propina, si la estiman...Tengo que buscar cómo lo hacen.
Os comento también como va el tema de las propinas: Normalmente el importe de la propina suele rondar entre el 15 y el 18% del importe de la comida. 20% si eres muy generoso. Para no liarse lo que se suele hacer es doblar el importe del impuesto (tax) que es de un 8% y ya está. Así dejas una propina de un 16% y no te complicas con los cálculos.
Todavía no queríamos volver al hotel, así que fuimos a pasear y acabamos de nuevo en el Rockefeller Center. Allí se me ocurrió que ya que habían desmontado el toldo podíamos aprovechar y desayunar al día siguiente en el Rock Center Café. Seguimos paseando por la 6ª y la 7ª avenida, disfrutando de nuestra última noche en Nueva York. Se hacía difícil irse. Muy difícil.
La estatua de Prometeo en Rockefeller Center
Después cogimos el metro dirección Rockefeller Center y para nuestra sorpresa estaban desmontando el horrible toldo que cubría la plaza. ¡Al fin podía ver la estatua de Prometeo y el famoso lugar donde se pone la pista de hielo en invierno!
En realidad lo que nosotros íbamos buscando era la famosa estatua de Robert Indiana, que a pesar de estar cerquísima del hotel y deambular por las calles cercanas nunca la habíamos visto. Después de varias vueltas sin encontrarla fuimos a preguntar al Moma donde nos dieron la dirección sin problemas, simplemente cruzando la calle. Y efectivamente, allí estaba:
A la búsqueda de unas UGG baratitas...
Cerca del Rockefeller entramos en varias tiendas en busca de unas Ugg, que era lo único que yo quería comprar allí porque me ahorraba un pasta. Ya sé que las botas no son preciosas pero no os imagináis cuánto se pueden helar los pies en invierno cuando pasas 8 horas sentadas en una oficina, por mucha calefacción que haya. En la tienda donde fuimos no las había, pero la chica que nos atendió nos dio la dirección de otra tienda donde tenían todos los tipos y modelos, un poco más abajo. Cogimos el metro y allá fuimos.
La tienda que nos recomendaron efectivamente tenía Ugg, así que me compré mis botas que me salieron por 166€ cuando en El Corte Inglés (único lugar de todo Santiago donde las venden) me costaban 269€. Me ahorré un dinerito, sí. Qué pena que al llegar a Santiago hubiese botas Ugg en absolutamente TODAS las zapaterías (caras siguen siendo, eso sí). Parece que se han puesto de moda por mi tierras y nos inundan los ojos con todo tipo de productos Ugg (botas, zapatillas de andar por casa, orejeras...). ¡Ya las tengo aburridas y aún no las estrené!. Espero que hayan valido la pena.
Al salir de la tienda se puso a diluviar, así que nos refugiamos debajo de unos andamios mientras tanto. Aunque llevábamos paraguas no teníamos nada que nos cubriera de la lluvia y estaba lloviendo mucho. Después de unos 10 o 15 minutos seguía sin escampar, así que corriendo fuimos hacia la parada de metro (qué bien viene el horrible calor del metro en estas situaciones para secarse un poco xD).
Pizza de chocolate en Max Brenner
El sandwich de langosta estaba muy rico, sí, pero era más bien un tentempié que una comida propiamente dicha, así que aprovechamos y volvimos a Max Brenner para degustar algún postre potente que nos llenara algo más. Yo pedí el crepe relleno de plátano y helado y Mr. Knook la pizza de chocolate con nubes gratinadas por encima.
Una vez más constatamos que todo tiene mejor pinta de lo que luego sabe.
Astor Place y East Village
Cuando salimos a la calle ya había dejado de llover e incluso salió el sol (el tiempo en esta ciudad es totalmente impredecible), así que cogimos el metro y nos acercamos hasta Astor Place, donde vimos el cubo (que se mueve).Intentando mover el cubo ¡y se podía! |
También dimos un pequeño paseo por la zona del East Village.
P.J. Clarke's, la hamburguesería de Sinatra
Como era nuestra última noche en la ciudad nos acercamos hasta P.J. Clarke's, un conocido local cuyas hamburguesas adoraba Frank Sinatra y que también sale en algún capítulo de Mad Men. Estaba a 3 pasos de nuestro hotel. Cuando llegamos estaba lleno de gente y Mr. Knook dijo que sería imposible entrar, pero al minuto nos dieron una mesa y nos pusimos a cenar. El local es muy acogedor, los manteles son de cuadros y la escasa iluminación se debe a unas falsas velas led.La hamburguesas estaban muy buenas pero algo sosas.
Cómo pagar la propina con tarjeta
Habíamos sido previsores y nos habíamos ido gastando casi todo el dinero en efectivo para no venir de vuelta con él, así que teníamos pensado pagar con tarjeta. El problema es que hasta entonces no habíamos tenido ningún problema con las propinas - siempre en efectivo- pero no sabíamos cómo había que hacer cuando pagas con tarjeta y la propina no está incluída.Ni corto ni perezoso Mr. Knook le preguntó a nuestro camarero, que era muy simpático y nos había recomendado muy bien, como era el procedimiento. Nos explicó que primero viene el ticket con el importe de la comida. Tú les das la tarjeta y ellos te devuelven otro ticket donde pone el importe de la comida, otro apartado en blanco que pone "TIP" para que pongas la propina que quieres dejar y otro apartado en blanco "TOTAL" para que sumes ambos conceptos. Lo rellenas, coges tu tarjeta y te vas. Sí, como lo leéis, coges la tarjeta y ellos te hacen el cargo sin tu tarjeta. Raro, ¿¿eh?? Hemos pensado mucho cómo harán, si es que se quedan con los datos de la operación y hacen una nueva sólo por la propina, si la estiman...Tengo que buscar cómo lo hacen.
Os comento también como va el tema de las propinas: Normalmente el importe de la propina suele rondar entre el 15 y el 18% del importe de la comida. 20% si eres muy generoso. Para no liarse lo que se suele hacer es doblar el importe del impuesto (tax) que es de un 8% y ya está. Así dejas una propina de un 16% y no te complicas con los cálculos.
Todavía no queríamos volver al hotel, así que fuimos a pasear y acabamos de nuevo en el Rockefeller Center. Allí se me ocurrió que ya que habían desmontado el toldo podíamos aprovechar y desayunar al día siguiente en el Rock Center Café. Seguimos paseando por la 6ª y la 7ª avenida, disfrutando de nuestra última noche en Nueva York. Se hacía difícil irse. Muy difícil.
2 comentarios
Justamente teníamos debate en casa esta semana sobre las propinas americanas, nos parece curioso que estén tan instauradas, aquí es más bien algo opcional. ¿Los precios en las cartas son más baratos que en España?
ResponderEliminarQue tengáis buena vuelta a la rutina post-vacacional
Bicos!
Anisor, lo de las propinas parece un rollo pero es de lo que viven. Algunos camareros pueden tener un sueldo fijo de 1$ y el resto es propina, así que literalmente viven de las propinas.
ResponderEliminarRespecto a los precios de las cartas depende del sitio, claro. En general sí son más baratos, nosotros comimos varias veces menú del día por 10$ + propina + tasas a parte (al final salían unos 12,4$) que para ser Nueva York está genial. Además con el tipo de cambio euro dolar salía aún más barato. Los sitios de desayuno y el aeropuerto sí son más baratos que en España. Un buen desayuno rico, abundante y con bebida incluida salía por unos 6€ persona al cambio.