Rusia día 4: Sergiev Posad (Monasterio Trinitario de San Sergio), Moscú (estaciones de Komsomolskaya, Kropotkinskaya, Kievskaya...) y tren a San Petersburgo
Camino a Sergiev Posad
Volvimos a madrugar. A las 07:45 sonó la alarma para que nos diese tiempo a desayunar, recoger todo y hacer el check-out en el hotel. Como el hotel nos quedaba muy a desmano de la estación de metro, la mejor opción era dejar las maletas en la estación de Leningradsky (Ленингра́дский вокза́л- Leningradsky vokzal), desde donde salía el tren a San Petersburgo. [Tip: La estación de tren desde la que parten los trenes a San Petersburgo se llama Leningradsky (Leningrado), antiguo nombre de la ciudad. La de los trenes a Kiev, Kiyevsky, Kazansky a Kazán. etc. Ojo! Porque la de Leningradsky se llama también Sankt Peterburg-Glavny, que es el nombre que suele aparecer en el billete]. Para llegar a la estación de Leningradsky hay que coger el metro hasta Novokuzneskaya, una de las estaciones más bonita de metro (más sobre esto más adelante). [Tip:Los nombres de las estaciones de tren suelen terminar en "y", mientras que las de metros suelen terminar en "ya"]Ese día teníamos pensado ir a visitar Sergiev Posad, una población a 70 kilómetros de Moscú, en el llamado "anillo de oro". Los trenes hacia ese destino parten desde la estación de Yaroslavsky (Яросла́вский вокза́л - Yaroslavsky vokzal). Desde esta estación parte también el Transiberiano. Al principio habíamos pensado dejar las maletas ahí, porque supusimos que siendo una de las estaciones con más tráfico de pasajeros las taquillas serían mejores. Pero una vez allí vimos que eran un hueco en la pared con un señor que las recogía y las entregaba y no nos inspiró confianza. Sobre todo porque si había 7 sitios de entrega sólo estaba abierto uno. Además había leído que había que tener cuidado porque las taquillas abrían y cerrabas a distintas horas, con lo que si la dejabas en el sitio equivocado podías encontrar la taquillla cerrada y acabar sin maleta. En la estación de Leningradsky había taquillas automáticas, así que confiamos en la tecnología mejor y decidimos dejarlas allí. Pero todas las estaciones estaban indicadas con letreros menos esa, así que perdimos unos cuantos minutos intentando averiguar cuál era.

Luego descubrimos que nos habíamos dejado la batería de repuesto en la maleta y hubo que volver a abrir la taquilla y volver a pagar. Con tanto trajín entre estaciones perdimos mucho tiempo y cuando fuimos a comprar el billete de tren a Sergiev Posad en la estación de Yaroslavsky, nos dijeron que el siguiente tren salía a las 12:04. Eran las 10:27 y el anterior acababa de salir a las 10:23, ¡lo habíamos perdido por tan poco!. La verdad es que no me había preocupado mucho, porque había leído en varios sitios que los trenes salían cada media hora y no pensé que hubiera problema. También había intentado buscar los horarios en internet, pero fue imposible. No nos quedó otra que comprar los billetes para esa hora, si es que queríamos ir. Todo esto después de intentar hacerle entender a las taquilleras a dónde queríamos ir, porque no entendían otra cosa que no fuera el ruso, y aunque Sergiev Posad lo entendían, no atinaban a decirnos el horario y no paraban de hacernos aspas con las manos para decirnos que no había más trenes, pero de ahí no pasábamos. Menos mal que una fue avispada y sabía dos o tres palabras en inglés, y cuando nos puso los horarios delante ya comprendimos que no había nada que hacer. Teníamos una hora y media por delante para matar el tiempo.
Salimos al exterior una vez más, y nos topamos con otra de las 7 hermanas en la que no nos habíamos ni fijado antes: el hotel Leningradskaya.

Detrás del mismo se vislumbraba otro rascacielos, aunque no estamos muy seguros de cuál era.

Luego nos metimos en un supermercado cercano para comprar la comida para comer en el tren, y evitar perder tiempo en destino buscando un restaurante. Lo único que encontramos fueron pirozhki. Cogimos 4 de diferentes rellenos y una vatrushka, un panecillo relleno de requesón.

Después nos familiarizamos un poco con la estación de tren, intentando descifrar la vía y el tren que teníamos que tomar. Por supuesto nuestro destino no aparecía en ningún lado, aunque estaba bastante segura de que teníamos que coger el tren dirección Aleksandrov. En el frontal del tren tan sólo ponía “Alek.” [Tip: En las estaciones de tren todos los letreros e indicaciones suelen estar en cirílico. Es práctico saber cómo se escribe cada ciudad en cirílico para no sufrir demasiado después.]

Hacía frío, y como el tren ya estaba en la estación decidimos montarnos, a pesar de que todavía faltaba media hora para la salida. Antes de entrar le preguntamos a una de las vendedoras que hacía guardia en la puerta si el tren iba a Sergiev Posad. Cuando nos dijo que sí nos metimos y nos sentamos donde nos pareció. Los trenes son bastante cutres, y aunque parecía que íbamos a ir casi solos, unos minutos antes de salir se llenó de gente.
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Esperando en el tren, casi vacío |
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Y después, a reventar |
La estación y sus alrededores son también muy cutres, y el día gris no ayudaba a verlo con mejor perspectiva. Además hacía mucho más frío que en Moscú. Tuvimos que echar mano de gorros y orejeras y guantes para aguantar el viento frío.

Monasterio Trinitario de San Sergio
Por fortuna el camino al Monasterio sí estaba bien indicado, y apenas estaba a 15 minutos andando en línea recta desde la estación. Unos pocos metros más allá se divisaba el conjunto desde un mirador:![]() |
Monasterio de San Sergio desde el mirador |
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Monasterio fortificado de San Sergio |
En todas partes habíamos leído que cobraban entrada, pero en esta ocasión, como en Novodevichy, tampoco nos pidieron nada. Aunque estaba claro que algo pasaba, porque había mucha gente y mucha policía a la entrada...
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Murallas del convento (tomada a última hora, no se aprecia la gente que había por al mañana). |

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Catedral de la Asunción |


Pero imaginad nuestra sorpresa cuando, embobados por los coloridos edificios y sus formas, empiezan a repicar las campanas de todas las iglesias y vemos que la gente empieza a correr y a formar un pasillo para dejar pasar a nada más ni nada menos que ¡al Patriarca de Rusia, Cirilo I!
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Séquito de monjes de Cirilo I. Los que llevan la cruz dorada son obispos, los de la plateada sacerdotes. |
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Cirilo I, con túnica verde y tocado blanco |
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Tumba de Boris Godunov |
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Una mujer besando un icono, al fondo |
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Iconostasio |
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Mujer besando el icono. A su derecha el paño para limpiar después. |
La iglesia era muy bonita pero pequeña, así que enseguida la vimos y pasamos a otra visita, la pequeña Capilla del Pozo. Su peculiar estilo y su decoración exterior, de pintura roja, llamaba la atención frente a la blanca catedral.
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La Capilla del Pozo |
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La sagrada fuente de la Capilla del Pozo |
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Detalle del techo de la capilla |


La Iglesia de San Sergio fue la siguiente visita. Éste me pareció el edificio más bonito de todos, porque era impresionante por dentro y por fuera. En el exterior llamaban la atención los colores y los pilares de la fachada:



Salimos para no molestar e intentamos visitar los otros edificios del recinto, pero no encontramos por ninguna parte los museos y palacios de los que hablaba la guía, y cuando encontrábamos algo estaba cerrado por obras. Lo único que nos faltaba por visitar era la Catedral de la Trinidad, justo en la que estaba el Patriarca y en la que estaba prohibido entrar hasta que el saliera. Lo bueno era que tenían wi-fi allí, en el medio y medio de la plaza, así que nos pudimos entretener a ratos. Lo malo era que hacía mucho frío y era imposible esperar fuera. No nos quedó más remedio que hacer tiempo en las iglesias, primero en la de la Asunción y después de nuevo en la de San Sergio, alternándolo con los ratos de frío fuera para no molestar mucho. Cuando acabó la misa en San Sergio, pudimos apreciar mejor su interior.

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Detalle de la decoración de la Iglesia de San Sergio |
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Iconostasio de la Iglesia de San Sergio |
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Señoras mostrando sus respetos al icono de delante (no, no se les había caído nada, es una reverencia) |
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Tumba de San Sergio, a la derecha. |


No teníamos muy claro que tren coger para volver. Todos acababan en Moscú, pero no sabíamos que parabas hacían por el camino, y nosotros queríamos uno que no se eternizase demasiado. Al final nos metimos en uno que salía a las 18 y llegamos a Moscú a las 19.30.
Tour por las estaciones de metro II
Nuestro tren no salía hasta las 23:30, así que teníamos todavía mucho tiempo por delante. Decidimos emplear ese tiempo para ver las estaciones de metro que nos faltaban.![]() |
Mapa de las estaciones visitadas. (Click para ampliar). |
Estación de Komsomolskaya
Empezamos por la estación de Komsomolskaya (Комсомóльская), para la mi la más impresionante de todas las que vimos. Esta estación recuerda la contrubición de la Joven Liga Comunista (Komsomol) a la construcción del metro.![]() |
Entrada a la estación de Komsomolskaya |
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Lámpara de la entrada |
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La estación tranquila |
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Y un minuto después, con los pasajeros desembarcando |
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Soldados ruso frente al Reichstag de Berlin, con una bandera de Lenin. |
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Más refrencias a Lenin, en este caso a su Mausoleo. |

Estación de Kievskaya
La estación de Kievskaya (Ки́евская) fue la siguiente parada en nuestra ruta del metro. Esta estación ensalza la amistad ruso-ucraniana (en buena hora con lo enemigos que son ahora mismo). La estación de la línea Koltsevaya cuenta con enormes mosaicos enmarcados en fastuosos marcos.![]() |
Estación de Kievskaya, línea Koltsevaya |


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Estación de Kievskaya, línea Arbatsko-Pokrovskaya |

Estación de Arbatskaya
La estación de Arbatskaya (Арба́тская) no era de las que venían destacadas en la guía, pero fue otra de nuestras favoritas por lo inusual de sus formas. Columnas con base de granito rojo con arcos muy marcados y unas impresionantes lámparas de bronce. La que vimos fue la estación de la línea Arbatsko-Pokrovskaya. Hay otra estación más con este nombre, la de la línea Filevskaya, pero no es tan bonita.
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Estación Arbatskaya |


Estación de Park Kultury
La sobria estación de Park Kultury (Парк Культу́ры) cuenta con medallones de mármol en las paredes que ensalzan el deporte y las actividades recreativas. El suelo ribeteado recuerde a una alfombra.![]() |
Estación de Park Kultury |
Estación de Novoslobodskaya
La estación de Novoslobodskaya (Новослобо́дская) tampoco estaba en nuestra guía, pero como en el metro había wifi, bastó una breve búsqueda para encontrar esta original estación adornada con 32 vidrieras iluminadas desde le interior.![]() |
Estación de Novoslobodskaya |

Estación de Kropotkinskaya
La sobria estación de Kropotkinskaya (Кропо́ткинская), está adornada con columnas de granito supuestamente inspiradas en el Templo de Karnak de Egipto. Su diseño ganó varios premios internacionales.![]() |
Estación de Kropotkinskaya |
Estación de Sportivnaya
La estación de Sportivnaya (Спорти́вная) está decorada con columnas en mármol blanco con líneas verdes. El techo es de azulejado de cemento labrado, en vez de yeso, y el suelo alterna baldosas grises, negras y rojas.![]() |
Estación de Sportivnaya |
Tren a San Petersburgo
Después de la visita al metro poco más teníamos que hacer salvo esperar la salida del tren. Volvimos a la estación de Leningradskiy, donde recogimos las maletas e hicimos tiempo en un café. Allí era donde mejor se estaba, porque en la estación hacía frío, y fuera bastante más. El panel que señalaba las llegadas y salidas de los trenes era un poco confuso y nos costó descifrarlo porque estaba casi todo en cirílico. Aunque distinguíamos el nombre del tren y la ciudad de destino, no acabábamos de comprender el número que aparecía al lado de cada tren, aunque estábamos casi seguros de que no era el número de vía. Al final localizamos nuestro tren por la hora de salida, e intentamos descifrar en el billete nuestro vagón con ayuda de un traductor de móvil.![]() |
Cartel informativo con las llegadas y salidas de los trenes. |
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Nuestro billete de tren. Nos costó localizar nuestro número de vagón entre tanta letra extranjera xD |
Cuando nos acercamos a nuestra vía descubrimos que el tren ya estaba allí parado, así que localizamos nuestro vagón para entrar. Para ello tuvimos que andar bastante, ya que el vagón estaba casi en el extremo contrario, y mientras íbamos viendo los distintos compartimentos iluminados, algunos ya con gente en su interior cambiándose de ropa, leyendo...
En el exterior de cada vagón hay un provodnikí (hombre o mujer) que controla la entrada. El nuestro era una mujer. Nos pidió los pasaportes y comprobó que nuestros nombres estaban en la lista para dejarnos pasar, recordándonos nuestro número de compartimento.
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Nuestro tren, el Express, a la izquierda con el provodniki delante de uno de los vagones |
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Pasillo del tren |

El interior de nuestro compartimento se componía de una mesa y dos sillones. Encima de la mesita estaba dispuesto el desayuno del día siguiente: naranjas, chocolate, yogures, magdalenas, pan... Pero la provodnikí vino a preguntarnos que queríamos beber. Desconfiamos un poco porque habíamos leído que las provodniki pasaban ofreciendo cosas y la gente las cogía pensando que eran gratis y después las cobraban y muy caras. De hecho, nada más entrar nos pusieron delante un plato de blinis con caviar que rechazamos amablemente. Por eso cuando preguntó por el desayuno dijimos que no queríamos nada, pero ella insistió diciendo "breakfast no money" y entonces nos decidimos. De entre las opciones que nos ofreció elegimos zumo de naranja.

Al lado de la mesita había un pequeño armario para dejar las maletas o colgar ropa, y a su lado un pequeño lavabo con toallas y jabón, escondido detrás de una puerta.
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Lavabo detrás de una puerta, con jabón y toallas. |
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La litera de arriba, plegada. |
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La litera de arriba, desplegada. Mr Knook, feliz. |
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El sillón de abajo transformado en cama. |
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El espacio de la cama de abajo |

Cuando arrancó el tren, a las 23:30, ya estábamos asentados y con el pijama puesto y todo. Yo iba a dormir en un principio en la cama de abajo, por aquello de que si me quería levantar al baño por la noche no tuviera que andar bajando la escalera (Mr. Knook entra en hibernación al minuto de tocar la cama y no se depierta hasta la mañana siguiente, pero yo no). Por desgracia el tren hacía ruido, y en la cama de abajo, aunque era más relajante el traqueteo, también se oía todo mucho más. Al final acabamos cambiando de cama. Nos costó dormirnos de la emoción, pero el traqueteo favorecía la relajación.

Horas después, en el medio de la noche, me desperté, y me alarmó un poco que el tren no traqueteaba. Parecía que no nos movíamos... Miré por la ventana y, efectivamente, estábamos parados en lo que parecía el medio de la nada. Me pareció de lo más extraño. Desperté a Mr. Knook para avisarle, pero no me hizo ni caso y siguió durmiendo como si no pasara nada. Yo intenté volver a dormirme también. Después de unos 10-15 minutos el tren se puso de nuevo en marcha, y yo volví a dormirme con el traqueteo.
2 comentarios
Que bien los TIPS!! Son detalled que ayudan a orientarse mejor ;)
ResponderEliminarMe siguen fascinando las estaciones....que bonitas!!
Saludos
Gracias Verónica, ese es el motivo de hacerlas, ayudar a los que vayan después :)
EliminarLas estaciones...¡una pasada! Y lo mejor es que la "entrada" sólo cuesta 40 céntimos d euro xD