País Vasco día 4: Hondarribia y San Juan de Luz

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Hondarribia

Nuestro segundo día en la zona de Guipúzcoa decidimos pasar del desayuno del hotel (que era malísimo) y buscar un sitio en nuestro primer destino: Hondarribia. Acertamos de pleno (Amona Margarita: mi crítica en Triapdvisor aquí) porque tomamos un desayuno natural y muy rico.
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Hondarribia (Fuenterrabía en castellano) se encuentra enclavada en la desembocadura del río Bidasoa, que hace de frontera natural con Francia. Con estos datos ya se puede entrever que es una ciudad muy orientada al mar y a la pesca.

Casco viejo

Cuenta con un casco viejo muy bien conservado que está rodeado por una muralla medieval,  al que accedimos por la Puerta de San Nicolás. Aunque la entrada principal -y la más bonita- es la Puerta de Santa María.
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Desde esta puerta se accede a San Nikolas Kalea o, lo que es lo mismo, la calle de San Nicolás. Nada más cruzar la muralla el paisaje es bien diferente: casa mucho más juntas, calles más estrechas y las características casas vascas con coloridos balcones de madera, muy bien coservados. Lo único que no nos gustó nada del casco viejo fue el pavimento, ¡totalmente imposible andar con el carrito! [Tip: Lo mejor para visitar el casco viejo con un bebé es portear ¡sin duda!]
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San Nikolas Kalea
Siguiendo la calle se llega a la Plaza de Armas, la plaza principal de la ciudad, en la que destaca el enorme Parador, antiguo Castillo de Carlos V. Aunque en realidad es más una fortaleza construida por Sancho de Pamplona en el siglo XI. Carlos V tan sólo ejecutó algunos trabajos de restauración.
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Castillo de Carlos V y actual Parador Nacional
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Plaza de Armas
De la Plaza de Armas parte la calle principal o Nagusia Kalea, donde se encuentran alguno de los edificios históricos de mayor importancia. Además la calle estaba engalanada para las fiestas de su patrona, la Virgen de Guadalupe, la semana siguiente.
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Nagusia Kalea
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Palacio Zuloaga, actual biblioteca
Nosotros básicamente nos perdimos por las calles, y así acabamos llegando también a la bonita Plaza Guipúzcoa.
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Plaza Guipúzcoa
Y para nuestra sorpresa con esto de las calles, acabamos saliendo del casco viejo por la Santiago Compostelako Kalea ¡qué coincidencia!
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La bonita calle de Santiago de Compostela
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Santiago Compostelako Kalea

La Marina

El resto del tiempo lo pasamos en el barrio de La Marina, muy recomendable también. A lo largo del Paseo de Butrón se puede respirar el mar y ver la otra ribera, Hendaya, ya territorio francés.
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Paseo de Butrón
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Puerto deportivo
La calle San Pedro es una de las más populares debido a su gran oferta de bares y restaurantes. Ese día también había una especie de mercado. Gran parte de las casas etaban decoradas con estandartes de su patrona, la Virgen de Guadalupe, y los bares de pintxos estaban a reventar de gente.
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Calle San Pedro

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Calle San Pedro, lleno de bares y restaurantes
Paramos a comer en uno de los sitios más recomendados (Gran Sol: mi crítica en Tripadvisor aquí) y fue todo un acierto, ¡estaba todo buenísimo! y además los pinchos eran muy variados, tanto en su versión fría como caliente.
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Nuestra selección de pintxos fríos
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Pintxos calientes

Isla de los Faisanes

Al acabar de comer pusimos rumbo a Saint Jean de Luz, pero antes pasamos por el condominio más pequeño del mundo: la Isla de los Faisanes. Se trata de una islita fluvial en medio del río Bidasoa cuya soberanía comparten Francia y España. En función de la época de año pertenece a una u otra, durante 6 meses. A pesar de lo anecdótico que resulta, no se puede visitar, o al menos no tiene forma "oficial" de hacerlo porque no hay puentes que conecten con ella, aunque me consta que alguno sí lo ha hecho.
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La Isla de los Faisanes, en foto rápida desde el coche.

Saint Jean de Luz

Para poder entrar en Francia tuvimos que pagar peaje, y al llegar a San Juan de Luz tuvimos que pagar para estacionar, y menos mal que encontramos sitio ¡estaba a tope! ya que se trata de un lugar de veraneo bastante popular. Saint Jean de Luz o San Juan de Luz es una pequeña comuna francesa muy tranquila y famosa por sus playas. Pero aunque ahora parezca tan tranquila, antiguamente fue temida porque era el hogar de los sanguinarios corsarios vascos, pescadores reconvertidos que intentaban ganarse la vida saqueando barcos.

Las calles más comerciales están llenas de tiendas que venden ropa y productos típicos tanto franceses como vascos. La calle principal es la peatonal Rue Gambetta. En esta calle se encuentra la iglesia de San Juan Bautista donde se casaron Luis XIV y María Teresa, infanta de España, unión que pondría fin al conflicto hispano-francés en relación con la Guerra de los Treinta años. Sin embargo, nosotros la pasamos por alto, ya que íbamos deambulando sin rumbo y las aplicaciones que llevábamos tampoco destacaban nada. No obstante, habiendo visto fotos a posteriori, parece bastante bonita y digna de ver.
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Rue Gambetta
Su puerto actualmente es más bien pequeño, cuando fue uno de los más grandes de Francia.
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Puerto
Pero sin duda su atracción principal es su enorme playa y el paseo que la rodea, con las casas de estilo vasco conectadas al mismo a través de un puente. A pesar de que existen otras playas la Grand Plage es sin duda la más concurrida. Se trata de una playa con un ambiente bastante familiar y resguardada donde es posible alquilar una caseta o sombrillas para pasar el rato y resguardarse del sol. Como el día estaba para ello, decidimos volver al coche, dejar el carrito de la niña y coger toallas y bañadores para pasar una relajada tarde de playa. Como la niña aún era muy pequeña, alquilamos una sombrilla para protegerla del sol.
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Los curiosos puentes que conectan las casas con el paseo
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Deportes varios y gente al sol
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Casetas alquilables
La verdad es que fue una gozada sumergirse en las cálidas aguas del cantábrico. Los 23ºC del mar (muy lejos de los 18ºC a los que acostumbran las aguas atlánticas gallegas) nos deleitaron y disfrutamos de un chapuzón bien largo ¡qué gustazo!.
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Para terminar la jornada cenamos (con el horario francés, a las ocho de la tarde) en un restaurante especializado en cocina regional vasca muy recomendable (Chez Pablo: mi crítica en Tripadvisor aquí).
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