Rusia día 1: Moscú (Plaza Roja, Kremlim, Catedral de Cristo Salvador, Galería de Arte Europeo y Americano, Museo Pushkin)
Probando los blinis para desayunar
Primer día en Moscú. Nos levantamos super temprano. Estábamos deseando salir a explorar la ciudad, así que a las 06:30 sonó la alarma para poder estar desayunando a primera hora. A las 07:00 de la mañana todavía no había nadie en la pequeña sala de desayunos del hotel, situada en el medio del pasillo. Agradecí que no nos hubieran dado una habitación por esa zona, porque tenían la tele puesta a todo trapo con un programa que no paraba de poner canciones típicas rusas.El desayuno era un poco pobre: huevos, salchichas, embutido, queso, pan, mantequilla y mermelada y blinis (блин). De beber té o café. Los blinis era lo mejor de todo el desayuno, son un cruce entre una tortita y una crepe o filloa y, como éstas, se pueden tomar dulces o saladas.
Blinis para desayunar ¡Ñam! |
Conociendo la Plaza Roja y el mundo subterráneo moscovita
Tras el desayuno pusimos rumbo al Kremlin, que iba a ser la primera visita del día. Pero antes descubrimos que en algunas calles no había pasos de cebra por donde cruzar la calle; y era bastante peligroso cruzar, ya que algunas de las calles de cinco carriles para cada sentido. Tras unos minutos investigando, descubrimos que había que ir por los pasos subterrános, que a su vez comunicaban con el metro. Y es que, como nos quedaría claro más adelante, el subsuelo es una parte importante de la vida cotidiana moscovita.Estos perejod (pronunciado pirijó) están indicados con una señal azul cuadrada y un hombrecito bajando unas escaleras. En su interior suele haber un montón de kioskos, tiendas de ropa erótico-festiva, de gorros y guantes, de medias, de zapatos, etc. Suelen ser bastante largos y suelen tener varias salidas a varias calles diferentes, uno diría que aquí es donde transcurre la vida diaria cuando el exterior está completamente nevado y con temperaturas bajo cero (incluso vimos varios centros comerciales subterráneos de varios pisos hacia abajo).
Salimos a la superficie al otro lado de la calle. La Plaza Roja estaba tan sólo a 10 minutos del hotel, y es que ambos se encuentran en Kitay-Gorod, el barrio más antiguo de Moscú. El día era gris y amenazaba lluvia, y a esas horas todavía tempranas el frío era considerable. De pronto nos topamos con la muralla roja del Kremlin y la parte de atrás de la Catedral de San Basilio. Nos llevamos un poco de chasco, porque esperábamos unas construcciones enormes y eran más bien pequeñas, especialmente al estar en un espacio tan amplio.
La Plaza Roja (Красная площадь -pronunciado Krásnaya plóshchad en ruso) era antiguamente un mercado a los pies del Kremlin. Estos puestos de madera ardían con suma facilidad, así que en el siglo XV, Iván III los mandó demoler para hacer la plaza. La Plaza es un monumento en sí misma, ya que es el verdadero corazón de Moscú. De aquí parten las calles principales, aquí se hacían las ejecuciones y se coronaban zares durante el zarismo; y más tarde se efectuaron los desfiles militares durante el comunismo. Krasnii, en origen, quería decir "bella", aunque luego pasó también a significar "roja" en idioma ruso.
Letrero con el nombre de la Plaza en ruso |
La torre del Salvador, con la fecha roja en lo alto |
El centro de la plaza con el mausoleo y las murallas a la izquierda |
Justo enfrente de la catedral, otro edificio de cuento, el Museo Histórico, que nos encantó a los dos y que llamaba la atención poderosamente por su color y sus formas.
Y cerrando todo el conjunto y en frente del mausoleo de Lenin, el líder espiritual del comunista ruso, el templo del capitalismo por excelencia: los grandes almacenes GUM.
Después de las fotitos de rigor continuamos en búsqueda de la taquilla del Kremlin, a través de los Jardines de Alejandro y pasando por delante de la Tumba del Soldado Desconocido, que conmemora los soldados caídos en la Gran Guerra Patria, contra la Alemania nazi.
Visitando el Kremlin
Al llegar a la puerta del Kremlin, aún tuvimos que esperar unos minutos a que abriesen las taquillas, a las 09:30. En general las entradas en Rusia son baratas y si eres estudiante se quedan casi en la mitad. Aprovechando que Mr. Knook volvía a estudiar, pedimos el carnet internacional de estudiante (ISIC), que por 10€ nos ahorró mucha pasta durante todo el viaje. En mi caso la Escuela de Idiomas no nos proporciona un carnet decente (es de cartón cutrecillo, así que supuse que no serviría porque los piden plastificados) ni sirve tampoco para obtener el ISIC, así que me llevé uno viejo de la USC por si colaba, ya que no tenía fecha de caducidad. El caso es que coló en varios sitios, uno de ellos el Kremlin, así que obtuvimos tickets con entrada reducida para ver la Armería y las Iglesias del Kremlin. Allí cerca se encuentra también la consigna , ya que está prohibido acceder al interior con mochilas o bolsos grandes. Nosotros tuvimos que dejar la mochila de la cámara, y eso que es bastante pequeña.El Kremlin (Кремль) es la residencia oficial del Presidente de Rusia, es decir, de Putin. Del conjunto de edificios que lo conforman tan sólo una parte es accesible al público, entre ellos la Armería y la Plaza de las Catedrales. Fue construido en el siglo XIV y sirvió como residencia a los primeros zares.
Visitando la Armería del Kremlin
Como la Armería tenía un horario de visita más reducido, con pausa a mediodía, optamos por visitarla primero para evitar tiempos muertos. La entrada de las Iglesias y la de la Armería se hace por puertas diferentes, así que allá nos fuimos a hacer cola hasta casi la otra esquina de la muralla, a la torre Borovitskaya. Allí estuvimos haciendo cola casi una hora sin saber por qué, ya que a pesar de que abría a las 10:00 no nos dejaron pasar hasta casi las 11. Como había movimiento de policías en el interior, supusimos que habría algún evento, o alguna reunión con Putin. Otra opción es que nos hubiésemos quedado fuera del cupo de entrada (hay varios cupos de entrada al día), pero al ser la primera hora nos pareció imposible.La espera se hizo durilla, ya que hacía bastante frío (nada importante, había 8 grados o así, pero el viento era bastante frío y al estar parados se notaba más). Por fin nos dejaron pasar, eso sí, tras pasar un control de seguridad. Para colmo nos pasamos la puerta de entrada a la armería largo, ya que estaba indicada como "staff only" (¿?). Al final hicimos como unos locales que se metieron por la puerta y, efectivamente, esa era la entrada a la Armería ¡Genial indicada, oigan!
La Armería por fuera |
La Armería funcionaba como arsenal real y da muestra de las riquezas acumuladas de los zares a lo largo del tiempo. Básicamente lo que se puede ver en la armería es:
- Colección de artes decorativas: relojes, vajillas de oro y plata, huevos de Fabergé, trajes de zares y zarinas (el traje de coronación de Catalina la Grande, por ejemplo), coronas (la corona de Monómaco, símbolo de los zares), tronos...
- Colección de armas y armaduras fabricadas en los mismos talleres del Kremlin. Nada que destacar, al lado de las del Palacio Real de Madrid o las del Palacio de Topkapi no nos parecieron gran cosa.
- Colección de carrozas: Sólo por esto ya merece la pena toda la visita. La colección es totalmente impresionante. Las carrozas son espectaculares, grandísimas y fastuosas. Hay carrozas que son trineo para la nieve, las hay estilo barroco doradas que parecen las de la Cenicienta, más mundanas de madera y cuero, carrozas para niños... Nos sorprendió muy gratamente y nos tuvimos que aguantar las ganas de saltarnos las normas y meternos en una.
- Fondo de Diamantes del Estado (entrada a parte): Diamantes, coronas, cetros y fastuosas joyas como el diamante de Orlov.
Si tenéis curiosidad se puede hacer una visita virtual por el interior de la Armería aquí. Os recomiendo encarecidamente echar un vistazo a las carrozas. [Tip: En Rusia no hay Planta Baja, si no que se llama Primera Planta, hay que tenerlo en cuenta a la hora de visitar los sitios.]
Sólo por ver las carrozas vale la pena la entrada a la Armeria. Foto: Web del Kremlin |
Visitando las Iglesias del Kremlin
Terminada la visita a la Armería nos centramos en la visita a las Iglesias. Tuvimos suerte y el día había despejado bastante, así que el frío se hizo un poco más llevadero con el sol. Las iglesias no se pueden fotografiar por dentro y por fuera eran todas bastante parecidas. En cada una de las iglesias hay folletos en español que describen la arquitectura y las imágenes. La primera que visitamos fue la Catedral de la Anunciación. Esta catedral, del siglo XV, servía de capilla real y según algunos entendidos posee el mejor iconostasio de toda Rusia. El interior nos sorprendió mucho, ya que era la primera vez que pisábamos una iglesia ortodoxa. Los iconos y las imágenes cubrían todas las paredes de la iglesia, y como la misa es de pie, no había bancos ni nada que interrumpiera el paso. La iglesia se dividía en varios espacios o capillas, y era verdaderamente bonita. Se puede hacer una visita virtual por su interior aquí.Exterior de la Catedral de la Anunciación |
Catedral del Arcángel. En su interior se encuentran las tumbas de zares y príncipes de Moscú. |
Catedral de la Asunción |
Iglesia del Manto de la Virgen |
Campanario de Iván el Grande |
Finalizamos la visita visitando el Palacio del Patriarca, que alberga un Museo de la Vida en el siglo XVII y Artes Aplicadas. Esta fue la visita que menos nos convenció.
Desde la Plaza los guardias impedían seguir más allá (a la parte donde empezaba el senado y la residencia presidencial) así que dimos por finalizada la visita y salimos por la Torre de la Trinidad, por la cual se entra si sólo se quiere ver la parte de las Iglesias. Al final estuvimos casi 3 horas visitando el Kremlin, y ya eran las dos de la tarde. La cola que había fuera a esas horas era importante, pero ¡eh! por lo menos estaban al sol, no como nosotros xD
Colas para acceder al Kremlin por la parte de las Iglesias |
Murallas del Kremlin. Al fondo el edificio de la Armería. |
¡Que levante la mano quien haya leído algo de Dostoyevski! |
Un poco de comida típica rusa
Teníamos pensado ir al Museo Pushkin, pero había tanta cola que pasamos de largo y llegamos hasta la Catedral del Cristo Salvador. Justo a sus pies había un restaurante con bastante buena pinta, así que allí hicimos un alto para comer (Akademiya: mi crítica en Tripadvisor aquí). El restaurante era muy acogedor, y por el ambiente pensamos que también sería bastante caro, pero la verdad es que al final pagamos unos 20€ persona, que no está mal. La carta era a base de sopas, pizzas y tartas. Pedimos una crema de calabaza y un borsch (борщ), una sopa típica rusa a base de remolacha y que se suele acompañar con smetana (nata agria). No tenía mucha confianza en que me gustase el borsch, pero la verdad es que estaba muy rico. De segundo compartimos una pizza bastante rica también y de postre probamos el Птичье молоко (ptíchi malakó o Leche de pájaro) que era una especie de tarta de merengue y chocolate que no nos convenció nada.Borsch con smetana |
Ptichi malakó |
Catedral de Cristo Salvador
Tras la comida nos acercamos a la Catedral de Cristo Salvador. La iglesia primitiva, terminada en el siglo XIX, fue construida para conmemorar la liberación de Moscú de la Gran Armée napoleónica. Años después Stalin ordenó derribarla para construir el Palacio de los Soviets, un esperpento de 300 metros de altura coronada por una estatua de Lenin de 100 metros, que por fortuna nunca se llegó a construir. La Catedral fue levantada de nuevo en los años 90 y aquí tuvo lugar el funeral de Boris Yeltsin, primer presidente de la Federación Rusa. Es la sede del Patriarcado de Moscú y la iglesia más importante de la capital.El esperpéntico proyecto del Palacio de los Soviets. Foto: Wikipedia rusa |
Exterior de la Catedral del Cristo Salvador |
Interior de la catedral de Cristo Salvador. Foto: Wikipedia |
Galería de Arte Europeo y Americano de los s. XIX y XX.
Justo enfrente de la Catedral se encontraba la Galería de Arte Europeo y Americano de los s. XIX y XX, que pertenece al Museo Pushkin. Aprovechando que en este no había cola de entrada, fuimos a visitarlo. Aquí también coló mi carnet de estudiante, así que tuvimos reducción de precio. El museo era bastante chulo porque se trataba de tres plantas con galerías alrededor de una gran escalinata y salas dedicadas, entre otras corrientes, al impresionismo y el posimpresionismo: Van Gogh, Renoir, Cézanne, Gauguin, Matisse, Picasso o Kandisnsky por nombrar unos de los más conocidos. Salimos con muy buen sabor de boca.Museo Pushkin de Bellas Artes
La Galería estaba al lado del Museo Pushkin y al salir ya no había tanta cola, así que tras unos 10 minutos de espera accedimos al Museo Estatal Puskin de Bellas Artes. Este museo tiene piezas de la antigüedad clásica (momias egipcias, cerámica griega, esculturas romanas...), además de pinturas flamencas, italianas, francesas o españolas. Cuando llegamos y vimos una de las enormes salas y dada la falta de letreros informativos, decidimos pagar por una audioguía. Desgraciadamente, la augioguía no era demasiado informativa, así que a mitad de visita decidimos prescindir de ella. Nos fastidió bastante, porque no había sido nada barata.Fachada del Museo Estatal Pushkin. Foto: Wikipedia |
Arbat, Plaza Roja y vuelta al hotel
La calle Arbat quedaba cerca, así que nos acercamos hasta allí a pie para echar un vistazo a las tiendas de souvenirs, especialmente a las matrioskas. Había alguna que estaba bien de precio (sobre 25€ las matrioskas de 10 piezas y 10€ las de 5), pero sabíamos que las podíamos encontrar más baratas si buscábamos un poco más. Había también muchas referencias a los nazis y los soviets, gorros de (falsa) piel, etc.
Pusimos rumbo de vuelta a la Plaza Roja, que de noche tenía otro ambiente más especial, con todo iluminado. Entramos a la Plaza por la Puerta de la Resurrección o Puerta Ibérica, la única puerta por la que se accedía a la zona de Kitay-Gorod. Entre los arcos hay una minúscula iglesia.
La verdad es que por la noche la Plaza ganaba y mucho:
Nos decidimos a entrar en los Grandes Almacenes GUM (ГУМ), sólo para comprobar que era un templo dedicado al lujo más exclusivo, con tiendas de Chanel, Dior y demás grandes marcas que a nosotros no nos interesan nada y hasta nos repulsan.
De vuelta en el hotel pedimos la cena para llevar en un café de la esquina (Kofee Haus: mi crítica en Tripadvisor aquí): quesadillas y un club sandwich que estaban sorprendentemente buenos.
Ajedrez entre nazis y soviets |
La Puerta de la Resurrección o Puerta Ibérica |
Nos decidimos a entrar en los Grandes Almacenes GUM (ГУМ), sólo para comprobar que era un templo dedicado al lujo más exclusivo, con tiendas de Chanel, Dior y demás grandes marcas que a nosotros no nos interesan nada y hasta nos repulsan.
De vuelta en el hotel pedimos la cena para llevar en un café de la esquina (Kofee Haus: mi crítica en Tripadvisor aquí): quesadillas y un club sandwich que estaban sorprendentemente buenos.
3 comentarios
Mujer, no está nada mal el desayuno xD no se...quizás porque nosotros solemos ir ultimamente a lugares que ni tienen desayuno...pero vamos que tiene buena pinta xD
ResponderEliminarSi que dio de si el día!! O.O que de cosas vistéis!! muy chulo e interesante!
un saludo
Ay Verónica, no estaría mal si la habitación costase, pongamos 60€ la noche, pero rondando los 90€ (los hoteles más o menos decentes y más o menos bien situados rondaban esa cifra) le pido bastante más. Non é? ;)
Eliminarjajaja bueno si xD yo suelo ir a mas baratos jaja
Eliminara ver EEUU que hay alguno que no veas como se dispara U.U