Domingo de Pascua de relax
La jornada dominical comenzó desayunando un trozo de rosca de pascua bendecida el día anterior en la Święconka. Bueno, esa es la tradición, pero realmente no teníamos manera de saber si efectivamente ese bollo que el hotel nos ofrecía había sido bendecido o no... Además, tampoco estaba demasiado bueno, más bien algo rancio ya, aunque nos gustó el detalle.Ya sabíamos que iba a ser otra jornada "perdida", estaba todo cerrado e intentamos aprovechar el medio día que teníamos hasta que nos vinieran a buscar lo mejor que podíamos. Nos relajamos a las orillas del Vístula jugando con la peque y disfrutando de las vistas a Wawel por última vez. El día se prestaba a ello. Un sol radiante nos acompañaría toda la jornada.
Poco tiempo después de volver nos enteraríamos de que Cracovia es una de las ciudades más contaminadas de Europa debido al uso del carbón como calefactor, sin embargo, nosotros no notamos nada durante nuestra estancia. El cielo, el aire y el río nos dieron la impresión de estar muy limpios porque, al hacer tan buen tiempo, las calefacciones estaban apagadas.
Caminando por el centro de Cracovia nos topamos con una exhibición de la Semana Santa de Castilla y León que nos llamó la atención.
Al igual que en días anteriores, las calles estaban tomadas por locales y turistas. Las calesas de caballos recorrían las carreteras cortadas a los coches para transportar a algunos turistas. Las iglesias estaban también llenas de gente que acudía a la misa de pascua.
No hicimos mucho más que pasear y comer algo en la Plaza del Mercado. Allí probamos algunas de las viandas que se vendían en los puestos.
Una de las cosas que probamos fue un queso que servían ahumado que se podía acompañar de mermelada o bacon: oscypek.
Queso típico, sólo y con mermeladas |
Otra de las cosas fueron los pajda, una rebanada de pan campesino que servían con manteca y otros toppings de tu elección: cebolla, salchica, queso...
Puesto de pajda |
Una polaca con su pajda |
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