Japón Día 1: Tokio (Harajuku, parque Yoyogi y Shibuya)
Viene de aquí.
Primeras impresiones en Ueno
Después de hora y media en el Keisei por fin llegamos a Ueno a eso de las 14:00. Ueno es un distrito de Tokio famoso por el Parque Ueno. La zona era de lo más normalita y tranquila, con casitas bajas y poco tráfico. ¡Cualquiera diría que estábamos en Tokio! Moverse por las calles era de lo más difícil, puesto que no tienen nombre, bueno, sí tienen, pero no lo pone en ninguna parte, así que a efectos es lo mismo. Allí estábamos, con las maletas y totalmente desorientados, intentando llegar a nuestro hotel. En las calles de los alrededores del hotel casi no había aceras, así que andábamos por el medio de la calle porque no pasaban coches. Cuando pasó uno, se puso detrás de nosotros e iba a nuestro paso, sin pitar ni nada. Y así siguió hasta que alguien se dio cuenta y nos apartamos para dejarlo pasar, pero no sorprendió enormemente que ni pitase, ni gritase, ni nada de nada. Minutos después pasaba otro coche, esta vez estábamos ya subidos a la acera, y Mr. Knook puso un pie en la carretera (tan sólo un pie para sortear un obstáculo de la acera) y el coche hizo lo mismo que el anterior, se frenó y esperó a que se volviera a subir a la acera, a pesar de que tenía espacio suficiente para haber seguido su camino. Quedamos impresionados.Primeras impresiones en Tokio, todavía con la maleta a cuestas |
Desde lo alto del paso elevado nos quedó bien claro que estábamos en una gran ciudad, cuando el semáforo se puso en verde y un montón de gente se puso a cruzar:
La estación de Ueno estaba decorada con motivos del sakura, la flor del cerezo. Después nos enteraríamos que tiendas y calles cambian su decoración con las estaciones.
En la estación sólo había sitios de comida para llevar tipo bento. Nos metimos en una tienda y después de maravillarnos con todas las cosas distintas que había (galletitas, cajitas de bento, frutos secos, pastelitos de mil colores...aunque imposible saber que era cada cosa, ¡sólo estaban en japonés!) cogimos un par de cosas para comer en el hotel, pues ya era la hora del check-in.
Volvimos al hotel (New Izu: mi crítica en Tripadvisor aquí), y sí, las habitaciones ya estaban listas y habían subido nuestras maletas a la habitación.
Exterior del hotel, justo al lado de un Lawson ¡minipunto para el hote! |
Dimos cuenta de lo que habíamos comprado: una cajita de sushi (no tengo foto), una especie de gyozas gigantes rellenas de ¿cerdo? y unos pastelitos con forma de panda (símbolo de Ueno, ya que aquí hay un zoo con osos pandas) que estaban rellenos de una especie de leche condensada que no me gustó nada.
Las gyozas gigantes, a falta de otro nombre mejor |
Pastelitos |
Nos quitamos de encima todo lo que nos sobraba, yo me cambié las botas por unos tenis y bajamos de nuevo a la calle. Mientras esperábamos a que bajasen R. y B., nos fijamos más detalladamente en los alrededores del hotel.
¡Prohibido fumar mientras caminas! |
Nos llamaba mucho la atención que todos los cables estuviesen por fuera, no enterrados como suele ser lo normal. Esto es debido a que en caso de avería resulta más barata su reparación. A pesar de que están expuestos a tifones y tempestades que también provocan daños, sigue siendo más rentable levantar un poste que reparar todos los cables subterráneos en caso de seísmo.
Cables a simple vista en los edificios de Ueno |
Bollitos, sandwiches y todo tipo de comida preparada con empaquetados llamativos |
Sección de bebidas: impresionante |
Aprendiendo cómo funciona el metro
Una vez reunidos con B. y R. nos dirigimos a la estación de Ueno, a coger el metro dirección Harajuku.El metro funciona muy bien pero es un poco rollo entenderlo la primera vez. Por un lado hay líneas municipales (Toei, más caras) y líneas privadas (Tokyo Metro), y no vale el mismo pase para las dos, a no ser que compres un ticket combinado. También hay líneas de tren de Japan Railways (JR). Si no aciertas con el ticket o te bajas en una estación más lejana el torno no te dejará salir y tendrás que ir a una "Fare adjustement machine" con tu ticket a poner el dinero que falte. Al principio este sistema me pareció un poco lioso, pero al final me pareció muy práctico, puesto que aunque te equivoques siempre vas a acabar pagando lo necesario y vas a poder llegar a tu destino sin problemas. [Tip: El metro en Japón es bastante caro, así que es recomendable comprar alguna tarjeta de descuento, que acaba compensando].
Máquina de ajuste de tarifa o "Fare adjustement machine" |
A las 16:00 estábamos cogiendo la línea circular de JR, la mítica Yamanote, de color verde. Antes de montar le dije a Mr. Knook "Mírala bien, porque si algo vas a conocer cuando te vayas, será la Yamanote" (de hecho ahora a se nos cae una lagrimita cada vez que la vemos, ¡qué recuerdos!).
Los vagones verdes de la línea llamanote, que pasa aproximadamente cada minuto |
Algún cartelito del metro era muy revelador de lo que nos encontraríamos días después:
Cartel advirtiendo de los peligros de acercarse a las vías borracho |
Aglomeración de gente en la estación de Harakjuku |
La estación de Harajuko a la izquiera, ¿no os sorprende lo "tradicional" que parece? |
Parque Yoyogi y paseo por Shibuya
Japonesa retorciéndose en medio de la acera |
Recorrimos Omotesando, (sando es una calle que llega hasta un santuario o templo) una calle comercial que viene a ser como los Campos Elíseos o la Quinta Avenida de Tokyo. La verdad es que a mi no me llamó nada la atención, me esperaba otra cosa más imponente. Cuando llegamos a la mitad y viendo que carecía de interés para nosotros dimos vuelta e intentamos entrar en el Santuario Meiji pero estaban cerrando. Justo al lado de la estación y del santuario está el Parque Yoyogi, uno de los mayores de Tokio.
Frente al cartel de información del Parque Yoyogi |
Cuando empezó a anochecer dejamos Yoyogi para cruzar hasta la vecina Shibuya. Shibuya es el centro de entretenimiento de Tokyo junto con Shinjuku. Las luces de neón se hacían cada vez más presentes a medida que nos acercábamos, la zona estaba superanimada. No hacían más que pasar camiones con músicas pegadizas anunciando no se sabe muy bien qué, nosotros nos dejábamos maravillar por la cantidad de colores y sonidos que encontrábamos a cada paso.Llegamos al famoso cruce, que nos decepcionó a todos por igual, porque en la realidad no es tan impresionante como en las fotos. Nos lo habíamos imaginado enorme, y a pie de calle no parece tan grande ni que hubiera tanta gente.
Nos perdimos por las calles y nos asombramos con los letreros luminosos, la occidentalización de las caras en los anuncios y el antropomorfismo de todo que les encanta hacer.
Anuncios coloridos por todas partes |
Las mujeres de los anuncios solían tener ojos y rasgos bastante occidentalizados |
Los transportes públicos eran especialmente propensos a tener mascotas antropomórficas |
Al salir de cenar nos acercamos hasta la estatua de Hachiko, popular punto de encuentro justo en frente de la estación de Shibuya. Mucho más pequeña de lo que imaginábamos...
La Suica y el metro
Entramos en la estación para coger el metro al hotel, pero antes R. nos convenció a todos de comprar una Suica, una tarjeta de recarga para ir pagando los trayectos en metro sin tener que preocuparnos de coger un ticket de cada vez. La recarga inicial era de 2000Y, de los que 500 eran el depósito de la propia tarjeta, que te reembolsarían si la devolvías Ah! La Suica, ¡otra lagrimita al recordarla! Era como una especie de tarjeta de débito que además del metro servía también para pagar en muchas tiendas como los Lawson o los 7-Eleven, y que a nosotros también nos valió para días después para pagar el metro de Kyoto. [Tip: Este tipo de tarjetas no hacen descuento, pero evita colas al no tener que comprar un billete de cada vez y funcionan como un monedero electrónico que permiten pagar también en otros establecimientos. El uso de la Suica se ha extendido y se puede usar en todo el país (antes sólo funcionaba para determinadas regiones).]Yo me había quedado con un huequecito, así que al llegar al hotel me compré un par de dulces de postre en el Lawson y nos fuimos a dormir, habían pasado 36 horas desde la última vez que habíamos tocado una cama.
2 comentarios
Que recuerdos!!! a mi Ueno me encantaba como barrio para alojarnos...y la vidilla de ameyoko por las noches ^_^
ResponderEliminarcon el cruce de Shibuya nos pasólo mismo :S "me lo imaginaba mas grande" jajaja
lo de la comida, bueno supongo que al principio también te saturas un poco, pero luego le pillas el gustillo a analizar los restaurantes y acabas comiendo genial y barato ^_^
por cierto, que hotel era? Sardonyx? :S lahabitaciónla veo algo diferente...
A mi Ueno también me gustó mucho. La comida a partir de ahí fue maravillosa :)
ResponderEliminarEl hotel era el New Izu.