Edimburgo día 2: Castillo de Edimburgo y National Museum of Scotland
Entradas del Castillo de Edimburgo
En vista de lo que nos había pasado el día anterior (el sistema de entradas del castillo estaba caído y no se podía entrar salvo que tuvieras entrada ya reservada) decidimos reservar una hora online para visitar el castillo. El sistema había estado caído mucho tiempo y prácticamente hasta medianoche no pudimos comprar las entradas. Las cogimos con bastante margen, hacia mitad de la mañana, para poder ir con calma.
West Princes Street Gardens
Empezamos la jornada entonces paseando por Princes Street Gardens, esta vez por la parte oeste. El tiempo parecía que iba a acompañarnos, así que fue un paseo muy agradable. Además desde esta parte de los jardines hay una buena vista del Castillo de Edimburgo.
La histórica Ross Fountain lucía perfecta, después de su renovación en 2018. Se trata de una fuente de hierro del siglo XIX que en lo alto tiene cuatro figuras que representan las ciencias, industria, poesía y arte. Fue un regalo del fabricante de armas Daniel Ross a su ciudad, aunque murió poco antes de que estuviera instalada.
Ross Fountain |
Cercano a la fuente un divertido parque infantil en forma de castillo hizo las delicias de las niñas.
A su lado se alza la Iglesia parroquial de St. Cuthbert's, escondida entre los árboles, y que se cree que es la iglesia más antigua de Edimburgo. Se piensa que el sitio de la iglesia se remonta al siglo I a.c., si bien el edificio actual es del siglo XIX. Aquí se casó la escritora Agatha Christie con su segundo marido. No la pudimos visitar por encontrarse cerrada en ese momento.
Tiene adyacente el Cementerio de King's Stables Road, donde se encuentra enterrado el matemático John Napier. Seguramente os suene de los logaritmos (apellidados neperianos en su honor) entre otros avances de estas ciencias como el uso de la coma decimal.
Cementerio de King's Stables Road |
Un poco más arriba se encuentra la Iglesia de San Juan Evangelista, una iglesia episcopal escocesa, opuesta a la presbiteriana que es la norma por estas tierras. Data del siglo XIX y su interior es de estilo gótico y muy luminoso.
St. John's Scottish Episcopal Church |
Interior |
Al otro lado de la calle se alza el imponente The Caledonian, ahora el hotel de cinco estrellas Waldorf Astoria de Edimburgo, con su característica fachada de arenisca roja. Lo construyó la Caledonian Railway Company a principios del siglo XIX formando parte de la antigua estación de tren que había en Princes Street y rivalizaba con el North British Hotel (ahora Hotel Balmoral) de la North British Railway en el otro extremo de la calle.
Una estatua de uan vaca recordaba la Cow Parade que tuvo lugar en 2006. Detrás otra estatua de Oor Willie, protagonista de una tira cómica escocesa.
También había estatuas de jirafas por toda la ciudad como parte de una iniciativa de recaudación de fondos para la Real Sociedad Zoológica de Escocia (RZSS).
¿Tenemos una foto con cada una de las estatuas que encontramos? ¡Por supuesto! |
Castillo de Edimburgo
A poca distancia a pie estaba el Castillo de Edimburgo, aunque como sólo se puede acceder por la entrada de la Royal Mile dimos un poco de vuelta hasta encontrar la entrada. Antes paramos en un Pret-a-manger a coger bocatas y bebidas, ya que la hora de comer nos iba a pillar en el castillo. Una vez allí nos preparamos con nuestras entradas pero nadie nos las pidió. Entramos tranquilamente y nadie nos dijo nada, un poco extraño.
El Castillo de Edimburgo se construyó como fortaleza defensiva encima de un cuello volcánico conocido como Castle Rock. Fue el rey David I el que en el siglo XII convirtió a Edimburgo en capital y a partir de entonces dio uso al castillo como residencia real, si bien había tenido uso defensivo y militar anteriormente. En esta época la mayoría de las estructura eran de madera, aunque había una capilla y una iglesia de piedra. De ellas sólo se conserva una, la llamada Capilla de Santa Margarita, siendo este el edificio más antiguo de la ciudad.
El cañonazo de la una en punto
Habíamos llegado a la hora de ver el famoso cañonazo de las 13:00. Fuimos buscando la mejor panorámica para verlo, subiendo hasta la colina más alta del castillo. Desde allí también se divisaba toda la ciudad y el Mar del Norte.
Vista del mar del Norte y Princes Street |
Vista de diferentes monumentos de la ciudad |
Vista de la estación de ferrocarril, el hotel Balmoral y Calton Hill. |
Detalle de Princes Street Garden |
A la una en punto sonó la salva del cañón que, según se dice, es para poner en hora a la vez todos los relojes y no perder la famosa puntualidad británica.
Antes de meternos en los museos, aprovechamos que era la hora de comer para dar cuenta de nuestros bocatas sentandos sobre una roca. No fuimos los únicos, la mayoría de la gente había tenido la misma idea. Después comenzamos nuestra visita al castillo. Nos habían dado una audioguía pero era bastante mala y lenta, y nuestra visita tenía que ser un poco más rápida por culpa de las niñas. El castillo tiene muchísimo que ver (que te podrá interesar o no) y prácticamente requiere una visita de día entero si lo quieres ver todo. Nosotros lo vimos bastante por encima y aún así estuvimos 3 horas.
Murallas defensiva y museos militares
Nuestra visita comenzó por la zona de las murallas y la batería Argyle para después pasar a la prisión militar y los museos militares que exponían la historia de los Royal Scots o los Royal Scot Dragoons, el regimiento de infantería y el de caballería, respectivamente, en servicio más antiguo del ejército británico.
Great Hall, Royal Palace y Joyas de la Corona
Tanto The Great Hall, el Royal Palace y las joyas de la corona se encuentran en el corazón del castillo, Crown Square
Crown Square, con los apartamentos reales al frente y el gran salón a la derecha. |
The Great Hall o el Gran Salón se construyó en el siglo XVI para el rey James IV (Jacobo IV). Se trata de un gran salón rectangular pintado de rojo decorado con madera. Servía para llevar a cabo banquetes y otros eventos regios. En el siglo XVII, Oliver Cromwell, inglés antimonárquico, se hizo con el castillo. Este regio salón pasará entonces a servir como cuartel y hospital militar hasta el siglo XVIII. Hoy en día se exponen diversas armas y armaduras.
En la zona de la chimenea, arriba a mano derecha, hay una pequeña rejilla de metal conocida como Laird's Lug u "Oreja del señor". Un sistema de espionaje que consiste en una pequeña apertura en la pared del gran salón que se comunica con otro cuarto secreto y que permitía al rey escuchar las conversaciones cuando él no estaba presente.
Lair's Lugs arriba a la derecha. |
En un pequeño cojín nos llamó la atención una llave rodeada de placas conmemorativas con los nombres de distintos reyes. Se trata de un ritual simbólico que muestra la alianza de Escocia con el monarca reinante y en cada placa se conmemora una visita real. Se inicio en 1822 con el rey George IV que fue también el primero en hacer la visita oficial vestido con el tradicional kilt o falda escocesa siguiendo el consejo de Walter Scott.
En los Royal Apartmentos o Apartamentos Reales vivieron reyes y reinas. Aquí nació también James VI (Jacobo VI), primer monarca reinante de Escocia e Inglaterra unidas. La habitación exacta donde nació es n lugar muy popular, pero está cerrada ahora mismo a las visitas.
Aledaño a los apartamentos nos encontramos el Monumento Nacional a la Guerra de Escocia, quizá el monumento que más choca en este conjunto. Originalmente era una iglesia que después fue demolida para construir un cuartel. Este cuartel fue modificado para acoger este moderno monumento que data de 1927. En él se rinde homenaje a los escoceses que lucharon y murierion en la Primera y Segunda Guerra Mundial. En las paredes se encuentran los nombres de más de 180.000 personas.
Scottish National War Memorial |
El National War Museum o Museo Nacional de la Guerra fue, de hecho, una de las cosas que más me gustó de todo lo que vimos. En el se explicaban los orígenes de las fuerzas armadas escocesas desde su creación, su unión con Inglaterra y hasta el día de hoy. Me resultó muy interesante. Una de las cosas que contaba era que tras la unión con Inglaterra los highlanders, que eran los más pobres de entre los escoceses, se unieron en masa al ejército como forma de ganarse la vida. También cuenta la historia de sus uniformes, y de la llegada del versátil kilt hasta una de las divisiones de infantería como muestra el cuadro de Ian Eadie allí expuesto "La 51.ª División de las Tierras Altas planea El Alamein"
Terminamos nuestra visita al castillo con la sensación de que no había valido mucho la pena y de que podía estar mejor explicado. Desde luego, no nos pareció una visita imprescindible ni mucho menos.
National Museum of Scotland
Tras la visita al castillo fuimos al cercano National Museum of Scotland o Museo Nacional de Escocia. En realidad este museo son dos fusionados: el Museum of Scotland y el Royal Museum. Uno expone cultura e historia escocesa tocando geología, arquitectura, etc. y el otro que expone colecciones de ciencia, tecnología e historia natural. El acceso, como en todos los museos de Reino Unido, es gratuito.
Comenzamos por el primero que es el que te encuentras nada más entrar. Aquí puedes encontrar información sobre el pasado de Escocia o la tumba de María I de Escocia (para los amigos, Mary, Queen of Scots, omnipresente en todas las visitas).
Tumba de María I |
Después se pasa a la preciosa Grand Gallery ya del Royal Museum que tiene distintas actividades interactivas para explicar conceptos de física o química o historia natural.
La luminosa Gran Gallery |
Aquí se encuentra los restos disecados de la muy famosa oveja Dolly, el primer mamífero clonado del mundo que fue producido en el Instituto Roslin de Edimburgo.
No nos dios tiempo a ver mucho más porque el museo cerraba a las 17:00, así que tuvimos que marcharnos enseguida. Después paseamos un rato más por la ciudad y nos fuimos al hotel a cenar y a descansar cuando aún no había caído el sol.
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