Budapest día 4: Museo Nacional Húngaro, Mercado, Balneario Gellért
Museo Nacional de Hungría
Nuestro último día amaneció lluvioso y aprovechamos para visitar el Museo Nacional de Hungría. El edificio es de estilo neoclásico, aunque estaba en obras y no se podía apreciar bien. En él se expone la historia del país desde la prehistoria hasta la actualidad. No es un museo excesivamente grande, por lo que si se tiene interés es bastante recomendable.La exposición comienza por la prehistoria, mostrando los primeros asentamientos en estas tierras. Se expone, por ejemplo, la reconstrucción de una cueva del paleolítico, una cabaña de la época neolítica, artefactos de la edad de bronce y de la edad de hierro, de los romanos, etc.
En esta parte de la exposición se exponen también objetos de oro encontrados del periodo de las grandes migraciones. Se trata de un período que nosotros conocemos más por el de las "invasiones bárbaras", en las que pueblos tanto del este (como hunos y avaros) como del oeste (boyos de procedencia germánica) se asentaron en territorio húngaro. Hay piezas verdaderamente espectaculares como la diadema huna o los broches en forma de cigarra.
Detalle de la diadema de oro y pideras preciosas |
Detalle de los broches de cigarra |
Respecto a la arquitectura interior del edificio lo más llamativo es la enorme escalera decorada con frescos y tonos dorados:
En los sótanos del edificio se encuentran mosaicos y un lapidario romano de la época de Panonia, el nombre de la provincia con el que se conocían estas tierras cuando pertenecían al Imperio Romano.
Lapidario romano |
Mercado Central
Cerca del Museo se encuentra el Mercado Central, construido a finales del siglo XIX. Se trata de un mercado donde se pueden encontrar productos frescos como carnes, pescados y verduras y también mucha oferta de productos típicos orientada al turista como salamis, vinos tokaji y especias para el goulash como el pimentón. Además también se venden productos típicos no comestibles como textiles, juguetes, etc.Mercado central |
Interior del mercado |
Productos típicos a la derecha, principalmente, pimentón. |
Café New York
Los otros días habíamos pasado las comidas en cafeterías y con tentempiés donde nos cuadrase porque sentarse a comer implicaba perder más tiempo y las atracciones turísticas solían cerrar pronto, de esa manera aprovechábamos mejor el día y las horas de luz. Pero en este caso era nuestro último día, ya no nos quedaba mucho por ver y lo que nos quedaba no estaba sujeto a horarios, así que hicimos una comida más formal en el Café New YorkSe trata de un café muy frecuentado por los escritos de la época decorada en estilo renacentista italiano. Mr. Knook se sentía un poco fuera de lugar entre tanta pompa, pero luego los que estábamos allí éramos casi todo turistas, así que no era para tanto. Es verdad que la peque no paraba quieta, quería coger todo lo que había en la mesa y hubo que comer por turnos, pero el personal era muy majo y se acercaban a hacerle carantoñas y decirle cosas y los otros clientes también, así que por esa parte la cosa fue muy agradable (New York Cafe: mi crítica en Tripadvisor aquí).
Salón del café |
Detalle de la decoración |
Goulash y snitchel para comer |
Música en directo |
Decoración de la planta baja |
Instalaciones del hotel anexo |
Cerramiento del patio |
Balneario de Gellért
Tras la comida cogimos el metro para llegar hasta la Colina de Gellért. Según sales de la parada ya te encuentras el hotel mirando al Danubio, no tiene pérdida. El Balneario Gellért es, junto con el Szchenyi, el más famoso de Budapest y está anexo al hotel del mismo nombre. Su estilo es secesionista, por lo que llama la atención entre los demás edificios de corte más clásico.Fachada del hotel |
Entrada al balneario |
Suelo de mosaico |
Detalle del techo y las vidrieras |
Puente de la Libertad
Nuestro último destino fue el Puente de la Libertad. Lo cruzamos a pie para volver a la orilla de Pest desde Gellért, en Buda. Es un puente del finales del siglo XIX, que se encuentra al lado del Puente de Elizabeth (Sisi). Antiguamente se llamaba Puente de Francisco José (el emperador austro-húngaro). Es de estilo art nouveau y fue construido con motivo de las celebraciones del milenio. De todos los que cruzamos es el puente con más tráfico. De hecho, vimos un accidente justo a la entrada.El intenso tráfico del puente |
Con la niña bien a resguardo del viento |
Vistas |
0 comentarios