Patmos

El quinto día fue quizá el más relajado y prescindible. La parada era en Patmos, otra isla del Dodecaneso, como Rodas, muy cerca de la costa de Turquía (de hecho tuvimos que desactivar el roaming porque cogíamos señal turca, fuera de la UE, y por tanto, más caro). Es una isla muy pequeñita, de apenas 30 kilómetros cuadrados, pero muy famosa porque se supone que San Juan se retiró a esta isla a escribir el Apocalipsis, inspirado por Dios. Es por ello que hoy en día es un importante centro de peregrinación para los cristianos. El Monasterio construido en honor a San Juan y el centro histórico de Chora es Patrimonio de la Humanidad.

Desde el barco daba la impresión de ser una isla muy tranquila:

Tiene dos centros neurálgicos, Skala, donde está el puerto, y Chora, el punto más alto donde se encuentra el monasterio.

Chora

Nuestra excursión se centraba práctica y únicamente en el Monasterio. Nuestra guía era una chica rumana que, en comparación con las dos de los días anteriores, dejaba mucho que desear. Apenas hablaba español y las informaciones que nos daba eran poco interesantes y escasas.

La primera parada fue el Monasterio del Apocalipsis, donde se encuentra la Gruta del Apocalipsis y lugar en el que San Juan tuvo sus visiones y sus encuentros con Dios, fruto de los cuales nació el Apocalipsis.
 
Desde allí se podía ver el barco atracado en la lejanía y el pueblo de Skala, quizá las vistas fue lo que más nos gustó de esta visita:
Posteriormente nos dirijimos al Monasterio de San Juan, de carácter ortodoxo y que corona la isla. Fue fundado en el siglo XI por el monje Christodoulos. Se trata de una construcción fortificada con contrafuertes, para defenderse de los piratas y los turcos. Tras su fundación se convirtió en un importante centro de peregrinación cristiana, enriqueció la isla, y numerosos monjes acudían atraídos por su carácter sagrado.

El patio principal está abierto y adornado con diferentes arcos


A la izquierda se encuentra la capilla principal, adornada exteriormente con diversos frescos representando los milagros de San Juan:

Para poder entrar en ella se debe ir decorosamente vestidos, para lo cual los monjes en la entrada repartían telas para cubrirse tanto a hombres como a mujeres. Casualmente, a pesar de que yo llevaba un vestido de tirantes, no me dijeron nada y me dejaron entrar tal cual.

El interior de la capillla destaca por su iconostasio

Es un edificio singular, pues el conjunto cuenta con diferentes patios, terrazas y escaleras que se comunican entre sí y que también se pueden visitar:

 
Por úlitmo, también cuenta con un museo que guarda algunas reliquias y manuscritos antiguos:
 
La subida hasta el monasterio se realiza por una calle en pendiente en la cual podemos encontrar diferentes tiendas de recuerdos:

Desde allí también había buenas vistas de la isla:
 Poco más vimos de Chora, porque enseguida nos bajaron de nuevo a Skala, donde nos podíamos quedar a comer o a visitar el pueblo. Como para nosotros no tenía mucho más interés, pues eran todo comercios y restaurantes, decidimos volver al barco y tomarnos la tarde de relax.