Excursiones desde Múnich
Múnich está en un lugar privilegiado que permite hacer excursiones de un día por los alrededores. Algunas de las más conocidas son:
- Palacios del Rey Loco: Podemos elegir entre ir a conocer el Schloss Neuschwanstein en Füssen, el Palacio de Linderhof o el Palacio de Herrenchiemsee, en el lago Chiemsee. Nosotros conoceríamos el primero de ellos dos días después.
- Campo de concentración de Dachau: Sin duda una visita difícil para la que hay que ir preparado psicológicamente. Nosotros estando de Luna de Miel y habiendo visitado Sachsenhausen en Berlín preferimos evitarlo.
- Ciudades de Baviera como Regensburg (Ratisbona) cuyo caso histórico es patrimonio de la humanidad y Nürenberg (Nuremberg) que conserva un casco antiguo medieval y tiene un famoso mercadillo navideño. Nos quedamos con ganas de visitar las dos, quedará para otra vez.
- Ciudades austríacas como Salzburgo, ciudad de nacimiento de Mozart y con un casco antiguo patrimonio de la humanidad, o Innsbruck, la capital del Tirol en el corazón de los Alpes. Nos decantamos por Salzburgo porque teníamos muchas ganas desde que habíamos ido a Viena.
En tren a Salzburgo
Para llegar a Salzburgo nos decidimos por el tren. En concreto cogimos el Bayern ticket, el billete más barato pero que tiene la desventaja de que no se pueden coger trenes rápidos. Aún así compensaba porque nos salía a 25€, mientras que el ticket normal valía más del triple. Los trenes rápidos (tipo EC o RJ) pasan cada hora, mientras que el resto (tipo M) suele pasar cada dos horas. Tuvimos que mirar bien los horarios para ver cuáles nos venían bien y nos decidimos por ir en el de las 9:55 para no tener que madrugar mucho. El trayecto dura 1 hora y 50 minutos que sepasan bastante rápido viendo el paisaje alpino. Durante el viaje se desmayó una señora en el baño y tuvimos que parar en la estación más cercana para que pudiera recogerla la ambulancia com medida de precaución, aunque la señora ya había recuperado la consciencia y estaba bien. A pesar de ese pequeño incidente llegamos a Salzburgo sin retraso a las 12 de la mañana. Hacía muy buen día. Mientras que en Múnich había amanecido lloviznando en Salzburgo lucía el sol y las temperaturas eran muy altas, en torno a los 30ºC.
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Paisajes alpinos desde el vagón |
Salzburgo
Salzburgo es mundialmente conocida por ser la cuna de Mozart, su casco histórico barroco se encuentra muy bien conservado y es patrimonio de la humanidad y fue escenario de la famosa película "Sonrisas y Lágrimas (The Sound of Music)". Es una ciudad eminentemente cultural, con más de 4000 eventos al año, incluyendo los famosos Festivales de Salzburgo. La riqueza de la zona proviene de las minas de sal, de ahí su nombre.Palacio Mirabell y jardines
El tren nos dejó en la estación central, a un corto paseo del centro de la ciudad. De camino es difícil no toparse el Palacio de Mirabell y sus jardines, que en verano llaman muchísimo la atención. El Palacio de Mirabell fue construido en el siglo XVII y Mozart solía tocar aquí. Hoy en día todavía siguen haciéndose conciertos en la Sala de Mármol. También se usa como escenario de bodas o conferencias, y acoge las dependencias de la alcaldía de la ciudad.![]() |
Jardines y Palacio de Mirabell. Al fondo fortaleza de Hohensalzburg. |
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Salón de Mármol, usado como sala de conciertos |
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Salón de Mármol |
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Fuente de Pegaso |
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Jardines I |
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Jardines II |
Puente Makartsteg
El Puente Makarsteg conecta la zona nueva con la zona vieja. En este puente sobre el río Salzach los enamorados enganchan sus candados para después tirar la llave al río. A mi estas cosas me parecen una tontería, pero lo cierto es que el puente estaba llenísimo de candados.



Cuando llegamos a la zona vieja aprovechamos para comer algo. Una patata rellena y un brötchen de cerdo asado, mostaza y rábano picante (que se anunciaba como el mejor de la ciudad) sirvieron como tentempié en uno de los cafés cercanos. La patata no nos gustó nada, pero el bocata no estaba mal salvo cuando te tocaba un trozaco de rábano picante (Restaurante Sternbrau: mi crítica en Tripadvisor aquí).
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Brötchen y patata rellena |
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La cara que se te queda cuando te toca un trozo de rábano picante xD |
La calle Getreidegasse
La calle Getreidegasse es una de las calles más conocidas de Salzburgo. Se trata de una calle comercial que tiene la peculiar característica de que todos los letreros de tiendas y comercios son de hierro forjado. Cada uno tiene un estilo diferente y suelen tener motivos del comercio en cuestión.![]() |
Los característicos letreros de la calle |
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Letrero de una tienda de trajes típicos |
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Letrero de tienda de ropa con inspiración tradicional y de una cerrajería |
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Letrero de McDonald's |
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Letrero de Zara |
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Taller de paraguas |

También en esta calle se encuentra el antiguo ayuntamiento (altes rathaus) cuyo elemento más destacado es la pequeña torre que se usaba para vigilancia nocturna.


Justo enfrente se encuentra el Alter Markt, o la antigua plaza del mercado, donde tenía lugar el mercado de abastos semanal. La preside una fuente de base octogonal que data del siglo XV.

La Plaza de Mozart
La Plaza de Mozart (Mozartplatz) está dedicada, como su nombre indica, al hijo pródigo de la ciudad, por supuesto. Por ello preside la plaza una estatua en su honor erigida unos 50 años después de su muerte.
Residenzplatz
Prácticamente al lado se encuentra la Plaza de la Residencia (Residenzplatz). Aquí se encuentran muchos edificios emblemáticos. Por un lado se encuentra la enorme catedral, por otro la Residenz, el antiguo palacio de los obispos, presidido por la fuente más grande de la ciudad. En invierno se instala en esta plaza el mercadillo de navidad.

Catedral de Salzburgo
Justo al lado se encuentra la Catedral de Salzburgo (Salzburger Dom), la catedral barroca del siglo XVII, si bien fue fundada en el siglo VIII, destruida y reconstruida posteriormente a lo largo de los siglos. Mozart fue bautizado aquí, y también fue organista principal años más tarde. Por dentro es, sin duda, impresionante. Destaca la cúpula, la gigantesca nave y la riquísima decoración interior.![]() |
Entrada a la catedral |
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Interior de la catedral |
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Vista de la cúpula |
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Otra vista de la cúpula |
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Detalle de la ornamentación |

Fortaleza de Hohensalzburg
La Fortaleza de Hohensalzburg domina toda la ciudad, en lo alto de la colina. Fue eregida por un príncipe-arzobispo de la ciudad en el siglo XI con un diseño muy básico que se fue modificando y complicando con los años. Se puede visitar por dentro, hay unas habitaciones principesca y un museo, pero nosotros preferimos dedicar el tiempo a pasear y nos contentamos con subir hasta la entrada y ver las vistas.
Como la subida es muy empinada se puede hacer a pie o bien en funicular. Como la espera del funicular era muy larga subimos andando, pero llegamos arriba cansados porque se hace durillo.

Las vistas sin embargo merecen la pena, se ve casi toda la ciudad, con la catedral en primer plano y las distintas torres de diferentes iglesias, con las montañas al fondo. Una foto de postal.

Cementerio de San Pedro
Cuando inicias el camino de bajada para volver al centro casi sin querer te encuentras con la entrada de la Abadía de San Pedro y el Cementerio de San Pedro (Petersfriedhof), un pequeño cementerio con tumbas muy bonitas decoradas con forja, así como catacumbas excavadas en la roca. Las catacumbas se pueden visitar y también acceder a la capilla donde están enterrados diversos personajes ilustres de la ciudad. Nosotros optamos por sólo ver el cementerio, ya que para ver las catacumbas había que subir bastantes escaleras y yo con el calor que hacía estaba terriblemente cansada.

Iglesia Franciscana
La última parada de la visita a la ciudad fue la Iglesia de los Franciscanos (Franziskanerkirche), de la que destaca su mezcla de estilos, con una portada románica original encajada en un exterior barroco y un interior gótico que contiene el altar mayor de mármol rojo y blanco.![]() |
Detalle de la bóveda |
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Altar mayor |



Sin duda la visita a Salzburgo es una excursión más que recomendable, aunque a nosotros nos cuadró un día tan caluroso que hubo sitios que no pudimos ver ni aprovechar mucho por culpa del calor, razón por la cual también regresamos más temprano de lo previsto, estábamos hechos polvo.
Al llegar a la estación central de Munich aprovechamos para comprar algo para cenar, y decidimos probar los bretzel rellenos que estaban por todas partes. Probamos uno de cebollino y mantequilla y otro de jamón y queso, y la verdad es que los dos estaban muy buenos.

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