Grecía día 1: Embarque en el Píreo
Vuelo chárter a Atenas
Cuando decidimos hacer el crucero teníamos la opción de comprarlo con o sin vuelo desde Madrid. El precio del vuelo eran más o menos 100€ por persona, imbatible para ser pleno agosto y las conexiones desde Santiago nos salían mucho más caras, así que optamos por coger el vuelo.Volábamos con Iberia, pero al ser un vuelo chárter la información del número de vuelo y la posibilidad de hacer el check-in desde la página de Iberia no estaba disponible. En el aeropuerto los mostradores de facturación se encontraban en una zona aparte al final de la terminal, en donde sólo podían acceder las personas que íbamos a embarcar en el crucero.
Las maletas que facturásemos debían tener nuestro nombre por fuera con nuestro número de camarote (que te asignan al reservar el crucero). De esta forma no nos tendríamos que preocupar de recogerlas en destino, ya que la organización las enviaría directamente a nuestra habitación. Había varias personas encargadas de repartir las etiquetas por si no las tenías, y también te daban un folleto con las excursiones que se ofertaban, por si era de tu interés.
Tras pasar el filtro y esperar un rato embarcamos en un enorme Airbus 340 con 8 asientos por fila (2-4-2). Y no era el primero ni el último que salía con destino Atenas, lleno de pasajeros cruceristas. Y eso que nuestro barco era medianito tirando a pequeño...

Nos tocó un buen sitio en ventana y pasillo. El trayecto duraría unas 3 horas, más una de diferencia horaria.

Se incluía un pequeño almuerzo consistente en un bocata, un yogur, un mini kit kat y un bizcochito.

El entretenimiento a bordo no estaba mal, disponíamos de pantallas individuales donde ver películas, series, documentales, juegos, etc.

Habíamos sobrevolado todo el Mediterráneo prácticamente, y al acercarnos a Atenas pudimos empezara distinguir el paisaje, que nos sorprendió por lo poco verde que parecía.

Al aterrizar teníamos que buscar los carteles de la naviera, para reunirnos todos los pasajeros y que nos fuera distribuyendo en autobuses destino El Píreo, el mayor puerto de Grecia, a media hora de Atenas. [Tip: Dependiendo de la hora de llegada a destino se puede hacer la excursión de visita a Atenas ese día o hacerlo por tu cuenta].
Check-in en el crucero
Según llegamos al puerto nos fueron guiando a través de las instalaciones hacia la zona de embarque donde se encontraba el crucero. Primeramente se debe hacer el check-in enseñando tu pasaporte para que te den la tarjeta de tu habitación, que funciona también como medio de pago. También tienes que abrir una cuenta a bordo dando como garantía una tarjeta de crédito o bien con un depósito de 200€ en efectivo. Por último te hacen una foto para el control de entradas y salidas en las escalas.
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La tarjeta identificadora |
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Pasillo de los camarotes |
Camarote Junior Suite
Una vez hecho el check-in accedimos a nuestra habitación, una suite junior con un tamaño bastante decente, una cama grande, sofá cama y una terraza. Se encontraba en el penúltimo piso, la cubierta 10, así que teníamos buenas vistas y pocos ruidos.![]() |
Interior de la Suite |
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Desde la terraza de la suite |
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Ejemplo de tentempié que nos traían a diario gratuitamente |
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Ejemplo de diario de a bordo del primer día |
Explorando el crucero
Tras la reunión nos dedicamos a explorar el barco, el Horizon de Pullmantur. Era nuestra primera vez en un crucero y todo nos llamaba la atención. Aunque es un crucero "mediano" tiene cabida para casi 2.000 personas entre pasajeros y tripulación. El crucero tiene 12 cubiertas y en cada una hay 3 escaleras y ascensores repartidas en proa, popa y centro del crucero. El hecho de que hubiera ascensores me dejó atónita, no me lo esperaba para nada.
La cubierta 12 tenía un pequeño bar llamado L'annexe y espacio de tumbonas con vistas a la piscina, mientras que en la cubierta 11 se encontraban las propias piscinas, el restaurante buffet libre, la terraza-grill y un pequeño pub llamado Zephir. También se encontraban en esta cubierta las suite más caras, las suite deluxe.
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Vistas de la piscina desde la cubierta 12 |
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El restaurante buffet "Le marché gourmand" |
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La terraza y el buffet "The Grill" |
En la cubierta 10 se encontraban las juniors suite así como otros camarotes normales, mientras que la cubierta 9 se dedicaba por completo a camarotes tanto exteriores como interiores.
En la cubierta 8 era donde había más cosas. Aquí encontramos las tiendas, la sala de cartas, el casino, la biblioteca, el teatro, un club de música o un café. También aquí se encontraba nuestro Club The Waves, único punto del barco desde donde teníamos wi-fi gratuito. Sin embargo el ambiente era tan incómodo (por lo servicial de los camareros y el elitismo de pertenecer al club) que casi al final no entramos casi nunca. Acabábamos por ir a la biblioteca que se encuentra al lado y desde donde nos llegaba el wifi del club.
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La tienda duty-free vendía comida, artículos de aseo esenciales y algo de ropa |
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Vista del interior de la tienda |
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Un concierto en el Club Saphire |
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El café Moka |
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El casino del crucero, que casi siempre estaba vacío |

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Conectada al wi-fi del club desde la biblioteca |
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El teatro de mañana, esperando los números para las excursioens |
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Un espectáculo en el teatro por la noche |
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Espacio privado para desayuno para uso de miembros "The Waves" |
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Rincón de fotos |
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El restaurante principal |


Lo malo de haber reservado tan tarde el crucero fue que el único turno libre que quedaba para la cena era el primer turno, a las 19:30, que se nos hacía muy temprano porque solíamos acabar las excursiones a las 3 de la tarde y comíamos por tanto tarde también, así que acabábamos cenando sobre las 21 en el buffet de arriba, porque en el restaurante pasadas las 20:00 ya no te dejaban entrar.
El día de embarque se suele hacer un simulacro de emergencia, en nuestro caso se hizo a las 22:15 y teníamos las instrucciones sobre cómo ponerse el chaleco salvavidas o cuál era nuestro punto de reunión tanto en el diario de a bordo, como en la puerta del camarote. Además se daban avisos por megafonía que se oía en el interior de los camarotes y en cualquier parte del barco. Como era previsible mucha gente se lo tomó a guasa y pasaban de las instrucciones y de hacer lo que se mandaba por megafonía.

Pasado el ejercicio decidimos volver al camarote y relajarnos en la terraza, donde nos habían dejado champán y trufas para celebrar que éramos recién casados :)



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