Milán día 3: Cementerio Monumental y Bérgamo
Cementerio Monumental
Ese día visitaríamos Bérgamo, pero antes aprovechamos para hacer una visita al Cementerio Monumental de Milán. Como abría muy temprano apenas nos quitaría tiempo y era el día que mejor nos venía para verlo. Este enorme cementerio es famoso por sus monumentales tumbas y panteones familiares. Había mucha niebla, y apenas se distinguía nada a dos metros, perfecto para visitar el cementerio xD. El cementerio es bastante extenso, así que es buena idea llevar un mapa para no perderse, que puede obtenerse en la oficina de información, a la entrada del cementerio. [Tip: El cementerio abre a las 8:00 pero la oficina de información donde se pueden conseguir el mapa no abre hasta las 9:30]Entrada al cementerio, completamente cubierto de niebla |
Exterior del famedio |
Laterales del famedio |
Decoración interior del famedio |
Detalle de la decoración |
Cúpula |
También las tumbas individuales estaban exquisitamente decoradas con diferentes esculturas de bronce o de mármol.
Representación de la última cena, de la familia Campari (sí, la del aperitivo alcohólico) |
Aparte de esta entrada que es la principal, hay dos entradas más a cada lado, una para los judíos y otra para los agnóstico. Como ya nos habíamos entretenido demasiado, ya no los visitamos.
Bérgamo
La visita que nos ocuparía el resto del día era la ciudad de Bérgamo, que se encuentra a tan sólo una hora de Milán. Desde Milán se puede ir a muchos destinos interesantes como Pavía, Verona, los lagos, Mantua, Parma... Pero como queríamos un trayecto corto para que no fuera mucha paliza (por si me pasaba algo o me cansaba mucho) nos decidimos por Bérgamo que era la más cercana e interesante.En tren a Bérgamo
Desde la estación central sacamos los billetes en una de las máquinas cercanas al andén. Nos hicieron elegir la hora de salida del tren, pero una vez obtenidos los billetes no aparecía en ninguna parte la hora, así que suponemos que podemos coger cualquier tren, como siempre. Eso sí, como no tiene asiento reservado tuvimos que validarlo antes de subir en unas máquinas que estampan la fecha y la hora que había al principio de cada andén. En tan sólo una hora llegamos a destino. Durante el trayecto pasamos por el sitio donde había descarrilado un tren causando cientos de heridos y varios muertos hacía pocos días, y ver los restos de la tragedia nos dio escalofríos.Al llegar a Bérgamo en tren se llega a la ciudad baja (Città Bassa) y no éramos capaces de encontrar la parada de bus que llevaba al centro histórico, que está en la ciudad alta (Città Alta). Perdimos 20 minutos buscando, y eso que teníamos la estación de autobuses justo enfrente. Pero por lo visto de allí solo salían autobuses para otras ciudades y por más que preguntamos nadie nos supo (o nos quiso) indicar nada. Tuvimos que preguntar por los alrededores hasta que alguien nos indicó una parada detrás del edificio [Tip: También se puede subir/bajar a la ciudad alta en funicular. El autobús para justo delante]. Para cuando llegamos a la ciudad alta ya se había hecho bastante tarde y decidimos que lo mejor era ir a comer y visitar la ciudad después.
Pizzochero in un raviolo (abajo) |
Casoncelli alla bergamasca (con pancetta, burro e salvia)
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Su centro histórico está completamente rodeado por murallas, que se encuentra en la parte alta de la ciudad. El corazón de la ciudad es la Piazza Vecchia en la que destaca el Palazzo della Ragione, sede del gobierno de la ciudad durante la Edad Media.
Palazzo della Ragione |
La fuente de los leones |
Capilla Colleone
La Capilla Colleoni tiene un preciosísimo exterior con medallones y rosetones de mármol a la que estar mirando durante horas. En compración su interior es pequeñisimo y no llama tanto la atención. Sirve de mausoleo para la familia Colleoni.Capilla Colleoni |
La pequeña entrada a la basílica (en medio), entre la catedral (izquierda) y la capilla (derecha). |
A continuación visitamos la Catedral de San Alejandro, patrón de la ciudad, que también era muy bonita:
Tras dar una vuelta por las calles aledañas y deleitarnos con los hermosos escaparates de tiendas gourmet y pastelerías subimos a lo alto del Campanone. Tuvimos que hacerlo en ascensor porque las escaleras estaban estropeadas, pero a mi me vino genial porque por las escaleras no habría podido subir ni de broma. Desde lo alto se tiene una vista fantástica de la ciudad alta y de los edificios de los alrededores.
Vistas de Bérgamo |
Capilla Colleoni desde las alturas |
Bérgamo desde las alturas |
Vista de la Piazza Vecchia |
Panorama de Bérgamo |
Después de media hora esperando (cuando se suponía que la frecuencia era cada 10 minutos) por fin apareció, pero llegamos por los pelos a la estación. Como el tren ya estaba en el andén nos subimos corriendo y ni validamos los tickets. Cuando vino el revisor creo que se estuvo pensando si ponernos una multa o no, pero al final lo que hace es escribirnos a mano la fecha y hora en el billete. Con todo ese estrés me quedó un recuerdo muy malo de Bérgamo, ya que aunque la ciudad es muy bonita y bien vale la pena una visita hay que armarse de paciencia porque la movilidad fue difícil (el ser domingo y que hubiera muchos turistas supongo que también influyó).
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