Pinacoteca di Brera y Quartiere di Brera
Comenzamos el día visitando la Pinacoteca de Brera, uno de los museos con mayor colección de pintura italiana de todo el país. Su origen se remonta al siglo XVIII con la creación de la Academia de Brera por María Teresa de Austria. Posteriormente el museo y la academia se separaron y la colección se fue ampliando con cuadros de pintores renacentista italianos. Hoy en día se considera una de los museos más importantes del mundo.Exterior de la Pinacoteca |
Biblioteca de la academia |
Embarazada descansando en una sala (I) |
Embarazada descansando en una sala (II) |
Al salir paseamos por el Quartiere di Brera, uno de los barrios más de moda de Milán. En esta zona tan chic encontramos muchísimos cafés y restaurantes, además de numerosas tiendas. Yo aproveché que me encontré una tienda de Mandarina Duck con descuentazos para renovar mi cartera.
Castello Sforzesco
Desde Brera nos acercamos al Castello Sforzesco, un antiguo castillo del siglo XV construido por Francisco Sforza y que actualmente funciona como un museo al aire libre. Hay muchas cosas que ver y hacer, aunque para mi gusto la información es un poco caótica y hace difícil la visita.Patio interior con la torre del Filarete, a la izquierda. |
Muralla exterior del castillo |
Otra vista del patio interior con la Torre di Bona di Savoia |
Torre del Filarete |
Monumento a Bernabé Visconti |
Portale del Banco Mediceo |
En el museo también se pueden ver las antiguas salas ducales, con frescos de diversos artistas. En la capilla ducal se puede observar una procesión de santos que rodean a Cristo, y en la sala de la heráldica ducal el escudo de armas de los Sforza.
Sala de la heráldica |
Capilla ducal |
Abandonamos el castillo y salimos por la Via Dante, llena de tiendas y restaurantes, en busca de algún sitio donde comer. Como queríamos probar algo típico y nada nos llenaba el ojo (eran los típicos sitios para turista), acabamos en la Galleria Vittorio Emanuele.
Comiendo en la Galleria Vittorio Emanuele
Sí, acabamos en uno de los sitios más caros de Milán, pero allí había varios restaurantes para elegir que no eran tampoco tan caros (para ser Milán) y que ofrecían comida de la región. Nos decantamos por uno de ellos (Galleria Ristorante Pizzeria: mi crítica en Tripadvisor aquí) y nos deleitamos con la sabrosa pasta italiana. Aunque al principio las raciones nos parecieron minúsculas, después nos llegaron bien y lo completamos con un postre.Ravioli di zucca al burro e salvia |
Gnocci con crema di zucca, gorgonzola e menta |
Panacotta y tiramisú de postre |
También nos pusieron unas galletitas de cortesía al pedir la cuenta |
Interior del restaurante, en plena Galleria. |
Tejados del Duomo
Al salir de las galerías nos encontramos un día maravilloso, así que decidimos aprovechar para subir a los tejados de la catedral. Los tickets se cogen en el mismo sitio que las entradas para el interior, en un edificio en el lateral de la catedral. Se puede elegir entre subir andando por las escaleras o en ascensor. Normalmente hubiéramos optado por subir andando, pero dado mi embarazo y mi cansancio sabía que no podía permitírmelo (subir escaleras empezaba a suponer un gran suplicio por el peso) así que optamos por el ascensor.El Duomo, al sol, en todo su esplendor. |
Al llegar arriba sorprende la vista, la altura es considerable y se divisa muy bien la Piazza del Duomo, la Galleria y las calles de alrededor, que a esas horas estaban atestadas de gente.
La Piazza y la Galleria |
Agujas rematadas en estatuas |
El camino por los tejados |
Vista del Museo del Duomo |
De basílica en basílica
Antes de volver al hotel nos dio tiempo a visitar unas cuantas iglesias más, empezando por la de San Bernardino alle Ossa, que guarda en su interior un osario. Este osario fue realizado cuando el cementerio se quedó sin espacio, y usaron los huesos para la decoración de una de las capillas de la iglesia.Como estaba justo al lado también entramos en la Basílica de Santo Stefano Maggiore. Llamaba la atención por su gran interior y porque parecía que tenía mucha afluencia, ya que además de los típicos bancos había un suplemento de sillas que llegaba hasta el final de la iglesia. Por lo visto se usa para celebraciones de los inmigrantes filipinos y sudamericanos.
Después fuimos andando hasta la Basilica di San Babila, que tiene un exterior muy chulo, pero su ubicación en medio de la vorágine de la ciudad y rodeada de edificios y tráfico deslucían el efecto. Era un de las iglesias más importantes de la ciudad tras el duomo, y desde luego fue una de las que más nos gustó.
Exterior de la Basilica di San Babila |
Interior intimista de la iglesia |
Detalle del altar |
0 comentarios