Milán día 1: Duomo, Pinacoteca Ambrosiana, Baslílicas de San Lorenzo y San Ambrosio, Cenacolo Vinciano
La prima colazione: Capuccino y Nutella
Nos levantamos muy temprano, yo especialmente, pues mi niña no paraba de darme patadas en la barriga ¡y así no hay quien duerma!. A las 6:30 ya estaba en pie. No pasa nada, así tenemos más tiempo para las visitas y para desayunar. Al estar en Italia, por supuesto, teníamos capuccino y nutella como opciones para la primera comida del día. Por lo visto es muy común que la prima colazione italiana incluya estos dos elementos. A mi me sigue llamando la atención lo de la Nutella, pero en nuestras tres estancias en Italia nunca ha faltado en ningún hotel y por tradición al menos un día intento probarlo.Duomo
La primera visita fue el Duomo, de nuevo, pero esta vez, por dentro. Las entradas hay que sacarlas en un edificio que se encuentra en un lateral de la misma, y dependiendo del momento del día y de la temporada puede haber bastante cola. Como el día estaba lluvioso de nuevo y era temprano, nosotros no tuvimos que esperar mucho. Antes de entrar en la catedral hay que pasar un control de policía donde te revisan el bolso.El Duomo es la catedral de Milán. Se trata de una de las catedrales góticas más grandes del mundo que se comenzó a construir en el siglo XIV pero no se completó totalmente hasta 400 años después. El exterior llama la atención por la cantidad de esculturas que adornan su blanca fachada
Exterior del Duomo |
Detalle de las esculturas de la fachada |
En mi estado, me empecé a cansar pronto (y eso que sólo acabábamos de empezar) y tuve que parar en los bancos para recuperar un poco. Menos mal que desde los bancos se puede disfrutar muy bien de todo el conjunto arquitectónico.
Museo del Duomo
La entrada de Duomo daba derecho también a visitar el Museo del Duomo. En un principio no estaba en nuestras previsiones, pero como no paraba de llover decidimos que era un buen sitio para pasar un rato mientras esperábamos que el tiempo mejorase algo. Al final resultó un museo muy interesante. En él se exponen maquetas de la catedral, tapices, pinturas y esculturas, algunas de las cuales son las originales de la fachada de la catedral.Piazza Mercanti
Tras salir del museo ya llovía menos, así que visitamos la Piazza Mercanti, que contiene singulares edificios de la época medieval.Palazzo de Gieroconsulti, actual cámara de comercio de la ciudad. |
Scuole Palatine, una de las escuelas superiores más importantes de la época. |
Pinacoteca Ambrosiana
La Pinacoteca Ambrosiana fue fundada por el cardenal Federico Borromeo en el siglo XVII. El museo y la biblioteca tenían como misión ofrecer formación cultural gratuita a través de la exposición de obras de algunos de los maestros antiguos como Botticelli, Tiziano o daVinci. Pero no solo la colección vale la pena, el interior tiene algunas salas que también son muy bonitas. Yo seguía super cansada y me iba sentando en los bancos de cada sala, porque aguantaba poco tiempo de pie parada. La barriga se hacía notar.Exterior de la biblioteca. |
Patio de la biblioteca |
Detalle de una de las salas del museo (I) |
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La obra "L.O.V.E" de Maurizio Catellan frente a la Bolsa italiana |
Basilica de San Lorenzo Maggiore
Tras salir de la pinacoteca nos acercarmos a la Iglesia de San Ambrosio, pero nos la encontramos cerrada por ser mediodía. Deshicimos el camino y nos acercamos a la Basílica de San Lorenzo Maggiore, la iglesia más antigua de Milán.Para llegar hasta allí atravesamos por una de las antiguas puertas medievales de la ciudad, la Porta Ticinese, una de las puertas mayores.
Al traspasar la puerta lo primero que llama la atención son las Columnas de San Lorenzo, justo enfrente de la basílica. Son uno de los pocos vestigios romanos que perduran en la ciudad, que formaban parte de un templo pagano y que fueron trasladadas a esta ubicación durante la construcción de la basílica. Ahora parecen un poco sacadas de contexto, pero antiguamente estaban rodeadas de casas que terminaron siendo demolidas.
La Basílica de San Lorenzo Maggiore no llama mucho la atención en su exterior pero es una de las iglesias más importantes de la ciudad. Se comenzó a construir en el siglo IV pero fue reconstruida varias veces a lo largo de los siglos.
En su interior destaca la cúpula octogonal y la Capilla de San Aquilino, donde se conservan sus reliquias y se pueden observar los mosaicos originales.
Entradas del Cenacolo Vinciano
Cuando salimos de la basílica nos acercamos hasta Santa Maria della Grazie a buscar las entradas para el Cenacolo Vinciano, o, lo que es lo mismo. el cuadro de la última cena de da Vinci. Para poder visitar una de las pinturas más famosos de la historia hay que reservar previamente, pues hay un cupo limitado de visitantes por día.La reserva se puede hacer in situ, pero es muy difícil y más engorroso, o bien se pueden reservar por internet en esta página que fue lo que hicimos nosotros. Una vez allí hay que acercarse a recogerlas. Nosotros habíamos reservado para las 16:45 y nos dicen que estemos allí 5 minutos antes.
Aprovechamos para comer por los alrededores (Trattoria Meneghina: mi crítica en Triapdvisor aquí). Probamos algunos de los platos típicos del norte de Italia: cassoeula (cocido con polenta) y ossobuco e risotto alla milanesa (con azafrán). Ambos eran platos de sabor muy potente y bastante pesados, nada que ver con la cocina del sur. De hecho muchos platos nos recordaban la cocina austríaca, no en vano esta potencia fue de las últimas en controlar Milán. La cotoletta alla milanese (que nosotros llamamos milanesa) viene siendo prácticamente lo mismo que el schnitzel austríaco.
Mr. Knook con su plato de cocidaco, del que se estaría acordando todo el resto del día xD |
El risotto alla milanesa con osobucco. Muy rico pero muy potente. |
Basilica de San Ambrosio
Como después de comer aún teníamos tiempo de sobra pusimos rumbo a San Ambrosio a ver si ya estaba abierta. De camino pasamos por la Pusterla di Sant'Ambrogio, una de las puertas menores de la muralla de la ciudad.La Basilica Sant'Ambrogio es una de las iglesias más importantes y antiguas de Milán. Su construcción comenzó en el siglo IV por obra y gracia del obispo de Milán, San Ambrosio, para guardar en ella las reliquias de los mártires. Posteriormente el propio San Ambrosio fue enterrado aquí, y la basílica tomó su nombre.
Su aspecto exterior es muy humilde, y salvo el patio y a torre poco llama la atención este edificio de ladrillo.
Basílica de San Ambrosio |
Detalle del atrio |
Para empezar el altar dorado, en donde se narra la vida de Cristo por un lado y de San Ambrosio en el otro.
El altar dorado |
Mosaico del ábside y altar dorado en primer plano. |
Sarcófago de Estilicón |
Santa Maria delle Grazie y la Última Cena de da Vinci
Deshicimos el camino otra vez hasta Santa Maria delle Grazie, ya que llegaba la hora reservada para ver el cuadro de da Vinci. Mientras no empezaba la visita aprovechamos para visitar la iglesia, que fue mandada construir en el siglo XV por Federico Sforza, fundador de esta dinastía milanesa y condotiero de la ciudad, una suerte de gobernador del época. Posteriormentesu hijo Ludovido convertiría la iglesia en el mausoleo familiar, al enterrar aquí a su esposa Beatriz, para lo cual se hicieron varias reformas.Exterior de la iglesia, fachada posterior |
Interior de Santa Maria delle Grazie |
Vista de la cúpula |
Detalle de la decoración interior |
Leonardo pintó este fresco para Ludovico Sforza, usando una nueva técnica de pintura con base de yeso semiseco, que por desgracia no funcionó y al poco de terminarla empezó a desprenderse. Esto exigió diversas restauraciones para su conservación, y se dice que no queda nada ya de la pintura original. De hecho en vivo y en directo el cuadro se ve raro por culpa de la pintura, como difuminado.
Refectorio del convento con el cuadro en su pared, no era el escenario que esperábamos. |
Detalle del cuadro |
Aunque todavía era temprano tras esta visita nos retiramos al hotel a descansar, que mi barriga de embarazada ya había aguantado bastante trote :)
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