Estambul día 4: Dolmabahçe, Crucero por el Bósforo
Cola bajo la lluvia en Dolmabahçe
Nos levantamos bastante temprano porque teníamos pensado ir al Palacio de Dolmabahçe. Fuera diluviaba, y pensamos que como hacía mal tiempo habría menos gente. Error. Cuando llegamos al Palacio nos tuvimos que poner a la cola, y esperar una hora nuestro turno hasta que pudimos sacar las entradas. Todo el rato mojándonos y, además, con el temor de que se agotaran, ya que tienen un aforo limitado y una vez que se acaban las entradas no hay más remedio que esperar al día siguiente (que ya no estaríamos). Por lo menos nos encontramos a una pareja de americanos muy majos cuyo hijo había estudiado en Barcelona y al enterarse de que éramos de Galicia nos estuvieron preguntando por el gallego y demás (porque el hombre sabía algo de portugués). Era un abogado retirado, y después de hacer cola con ellos nos los encontramos varias veces más en el palacio. Super, super, majos. La parte mala fue ver como los turcos se iban colando (el alemán detrás de nosotros le hechó la bronca a alguna señora) y una chica vino a pedirnos por favor que le compráramos entradas porque se iba su avión y no le daba tiempo cuando estábamos primeros en la fila. Como no quisimos se lo preguntó a los americanos, al alemán... Todos se negaron y se fue buscando otras víctimas de su historia.El Palacio de Dolmabahçe
Cuando por fin nos tocó el turno pedimos entradas para las dos visitas guiadas. El Palacio de Dolmabahçe fue construido por el sultán Abdülmecit, que quería un imponente palacio de estilo europeo. Su coste fue tal que estuvo a punto de llevar a la bancarrota al país, y fue el inicio del declive del imperio otomano. El interior del palacio sólo se puede recorrer en visita guiada y hay dos recorridos posibles: Selamlik y el Harem. En ninguno se pueden sacar fotos del interior.Recorrido Selamlik
En este recorrido se visitan las dependencias administrativas, donde tenían lugar los actos oficiales y se recibían a los huéspedes. Para entrar hay que hacer cola en el exterior hasta que se forme un grupo de visitantes suficientes como para empezar la visita guiada. En la cola para la visita en turco no había nadie, mientras que en inglés éramos muchísimos. Nos fueron dejando pasar y comprobamos que realmente éramos un grupo enorme. Debía haber más de 100 personas, y cuando el guía empezó a hablar los de atrás claramente no oíamos nada. Además el hombre tenía la manía de ponerse a explicar cuando aún no habíamos llegado todos a la habitación (era difícil moverse entre tal cantidad de gente) y no tenía micro ni nada que permitiese oír mejor las explicaciones. Menos mal que a partir del minuto uno ya habíamos avanzado hasta los primeros puestos para no perdernos nada.
Estas dependencias estaban reservadas a los hombres. Lo más impresionante es la escalinata de cristal de Baccarat, que no se podía tocar, y la Sala Ceremonial, con una pesadísima lámpara (la más grande del mundo), regalo de la reina Victoria de Inglaterra, que podéis ver aquí.
Escalera. Foto: wikipedia |
Recorrido Harem
Tras salir de este edificio tuvimos que bordear para llegar hasta el harem y volver a hacer cola para el tour en inglés. El guía era un poco más soso que el anterior, y tampoco le ponía mucho énfasis a la cosa.Éstas eran las dependencias del sultán, sus esposas, madre, concubinas, sirvientas, etc. Son varios apartamentos con vistas al mar y a los jardines del palacio. Están aquí también las dependencias de Atatürk, su despacho y la habitación donde murió.
Cuando salimos no había ni rastro de lluvia, y empezaba a lucir el sol, perfecto para nuestros planes.
Comida en el Shake Shack
Para comer decidimos acercarnos hasta el Shake Shack (mi crítica en Tripadvisor aquí) que habíamos visto el día anterior. Las hamburguesas no estaban tan buenas como las de Nueva York, pero sirvieron para matar el capricho. Además fueron bastante baratas al cambio.Crucero por el Bósforo
Después de comer la idea era hacer un crucero por el Bósforo. Nos habían dado un papelito al lado de Dolmabahçe con un recorrido que tenía buena pinta y no era caro, pero decidimos acercarnos primero a mirar en Eminönü. Para volver a Galata, en vez de bajar las empinadísimas cuestas, decidimos coger el funicular Tünel, desde Tünel a Karakoy. Este metro subterráneo es uno de los más antiguos del mundo.Cruzamos el Puente de Galata para comparar precios entre Kabatas y Eminönü. De casualidad encontramos uno que estaba a punto de salir que hacía un recorrido bastante razonable, llegando hasta el segundo puente del Bósforo en un recorrido sin paradas de dos horas. Además nos costó muy barato (10 TL cada uno, poco más de 3€ al cambio). Apenas tuvimos que esperar 10 minutos para que se pusiera en marcha. Los asientos buenos estaban ya cogidos, así que nos arrimamos a la barandilla para tener buenas vistas aunque fuésemos de pie. En el recorrido fuimos viendo los distintos palacios y casas en ambas orillas:
Palacio de Dolmabahçe |
El Palacio de Beylerbey, antigua residencia de verano del Imperio Otomano, al lado del primer puente del Bósforo. |
Escuela militar Kuleli, a la izquierda. |
Veleros en el Bósforo |
Segundo puente del Bósforo |
Küçüksu Palace, otro palacio de verano del Imperio Otomano |
Fortaleza de Rumeli Hisari |
Cuando estábamos dando la vuelta ya nos habíamos hecho con un sitio magnífico, y descubrimos que en el barco había helados a 1TL (unos 0,30€ al cambio). Por ese precio, no me pude resistir a seguir disfrutando de las vistas mientras me tomaba uno.
Helados a 30 céntimos, ¿quién se resiste? |
Nos llamaba la atención que en la mayoría de las latas Coca-Cola estaba escrita con "K". ¿Ideas? |
Cruceros atracados en Estambul |
Ferry a Kadiköy
A las 16:30 volvimos al punto de partida, en Eminönü, y en cuanto desembarcamos nos encontramos con el ferry que iba a Kadiköy, en la parte asiática.Gente en el muelle de Eminönü |
Deshacer el camino iba a llevarnos mucho tiempo (llevábamos más de una hora andando en la dirección opuesta al mar) así que para volver a la parada del ferry decidimos coger un bus, pero al acercarnos a la parada lo primero que apareció fue un dolma o taxi compartido. Nos aseguró que iba a Kadiköy y nos montamos, no podíamos ni queríamos esperar más. El coste era de 3TL cada uno. Éramos 9 y sólo había plaza para 8, así que me tocó compartir asiento con Mr. Knook. Cuando se bajó la primera persona el taxista me hizo señas para que me fuera al asiento libre. Al final sólo nos cobró 5TL por los dos (menos de 2€).
Interior del taxi compartido, donde me reconcilié con los taxistas estambulitas |
Cena con espectáculo de derviche
Cuando volvíamos hacia el hotel por el Bazar de Arasta, por el cual pasábamos todas las noches, nos llamó la atención la música en directo de un restaurante y el derviche bailando, así que decidimos parar a cenar allí (Mesale Cafe: mi crítica en Tripadvisor aquí). El movimiento del derviche era totalmente hipnótico. Ya los habíamos visto en Egipto (nos habían hecho un espectáculo en el crucero) pero realmente impresiona verlo metido en ambiente.La cena además estuvo bastante bien, con su ración de gözleme y kebab, con las pipas de agua que fumaban los demás comensales rodeándonos, etc. El ambiente era tan relajante, que me reconcilié con Estambul, y me daba pena tener que irme al día siguiente. Sin duda la noche estambulita ofrecía una cara totalmente diferente, mucho más amable que durante el día.
Gözleme |
Kebab con berenjena |
Kebabs y verduras varias que pedían en las otras mesas |
Haciendo los gözlemes |
Pipas de agua |
El carrito donde vendían sahlep |
Castañas y sahlep |
Epílogo: Avión de vuelta a Santiago
Al día siguiente nos levantamos muy temprano para poder llegar al aeropuerto con tiempo y asegurarnos de que no pillábamos ninguna cola en el control de pasaportes. Para entrar al aeropuerto tuvimos que pasar tres controles: un primer control general de escaneo, que pasaba todo el mundo que quería acceder al aeropuerto, fuese a viajar o no; un segundo de acceso a la zona de embarque y el tercer y último de control de pasaportes.En la zona de embarque coincidimos con algunos ciclistas que venían de correr la Vuelta a Turquía 2014. A las 8:40 de la mañana despegó nuestro vuelo con un poco de retraso, pues habíamos perdido el turno en la cola de salida. Al poco de despegar nos despejamos con el desayuno turco al que nos invitaron, que estaba muy bueno y dijimos adiós a Turquía y a Estambul, con ganas de volver y conocer otros rincones del país.
Desayuno a la Turkish Airlines: Huevos revueltos con salchicha y tomate, pan con mantequilla, ensalada y yogur. De beber Mr. Knook se pidió un ayran (arriba a la derecha). |
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