Salamanca Día 4: Convento de las Úrsulas y paseo por el río

by - 12:46

Nuestro último día en Salamanca y aunque sólo teníamos medio día (nos marcharíamos después de comer) nos quedaban muy cosas cosas que ver así que nos lo tomamos con calma. Hicimos el check-in en el hotel y dejamos las maletas en el coche.

Un desayuno delicioso, una visita al convento y un paseo por la orilla del río

Para desayunar nos fuimos hasta la Rúa Mayor, directos a la Croissantería París (Croissantería París: mi crítica de Tripadvisor aquí) cuya especialidad son los croissants rellenos y de la que habíamos visto críticas muy positivas. El local es muy pequeñito y dentro apenas hay un mostrador y una mini barra para tomar un café, pero los croissants son exquisitos y el dueño es muy majo. Como nos vio cara de nuevos nos recitó cantando todas las variedades de croissantes rellenos que había: bacon, pollo con dátiles, provolone, chocolate con diversas frutas (plátano, fresas, etc), chocolate blanco, chocolate con nueces, mermelada y queso de cabra... Las napolitanas y las palmeras también tenían un pinta buenísima. Al final pedimos un croissant relleno de provolone y uno de chocolate con nueces y estaban deliciosos. Nos lo tomamos al calentito dentro del local junto con un café. Al acabar, no nos pudimos resistir y pedimos también una palmera de chocolate, que nos fuimos comiendo por el camino.

La primera parada fue el Convento de las Úrsulas.  Allí estábamos a la hora de apertura pero no estaba abierto. Más gente vino pero se iba al encontrarse la puerta de la iglesia cerrada. La puerta del convento estaba abierta y ni cortos ni perezosos llamamos a las monjas que a través del torno nos dijeron que vendrían a abrir enseguida. Después de casi 15 minutos esperando y al ver que no venía nadie volvimos a llamar. Salió una monja viejita que nos dijo que volvía a avisar, que eran muy poquitas y que no se debían de haber enterado. Al fin 10 minutos más tarde salió una monja todavía más vieja que la anterior y nos abrió la puerta de la iglesia. Nos pidió 2€ por la entrada al museo donde se exponen algunas obras de diversos artistas que nos llamaron demasiado la atención. Estábamos saturados ya de arte sacro. El museo era muy pequeñito pero las monjas lo tenían bien organizado con folletos en un montón de idiomas, que iban repartiendo según la nacionalidad del visitante. Alguna hasta hablaba alemán.

Después visitamos la iglesia, donde se encuentra el sepulcro de Alonso II de Fonseca, arzobispo de Santiago de Compostela. Tras haber participado en unas revueltas y condenado a prisión en Noia se intercambió la sede con su tío Alonso I, arzobispo de Sevilla. Cuando su tío quiso volver a Sevilla su sobrino se negó y de ahí viene el dicho "el que se fue de Sevilla perdió su silla". Lo que se aprende viajando, eh? :)
Ni en el museo ni en la iglesia nos dejaron hacer fotos pero al irnos nos dieron una foto/postal de recuerdo.
IMG_7288
Torre del convento de las Úrsulas


Después paseamos por las ya conocidas calles de Salamanca, hasta llegar al río, donde dimos un paseo al sol por la orilla.
IMG_7292 IMG_7309 IMG_7296 IMG_7303 IMG_7306

Comprar hornazo es obligatorio

Volvimos a la Croissantería París para que nos recomendaran un sitio donde comprar el famoso hornazo. El dueño de la croissantería nos dijo: "Si llego a hacerlo yo sería el mejor, ¿miento? -mirando a un cliente que negó con la cabeza mientras comía un croissant apollado en la barra- así que tengo que recomendarte un sitio para que lo compres..." Nos recomendó la Pastelería La Industrial en la misma calle. La pastelería estaba llena de gente y por dentro era preciosa. Estaba decorada a la antigua, con botes de galletas, bombones y todo lo del mostrador tenía una pinta estupenda. Se nos hacía la boca agua. Al final compramos un hornazo y un bollo maimón. Para no andar cargando con ellos los dejamos ya en el coche, junto con las maletas.

Teníamos pensado ir a comer a un vegetariano que ponían muy bien pero estaba todo reservado así que nos acercamos hasta la Plaza Mayor y nos sentamos en una de las terracitas al sol. Elegimos un poco al azar y la verdad es que acertamos (Restaurante El Reloj de la Plaza: mi crítica de Tripadvisor aquí) Nos atendieron fenomenalmente y nos recomendaron varios platos. Todo el mundo en foursquare, en tripadvisor y hasta el camarero nos recomendaron los huevos rotos así que pedimos media ración de huevos rotos (el camarero nos dijo que media ración era suficiente para los dos). Estaban tan buenos que es imposible hacerles justicia. Creo que son los huevos revueltos más ricos que he comido en mi vida. Buffff.
IMG_7314
La Plaza todavía tenía las casetas de la Feria del Libro que fastidiaban la vista pero nos pareció una buena idea despedirnos comiendo en este sitio tan emblemático.
IMG_7316 IMG_7322
Pedimos también media razón de langostinos con pasta brick que estaban buenos pero al lado de los huevos rotos cualquier cosa era peor xD. De postre repetimos helado en el sitio del día anterior, esta vez mitad de milhojas y mitad de tarta de queso pero no estaba a la altura del de piñones.

Subimos paseando hasta el coche y arrancamos dirección Santiago. Todo el coche olía al hornazo que teníamos en el maletero xD.

A lo largo de todo el camino los campos estaban inundados de amapolas. Verde salpicado de rojo. No nos resistimos y nos paramos para coger unas pocas.
IMG_7330
Casi no se me ve pero ahí estoy a la derecha escogiendo las flores 
IMG_7331_01 IMG_7333
Llegamos a Santiago sobre las ocho y pico y después de recoger y vaciar maletas sólo nos quedó disfrutar del riquísimo hornazo para cenar. Estaba espectacular.
IMG_7339

Te puede interesar

0 comentarios