Día 1: Valladolid
Rumbo a Valladolid
Esta Semana Santa decidimos hacer una escapada a Valladolid y alrededores. Fue un viaje un poco improvisado, porque íbamos con mis suegros y hasta el último momento no sabíamos si iban a poder venir o no. Esto también fue un inconveniente para encontrar hotel, puesto que a esas alturas o ya estaban todos reservados o lo que quedaba era muy caro. Nos tuvimos que conformar con un hotel a las afueras, lo cual no fue problema porque teníamos pensado hacer excursiones por los alrededores el resto de los días, pero un hotel céntrico también tiene su encanto. También el destino fue muy debatido, porque teníamos ganas de ver Salamanca y Burgos, pero al final nos quedamos con el más cercano (según Google Maps). Al final resulta que Google Maps se equivocó bastante y la mayoría de las distancias eran más cortas (unos 30 minutos menos de media).
Decidimos salir temprano por la mañana, aunque por experiencia sabía que era totalmente imposible ponerse en ruta antes de la diez. Al final entre llenar el depósito, ajustare el Tom Tom y demás acabamos arrancando a las 10:30 y llegamos a Valladolid a la hora de comer. El hotel estaba en Arroyo de la Encomienda, un municipio literalmente pegado a la ciudad de Valladolid. Entre nuestro hotel y el centro no debía de haber más de 8 o 9 kilómetros. Como el hotel tenía restaurante y ya era tarde decidimos comer allí.

Aquí nos hicieron una treta que no nos pareció nada bien. Nada más sentarnos a comer nos dijeron que los postres había que pedirlos al principio, lo cual hicimos. Pensamos que era porque requerían tiempo de preparación o algo pero era simple y llanamente porque de esta forma lo pagas sí o sí y no tienes la opción de decir que no lo quieres porque estás lleno. De esta forma ellos cobran un producto que quizá de otra manera tu no pedirías. Lamentable.
Conociendo Valladolid
Tras la comida decidimos dar una vuelta por Valladolid. en recepción nos explicaron que la entrada al centro de la ciudad seguramente se cortaría por las procesiones, así que la mejor opción era dejar el coche en el parking de la Feria, un aparcamiento gratuito durante esos días. Desde allí tan sólo había que atravesar un puente, aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid.
Plaza Mayor
Nuestra primera visita fue a la Plaza Mayor. El tiempo no acompañaba mucho y para colmo habían puesto gradas rodeando la plaza para poder ver las procesiones de esos días. Todo ello deslucía un poco el conjunto.


Iglesia de la Antigua
La Iglesia de la Antigua fue nuestra siguiente parada. Lo más característico de esta iglesia es su torre románica, rematada en teja, algo bastante inusual. Dentro la gente se preparaba para salir de procesión, y el olor a incienso era intenso.

La Semana Santa es un acontecimiento muy importante en la ciudad. Los pasos del Viernes Santo son los más famosos, pues salen todas las cofradías juntas, pero el Jueves Santo salen también muchos sueltos. La gente llenaba las iglesias, expectantes. Las esculturas procesionales son muy famosas, y durante el resto del año se suelen conservar en el Museo Nacional de Escultura.
Iglesia de San Pablo
La Iglesia de San Pablo fue nuestra siguente visita. Su portada es muy famosa. Aquí se bautizaron los reyes Felipe II y Felipe IV.

Justo al lado de la Iglesia se encuentra el Palacio de Pimentel, donde nació Felipe II y que tiene una característica ventana esquinada.

También visitamos la catedral, inconclusa y no muy bonita, como ya nos habían advertido.
Museo Patio Herreriano
Cuando la lluvia hizo acto de presencia de manera notoria, nos refugiamos en el Museo Patio Herreriano. Este museo cuenta con una importante coleccion de arte contemporáneo español. Algunos de los artistas más conocidos que pudimos ver fueron Maruja Mallo, Dalí, Miró o Tápies, pero también hay muchas otras obras maravillosas de pintores y escultores españoles de los siglos XX y XXI. Las obras proceden de colecciones privadas y su propietario está perfectamente identificado junto con el título y el autor. Muchas pertenecían, por ejemplo, a Zara España, BBVA, Gas Natural o Bodegas Vega Sicilia.

Además el museo se encuentra ubicado en el claustro del antiguo Monasterio de San Benito el Real, de ahí su nombre.
Al salir del museo nos encontramos con algunas procesiones
Al salir del museo nos encontramos con algunas procesiones


Valladolid también tiene fama por su zona de tapas. Todos los bares estaban llenos de gente y todo tenía buena pinta. Nosotros tiramos de internet (en el móvil) para buscar un sitio que recomendaran. Nos fuimos a cenar a la Parrilla de San Lorenzo. Fue un gran descubrimiento. Lo que a simple vista parecía un restaurante más resultó ser casi un palacio. Nada más entrar nos llevaron a la zona de las Bodegas Reales, donde nos acomodaron. El restaurante se encuentra en los bajos de un convento (todavía en activo) y toda la decoración recordaba un palacio, los cortinones, los cuadros, las tallas...
Pero es que además la comida estaba muy rica también. Probamos algunos productos típicos de la tierra como el lechazo o la sopa castellana, pero también otras delicias como la ensalada de ave escabechada. De postre nos recomendaron la tarta de la casa, un bizcocho que hacían las monjas del convento decorado con chocolate y crema. Delicioso.





2 comentarios
falto yo en el otro trono!! sería nuestra segunda foto S.XIX - style!
ResponderEliminarJejeje
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