Algarve día 3: Tavira
Tavira
Nuestro tercer día en el Algarve nos fuimos a Tavira, una pequeña pero encantadora localidad con mucha esencia y un buen puñado de sitios interesantes. Aparcar puede ser un poco complicado, porque las calles son estrechas, aunque una vez más nos beneficiamos de la pandemia porque había poca gente para ser verano.Castelo de Tavira
Comenzamos nuestra excursión visitando el Castelo de Tavira, justo al lado de la Iglesia de Santa María do Castelo y su característico y famoso reloj. La iglesia se construyó en lo que era antiguamente la mezquita más grande del Algarve y en ella está enterrado el conquistador de la ciudad a los árabes, Paio Peres Correia, caballero de la Orden de Santiago.Iglesia de Santa María do Castelo, con su característico reloj. |
Del Castelo de Tavira poco queda que ver más que las murallas, pero nos pareció una visita preciosa. Para empezar a mi me encantan los castillos por los que puedes subir a las almenas por esas antiguas y a veces un poco inseguras escaleras, pasear por las alturas y ver las vistas. Pero es que este además guardaba en su interior un bonito jardín cuya sombra se agradecía mucho en un día tan caluroso.
Además aquí también pudimos encontrar hibiscos y granadas, flora que no suele ser habitual por nuestra tierra y que nos llama la atención.
Jardines del castillo |
Subiendo a las almenas |
Flores de hibisco |
Granadas |
Igreja da Misericórdia
Descendiendo del castillo nos topamos con la Igreja da Misericórdia. Aunque su austero exterior no llama mucho la atención su interior sorprende.Fachada principal de la iglesia, considerada una obra maestra del renacimiento algarvío |
Ilha de Tavira
Por la tarde tomamos un ferry desde el centro de Tavira para ir hasta la Ilha de Tavira, una pequeña isla arenosa que forma parte del Parque Natural da ría Formosa, parte del cual se puede admirar desde el ferry de camino.
Ferry que conecta Tavira con la Ilha de Tavira |
Desde el embarcadero del ferry hasta la playa de la Isla de Tavira hay que recorrer unos 250 metros a pie sobre pasando el camping y los diferentes restaurantes que dan servicio a esta isla en la que, salvo el camping, no hay habitantes.
La playa era una maravilla y nos dio pena no haber ido antes, porque cuando llegamos ya la tarde estaba avanzada y no pudimos disfrutar tanto como quisimos de este lugar tan tranquilo y relajante.
La playa es enorme y cuenta con un montón de servicios para pasar el día entretenidísimos. Pero ya era tarde y a las 19h (las 20h en España) ya se notaba que el sol no calentaba tanto y la gente empezaba a recoger porque salía el último ferry de vuelta a Tavira.
Nosotros también recogimos y nos pusimos a la cola del ferry, que tardó bastante en venir.
De vuelta a Tavira pudimos ver la puesta del sol en el parque natural y en las salinas de Tavira.
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