Algarve día 1: Sagres y Cabo Sao Vicente

by - 10:29

Desayuno al sol

Empezamos el día desayunando al calorcito en nuestra maravillosa terraza. ¡Qué gustazo! Mientras, hacíamos planes para el resto del día. Teníamos pensado pasarlo en Sagres, el extremo más occidental del Algarve y hogar de playas ventosas, una fortaleza y muy cercano al Cabo de San Vicente, el cabo más occidental de la Península Ibérica.
Sin título
Desayuno al sol. Así, sí.

Sagres

Toda el Algarve es muy turístico por sus sol y sus playas, pero pronto nos dimos cuenta de que debido a la pandemia había muchos menos turistas que de costumbre. Nos vino bien, pero no dejaba de ser un poco triste.

Sagres es una pequeña freguesía con un paisajes muy característico. Sus enormes acantilados y su constante y fuerte viente son sus señas de identidad. Por ello mucha gente viene a hacer surf a las playas de la zona.

Fortaleza de Sagres

La Fortaleza de Sagres es uno de los sitios más visitados de la freguesía. Es monumento nacional de Portugal. Fue el infante Enrique el Navegante el que la construyó en el siglo XV. Posteriormente fue reconstruída y algunos de sus elementos se cambiaron, como la muralla que la rodeaba. 

La fortaleza tenía múltiples finalidades. Por un lado, defendía la ciudad de los ataques corsarios, por otro, daba refugio a los barcos de los fuertes vientos y servía de punto de logística para los mismos. Después de la muerte del infante tanto la fortaleza como la ciudad fueron perdiendo importancia.
Sin título
Entrada a la fortaleza
Sin título
Torreón central
Desde la fortaleza hay muy buenas vistas a la costa vizantina, especialmente las playas y el Cabo San Vicente.
Sin título
Playa de Sagres
Sin título
Vista de los acantilados
También llama la atención el desértico paisaje y la característica flora que lo acompaña. Terrenos pedregosos y muchas plantas regionales propias que se pueden ir descubriendo gracias a los carteles que están esparcidos a lo largo de todo el recorrido.
Sin título
Faro de Sagres
Tras la visita a la fortaleza, que nos gustó más de lo esperado, nos fuimos a comer. Fue bastante fácil encontrar sitio, lo que confirmó nuestras sospechas sobre la pandemia. Además muchos restaurantes estaban cerrados. Comimos en un restaurante local a base de pescados frescos riquísimos y también degustamos uno de los postres algarvios más conocidos: el bolo regional y el misto algarvio (Restaurante Armazen-Gril: mi crítica en Tripadvisor aquí).
Sin título
Postres típicos

Playa da Mareta

Después de comer nos entretuvimos en la Playa da Mareta para hacer tiempo hasta la hora de la puesta de sol. Casi todas las playas de Sagres son muy ventosas (de ahí que sea un centro de surf) y esta no era un excepción. De vez en cuando la ráfaga de viento levantaba la arena y te ponía perdido. Además, debido al viento el agua estaba bastante fría. La verdad que no era muy agradable, pero la peque se lo pasó fenomenal.
  Sin título

Cabo Sao Vicente

Cuando empezó a bajar el sol nos pusimos en camino al Cabo Sao Vicente para ver la puesta de sol desde allí. Este cabo, el más occidental de la península, tiene muchísima fama, así que como era de esperar había muchos coches y mucha gente para admirar los últimos rayos de sol desde este singular enclave.

Hay varios sitios desde los que poder disftrutar la puesta de sol, algunos lo hacen desde el propio faro, y otros desde los acantilados colindantes. Nosotros fuimos primero al faro, pero no nos convencía la vista y acabamos en los acantilados.
Sin título
Faro de Cabo Sao Vicente
Sin título
El faro desde los acantilados
Además de un montón de gente  y poco sitio para sentarse, el problema era que hacía muchísimo viento, y nos estábamos quedando congelados. Tuvimos que ir al coche a por toallas para protegernos un poco del frío. Los minutos que pasamos allí esperando el caer del sol se me hicieron eternos. [Tip: Da igual que hayas estado a 40ºC durante el día, si vas a venir a ver el ocaso aquí ¡trae ropa de abrigo!]  Sin título
Al final vimos una puesta de sol chula, pero vaya, que hay sitios igual de chulos en Galicia sin ir más lejos y menos ventosos. Al final lo que tiene esto de especial es el hecho de ver el sol con tanto horizonte y, si tienes suerte, con unos bonitos colores. Pero he de reconocer que a mi me decepcionó, porque ya hemos visto unos cuantos ocasos impresionantes por todos los rincones del mundo.
Sin título Sin título Sin título

Te puede interesar

0 comentarios