Roma Día 2: Vaticano, Piazza Navona, Fontana di Trevi, Quirinale
Visita al Vaticano
Nos levantamos super temprano para poder llegar al Vaticano y no tener que hacer cola. A esas horas, el metro que cogimos para llegar hasta San Pedro estaba lleno de gente que empezaba su jornada laboral, era plena obra punta. Subir al mismo fue casi un milagro, pero afortunadamente antes de llegar a nuestra parada la gente se fue bajando y nos fueron dejando espacio.Al pisar la Plaza de San Pedro mágicamente habíamos cambiado de país. Nos encontrábamos en el Vaticano, el país más pequeño del mundo. La Plaza era aún más bonita de lo que nos habíamos imaginado. La presidía un enorme obelisco. No era el primero que veíamos, de hecho, Roma cuenta con 13 obeliscos diseminados por toda la ciudad (8 del Antiguo Egipto y 5 de la Antigua Roma). Éste, el Obelisco Vaticano, procede de Alejandría y era el segundo que veíamos. Es uno de los 8 del Antiguo Egipto. La otra características es la columnata que la rodea y, sobre todo, la original forma de la plaza, que fue enteramente diseñada por Bernini.

Basílica de San Pedro
La Basílica de San Pedro presidía todo el conjunto. Se supone que los restos de San Pedro están enterrados debajo del altar mayor de la basílica, y es considerada la iglesia más importante del mundo cristiano. Es una de las basílicas mayores de Roma (junto con Santa María Mayor, San Pablo extramuros y San Juan de Letrán), pero a pesar de su importancia no es, sin embargo, una catedral. La verdad es que yo me la imaginaba mucho más grande, ya que para ser tan importante no es tan imponente por fuera.![]() |
Exterior de la Basílica de San Pedro. |

Para acceder al interior de San Pedro hay que seguir el código de vestimenta indicado: no se puede entrar con los hombros o las piernas descubiertas, ni hombres ni mujeres.
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Indicaciones sobre cómo vestir a la entrada de la iglesia (un poco creepy) |
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El espectacular interior de la Basílica |
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El Baldaquino de Bernini, bajo el cual está el altar mayor y debajo del mismo la tumba de San Pedro. |
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Escaleras de acceso a la cripta bajo el altar mayor |
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Cúpula |

La escultura de la Piedad de Miguel Ángel es sin duda la más conocida, protegida actualmente tras un cristal a prueba de balas desde 1972, después de que un enfermo mental le asestase varios martillazos y la dejase seriamente dañada.
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La Pietá |
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Puerta Santa, escondida tras el cemento, que se abre cada año jubilar (cada 25 años, el siguiente sería en 2025) |
Cúpula de San Pedro
Tras la visita a la Basílica nos fuimos a visitar la cúpula. Hay dos maneras de subir: en ascensor y después a pie (pagando) o todo a pie por las escaleras (gratis). Evidentemente decidimos subir por las escaleras. Al principio la subida estuvo genial, porque íbamos subiendo por el interior de la basílica y te permitía apreciar mejor la decoración y los detalles desde otro punto de vista, un poco como la subida a la cúpula de San Pablo en Londres.![]() |
Vistas desde la galería |
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Detalle de la decoración |
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Plaza del Vaticano y cola para la audiencia papal |

En lo alto de la cúpula nos encontramos una oficina postal atendida por unas monjas, y aprovechamos para mandar unas postales que llegasen con el sello del Vaticano :)
Desde lo alto de la cúpula habíamos divisado una cola impresionante que atravesaba la Plaza y pensamos que era para el acceso a los Museos. Yo ni muerta iba a esperar horas bajo un sol de justicia para entrar en el museo y perder tiempo mientras podía estar viendo otras cosas, así que decidimos volver a visitar los museos al día siguiente bien temprano. Cual fuel nuestra sorpresa cuando al llegar abajo ya no había cola. Resulta que era miércoles, día de audiencia papal, y toda la gente que habíamos visto estaba haciendo cola para entrar a la sala de audiencias que está al lado de la Basílica. De hecho, en la plaza las pantallas, que al llegar estaban apagadas, estaban retransmitiendo la audiencia en directo.
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Benedicto XVI, en plena audiencia |

Tumbas papales
Volvimos a entrar en al Basílica para visitar la cripta donde están enterrados los papas , aunque aquí no se podían sacar fotos. [Tip: Pueden visitarse también la Necrópolis y las Grutas Vaticanas, aunque la visita es muy restringida y hay que reservarla previamente. Los chicos de Chavetas tiene mucha más información sobre ello aquí.]
Museos Vaticanos
Después nos dirigimos al Musei Vaticani, los Museos Vaticanos, donde no tuvimos que hacer cola alguna para entrar. A pesar de eso estaban llenos de gente, y a veces algunas salas podían ser un poco agobiantes. Por ello decidimos centrarnos en ver primero la Capilla Sixtina, lo cual fue un error que trataré más adelante. Íbamos adelantando gente para llegar antes, y parándonos poco en las salas por las que pasábamos.
Cuando llegamos a la Capilla Sixtina nos llevamos una gran sorpresa. La verdad es que me esperaba algo muy distinto a lo que en realidad es, pero igualmente es impresionante. Aunque es difícil de ver desde el suelo, ya que las pinturas están muy altas y estaba lleno de gente. No se permitía sacar fotos, así que no puedo poner ninguna, pero os recomiendo ver algún documental de cómo se pintó para conocer el imponente tamaño de las figuras, así como los trucos de los que se sirvió Miguel Ángel para llevarlo a cabo con el esplendor con el que lo vemos hoy en día. Cuando terminamos quisimos dar la vuelta para ver el resto de las salas, pero no pudimos porque una vez llegabas a la capilla no se podía dar vuelta (o al menos nosotros no lo conseguimos), así que nos quedamos sin ver las estancias de Rafael y demás pinturas, que nos hubiera gustado. En fin, para otra vez será.




Castel de Sant'Angelo
Tras abandonar el museo, comimos en un sitio cercano. Después de comer fuimos a ver el Castel de Sant'Angelo, en la orilla del Tíber, y ya fuera de la Ciudad del Vaticano. Este castillo se construyó con la idea de ser el mausoleo del emperador Adriano, aunque posteriormente se le dio un uso militar. Lo más curioso, es que el castillo conecta directamente con el Vaticano por medio de un pasadizo para que el Papa pueda huir por él en caso de urgencia.
La verdad es que la visita al interior del castillo no nos entusiasmó demasiado. Estaba demasiado vacío de contenido para nuestro gusto, aunque las vistas eran bonitas, eso sí.





Piazza Navona
Llegamos a Piazza Navona, e hicimos un descansito, ya que a mi me dolían muchísimo los pies, entre el calor que hacía y la caminata que nos habíamos pegado. Nos tomamos un tartufo affogato al café, o sea, una trufa de chocolate bañada con café que estaba deliciosa, en el famoso restaurante Tre Scalini. Disfrutamos nuestro postre mientras mirábamos a los turistas, que no eran pocos, y disfrutábamos de la plaza.En esta plaza se encuentra el Obelisco Agonalis, el tercero que veíamos, y el primero de los que son copia de la Antigua Roma. Piazza Navona es muy animada, y había músicos tocando, dibujantes, pintores, caricaturistas... El ambiente era muy similar a la zona de Montmartre de París. Es como un centro de reunión de la ciudad. Está decorada con diversas fuentes, aunque en aquel momento alguna se encontraba en obras y no la pudimos apreciar.

Pantheon
Desde Piazza Navona llegamos al Pantheon, que fue uno de los sitios que más nos gustó. La Piazza della Rotonda, donde se emplaza, es muy, muy animada, y daban ganas de quedarse allí un rato disfrutando el momento. El Panteón es un templo de planta circular que erigió el emperador Adriano sobre las ruinas de otro que había erigido Agripa. Aquí encontramos otro obelisco egipcio, el cuarto que veíamos. Este Obelisco Macuteo se cree que vino del Templo de Ra en Heliópolis. Era el tercero procedente del Antiguo Egipto que veíamos.
Por dentro es espectacular, un prodigio de la técnica y de la arquitectura todavía a día de hoy. Lo primero que llama la atención es el techo, con un agujero en el medio (óculo) por el que se escurre el agua cuando llueve, siguiendo unos cauces que la conducen hasta las alcantarillas del suelo. El artesonado, que parecía pintado en las paredes, en vez de algo real. Dentro del Pantheon se encuentra la tumba de Rafael.

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Interior del Panteón |
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Piazza Colonna |
Fontana di Trevi
La Fontana di Trevi fue nuestra siguiente parada. Sin duda, es uno de los monumentos más conocidos de Roma, y se construyó para adonar el final de un acueduto, aunque su diseño actual es producto de una renovación posterior, que se hizo en estilo barroco. Está como adosada a un edificio y la plaza estaba no llena, sino llenísima de gente. Por supuesto atravesamos la marea humana hasta poder llegar a la Fontana para proceder a tirar la monedita que nos garantice la vuelta a Roma.

Piazza dei Quirinale e himno italiano
Después fuimos hasta la Piazza del Quirinale, donde se encuentra el Palazzo del Quirinale, residencia del Presidente de la República Italiana. Llegamos justo a tiempo de ver el cambio de guardia y escuchar a los soldados cantar el himno de Italia con la extraña sensación de estar viendo una victoria de Ferrari.
Y, cómo no, aquí otro obelisco presidía la plaza, en este caso el Obelisco Quirinal, el quinto que veíamos y el segundo de la Antigua Roma.






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