Nuestro último día de excursión familiar en Asturias nos fuimos hasta Taramundi, en el extremo occidental, ya tocando con Lugo (Galicia). La ruta hasta allí es verdaderamente escénica. Te vas sumergiendo en el paisaje y adentrándote en lo más profundo de la montaña. Alrededor sólo se ve vegetación. Es impresionante.

El problema de toda esta zona es que al ser carreteras de montaña tienen muchas curvas, no se puede correr mucho y los accesos a los sitios y los aparcamientos son muy difíciles.

Nuestros amigos habían reservado para comer en un sitio en lo profundo del valle (Restaurante As Veigas: mi crítica en Tripadvisor aquí). El lugar era idílico, la verdad, no así la comida. Para entrar se accedía por un pequeño puente de madera que daba un poco de miedo, porque parecía que se iba a desmontar cada vez que pasaba un coche, a pesar de que había un cartel bien grande que decía "El puente resiste".

Después de comer intentamos parar en la aldea de Os Teixois pero fue imposible aparcar, así que ocntinuamos hasta Mazonovo, que habíamos visto de paso hasta el restaurante y nos pareció interesante. Resulta que en el lugar hay un museo de molinos, que es lo que llama la atención, y como íbamos con los niños nos pareció interesante porque parecía bastante interactivo. Fue un éxito. 

Primero te ponen un vídeo explicativo de los usos y la historia del molino, muy interesante e instructivo.

Después pasamos a un área donde había diferentes molinos en los que se podía probar a moler in situ distintos tipos de grano y con diferentes técnicas, tanto para los mayores como para los más pequeños. Por supuesto, los niños se lo pasaron pipa probando, y los mayores también.

También se pueden manipular tres molinos hidráulicos cuya fuerza motora viene dada por la enorme noria exterior.

 

Ya en el exterior se pueden observar molinos chinos, que utiliza el pie para percutir el grano.

En resumen, un museo muy entretenido e interesante tanto para los niño como para los mayores.