Hoy quiero dar a conocer una de mis playas favoritas, la de Ancoradoiro. Es una playa casi salvaje de arena fina y de mar abierto que suele tener fuerte oleaje. Hasta hace unos años estaba rodeada de un pinar inmenso que protegía la playa y le daba más intimidad, pero después de los incendios de 2006 la superficie pinar se ha visto reducida. Aún así la sensación sigue siendo la de estar en plena naturaleza, si nos olvidamos de algunas de las casas que se divisan a lo lejos.
Además nunca suele haber mucha gente y como la playa es larga tiene la ventaja de que el espacio entre los bañistas es enorme, cosa que yo siempre agradezco.
El perfecto punto y final para una tarde en Ancoradoiro es un paseo por la playa aprovechando la luz dorada del ocaso mientras esperamos la puesta de sol.
Y por supuesto fijarse bien a ver si podemos ver el famoso rayo verde, aunque si no lo vemos habrá merecido la pena igualmente.
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