Bélgica día 2: Brugge (Brujas)
Rumbo a Brujas
Habíamos madrugado bastante para poder aprovechar el día en Brujas. El desayuno en el hotel estaba bastante bien, a base de minicroissants y mini napolitanas muy frescas y ricas. Tras desayunar tomamos un tren rumbo a Brujas (Brugge). [Tip:Hay que saber el nombre en inglés/francés -Bruges- o flamenco - Brugge- para poder pedir el billete correctamente y poder leer las indicaciones de las vías, porque Brujas es español y no esperéis encontrarlo por ningún sitio]. Como había estado estudiando francés durante el verano, me atreví a pedir el billete en francés, ¡todo un logro! Así que con nuestro billete aller et retour nos metimos en el tren de las 9 hacia Brujas donde llegaríamos aproximadamente una hora después.Brujas es una de las ciudades medievales mejor conservadas del mundo (aunque una parte ha sido reconstruido) . Hasta el siglo XV fue un importante centro de comercio gracias a su salida al mar,. Contaba, además, con una gran industria de lana y su adhesión a la liga hanseática la hizo una de las ciudades más próspera de toda Europa. Pero a partir del siglo XVI el río se fue encenagando hasta tapar la salida al mar, y sumiendo a la ciudad en una profunda decadencia.
La ciudad no es muy grande, así que se recorre perfectamente a pie. Está muy bien conservada, aunque a mí me decepcionó un poco, porque me pareció que le faltaba algo de vidilla, las calles estaban bastante desiertas salvo en la zona nueva que era la zona de tiendas. Que fuera un jueves a las 10 de la mañana del mes de octubre y no hiciera buen día tampoco ayudaba mucho.
El casco histórico de Brujas
Llegando al centro histórico de Brujas la cosa se animaba un poco más, pero más por la presencia de turistas que por los propios ciudadanos brujenses. Llegamos hasta el Grote Markt, la plaza central o Plaza Mayor. En medio de la plaza había un mercado, pero lo que más llama la atención es el campanario, que data del siglo XII.Campanario |
Después nos acercamos hasta la Plaza Burg, la segunda plaza más importante de la ciudad y su verdadero corazón. Aquí se encuentran edificios emblemáticos como el Stadhuis, el ayuntamiento, con su característica fachada gótico-flamígera, la Basílica de la Santa Sangre, la Capilla de San Basilio y otros. Nosotros nos conformamos con disfrutar de la plaza por fuera, y no entrar en ninguno edificio y dimos un paseo hasta los canales.
Ayuntamiento |
Detalle de la fachada del ayuntamiento |
Basílica de la Santa Sangre |
Después seguimos paseando por las calles y los canales de Brujas:
Fijaos en el precioso motivo de la cortina. ¡Son las típicas casas brujenses! |
Tras la comida intentamos ir al Groeningemuseum, el Museo Municpal de Bellas Artes, pero estaba cerrado por montaje de una exposición temporal. Decidimos entonces visitar el Memling Museum, dedicado a Hans Memlinng y cuyas obras se exponen en el Sint-Janshospitaal (antiguo hospitual de San Juan). Cuando terminamos decidimos volver a Bruselas, pues prácticamente habíamos visto todo lo que hay que ver en Brujas.
Bruselas: el Parlamento Europeo y el Palais Royal
Cuando llegamos a Bruselas lucía un sol espléndido, nada que ver con el día gris de Brujas. Dimos una vuelta por la zona del Parlamento Europeo, pero como no teníamos entrada reservada sólo lo pudimos ver por fuera.Practicamente al lado del Parlamento se encuentra el Palais Royal, el Palacio Real que se usa principalmente para cuestiones de estado, ya que la residencia real se encuentra a las afueras del Bruselas. La visita al interior puede hacerse hasta las cinco de la tarde, pero a nosotros no nos interesaba demasiado y nos contentamos con verlo por fuera.
Aquí, como en Amsterdam, la bicicleta es un medio de transporte muy popular, debido a la orografía prácticamente llana de la ciudad.
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