Sierra de Francia día 2: La Alberca, Miranda del Castañar, Mogarraz y Peña de Francia
La Alberca
Hoy nos habíamos propuesto descubrir los pueblecitos de la Sierra de Francia, un sitio que tiene muchísimo que ofrecer: pueblecitos con encanto, parques naturales, rutas de senderismo... Fue difícil escoger qué es lo que queríamos hacer porque ya veíamos que iba a ser imposible ver todo lo que nos apetecía en tan pocos días. Al final decidimos ir temprano a la Alberca y desde ahí ir viendo qué cosas podíamos ir viendo sobre la marcha en función del tiempo que tuviéramos según nos fuésemos entreteniendo más por el camino.Llegar hasta la Alberca fue sencillo, el problema es que media España había tenido la misma idea. Felizmente conseguimos unos de los pocos sitios de aparcamiento disponibles para los dos coches, pero los que llegaron media hora más tarde de nosotros tuvieron que o esperar o marcharse, porque era inviable acoger tal cantidad de coches en un pueblo tan pequeño. Por eso la visita quedó un poco deslucida, de repente una avalancha de gente se apoderó del pueblo y, aunque es bonito, estábamos más pendientes de esquivar turistas que de disfrutar la visita. Aún así vale la pena visitarlo con calma (y en otras fechas más tranquilas).
La Alberca fue el primer pueblo declarado conjunto histórico artístico en España en 1940. Es también uno de los pueblos más bonitos de España (en esta zona hay unos cuantos) y es fácil ver por qué. Esta en medio de la sierra, que ya de por sí es muy bonita, pero además conserva muy bien la arquitectura tradicional en madera, piedra y adobe, callejuelas estrechas y empedradas y coloridos balcones. El corazón del pueblo es la Plaza Mayor, donde paramos a hacernos unas fotos todos juntos pero del que enseguida humios porque aquello estaba hasta los topes (y sí, en las fotos no se aprecia porque hemos descartado todas la fotos malas con hordas de gente xD).
Plaza Mayor de la Alberca |
Una vez abandonada la plaza mayor y las dos calles principales ya se respiraba un poco más de tranquilidad y era un poco más fácil imaginarse una vida tranquila en este rinconcito serrano.
Arquitectura típica |
Balcones |
Fachadas en adobe y madera |
Siendo Semana Santa, la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción estaba en plena efervescencia. Todas las puertas estaban abiertas, los fieles entraban y salían y a los pocos minutos salió también la procesión que recorrió varias calles. Nosotros fuimos saltando de calle en calle tratando de esquivarla, porque era bastante numerosa.
Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción de la Alberca |
En las calles menos turísticas las casas ya no lucían tan de postal, y el ambiente pasaba de pueblo bonito a pueblo normal.
Después volvimos a salir a la calle principal, ya intransitable a esas horas (mediodía) debido a la cantidad de gente que había ido llegando. La calle era una sucesión de tiendas de recuerdos de productos chinos con el nombre de la Alberca y otras de embutidos típicos de la zona junto con algún restaurante. En vistas del agobio de gente decidimos abortar el plan de comer allí y marcharnos a otro pueblo donde no hubiera tanta gente (spoiler: fue difícil). Pasamos por varios pueblos y mientras íbamos llamando a diversos restaurantes porque ya veíamos que lo íbamos a tener crudo sin reserva. Al final encontramos un sitio en Miranda del Castañar y, mal que bien, conseguimos dos huecos para aparcar a no demasiada distancia del pueblo. Menos mal porque la verdad es que no veíamos alternativas ni para comer de bocata en los alrededores.
Dio la casualidad que aparcamos delante de una tienda de jamones y embutidos, así que los abuelos por supuesto entraron y se llevaron varias cosas para comer y regalar a los amigos. Además en la tienda nos enseñaron una parte del secadero de jamones y bueno, la verdad es que impresiona la cantidad de patas negras que tenían allí colgadas aunque también daba un poco de penita por los animalitos (a mi, a mis padres y mis suegros estoy segura que se les hacía más la boca agua xD).
Miranda del Castañar
Miranda del Castañar es otro de los pueblos más bonitos de España y también conjunto histórico-artísitco. Aunque antes de explorarlo lo primero que hicimos fue ir a comer, no vaya ser que nos quedásemos sin reserva...
En el restaurante (Restaurante Las Petronilas: mi crítica en Tripadvisor aquí) probamos productos típicos como el limón serrano (ensalada de limón, naranja, huevo y chorizo, muy rica y sorprendente combinación de sabores) o el cuchufrito (cabrito frito).
Ya con el estómago lleno accedimos a los encantos de Miranda del Castañar entrando por una de las cuatro puertas de acceso de su muralla. Aledaño a la muralla se encuentran los restos de un castillo, aunque sólo se conserva la torre y en frente de dicha torre encontramos una plaza que hace las veces de plaza de toros, la segunda plaza de toros más antigua de España, por cierto, después de la de Béjar. Era el antiguo patio de armas del castillo y puede acoger a unas 2000 personas.
Los retratos cuelgan de casas pero también de la iglesia.
Las casas son las típicas de arquitectura popular como las de La Alberca, de adobe y madera y las calles son también estrechitas y de piedra hasta desembocar en una gran plaza, también muy animada.
Peña de Francia
Se nos acababa el día y ya no nos iba a dar más tiempo de ver pueblos, así que de vuelta a Ciudad Rodrigo decidimos para en la Peña de Francia que nos quedaba de camino a ver la puesta de sol.
Repetidor de comunicaciones en la cima de la sierra |
La Peña de Francia es la cima de la sierra a 1700 metros de altura. Aquí hay un santuario dominico y una hospedería aunque ninguno estaba en funcionamiento en ese momento. Al parecer el santuario tiene mucha afluencia de visitantes en verano, sobre todo de peregrinos en su camino hacia Santiago de Compostela. En invierno normalmente se encuentra cerrado porque el camino es inaccesible a causa de la nieve.
Santuario Nuestra Señora de la Peña de Francia |
Mirador con peregrino |
Y obviamente a tanta altura lo que tiene son unos magníficos miradores para contemplar la inmensidad de la sierra.
Vuelta al hotel perdidos por la sierra
Parecía que al final algo nos había salido bien ese día finalizado con una bonita puesta de sol y sólo nos quedaba media horita de camino al hotel. Pues en algún momento una de las señales que indicaban Ciudad Rodrigo que fuimos siguiendo nos desvió y en vez de mandarnos de vuelta por el camino por el que habíamos venido más transitado y rápido acabamos medio perdidos por el medio de la sierra. Menos mal que llevábamos GPS en el coche (el del móvil no funcionaba) y tras una desesperante hora y media pasando por pueblos y pueblos y carreteritas de montaña y con las niñas ya desesperadas conseguimos llegar al hotel a medianoche.
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