Viena día 1: Stephansdom, Hofburg, Cripta Imperial, Mercadillo de navidad
Stephansdom, la Catedral de Viena
Nos levantamos a las 6:30 para aprovechar el día, ya que a las cuatro de la tarde se hacía de noche. Desayunamos solos en la sala del hotel, amenizados con saltos de esquí en la tele. Tras desayunar y después de abrigarnos hasta arriba, pusimos rumbo al centro de Viena.Las calles seguían todas nevadas y nosotros disfrutamos del paisaje encantados, a pesar del frío. Las temperaturas eran negativas, nunca habíamos experimentado nada parecido, y la verdad yo lo esperaba peor. El viento era helado, sí, pero bien abrigados se aguantaba bastante bien. Era muy temprano, y apenas había gente en las calles.
Desde el hotel nos llevó unos 30-40 minutos llegar hasta Stephensdom, la Catedral de Viena. La catedral es de estilo gótico, y la verdad es que ni por dentro ni por fuera nos llamó demasiado la atención. Desde la plaza hay poca perspectiva para admirar la catedral, y ciertas partes estaban muy sucias, lo que deslucía el conjunto. Lo que si nos gustó fueron los originales tejados azulejados representando el águila bicéfala, símbolo de la Casa de los Habsburgo.
Una vez en el interior tuvimos que pagar la entrada, ya que se podía entrar gratuitamente y ver el interior desde una reja, pero si querías pasar tenías que pagar. Cogimos entradas para el acceso a la catedral, el acceso a los tejados y a las catacumbas. En total fueron casi 26€ (13€ por persona) que nos pareció muy caro para lo que después se visita. Junto con la entrada nos dieron una audioguía en español, y la escuchamos un rato mientras admirábamos el interior. Pero lo cierto es que los comentarios no eran muy interesantes, y el interior no nos emocionó demasiado tampoco.
Interior de la catedral y órgano |
Detalle del púlpito |
Altar mayor |
Las catacumbas no se podían visitar hasta las 10:30. Todavía faltaban 20 minutos, así que fuimos a ver el tesoro catedralicio para hacer tiempo. Al tesoro se accede saliendo por la puerta principal y tomando un ascensor, que también tardó mucho tiempo en llegar. El tesoro lo vimos bastante de refilón, porque no nos interesaba mucho. Sin embargo, había unas buenas vistas del interior de la catedral desde allí:
A las 10:30 nos unimos a la visita guiada a las catacumbas, que se hizo en inglés y alemán. En la cripta descansan obispos y antepasados de los Habsburgo. A lo largo de varios pasillos descansan miles de huesos de las personas que se enterraron aquí.
Cuando salimos a la Plaza de San Esteban ya había un poco más de ambiente. Había más gente por la calle y los fiakers (los carruajes típicos de Viena) esperaban la llegada de algún turista para darle una vuelta por la ciudad. Menos mal que a algunos caballos les ponían mantas y orejeras, porque allí parados y con el frío que hacía...
Hofburg, el Palacio Imperial de Viena
La siguiente parada fue el Hofburg, el Palacio Imperial de Viena. El palacio se encuentra en pleno centro de Viena, y durante 600 años fue la residencia de invierno de los emperadores del Imperio Austro-Húngaro. Ahora parte del edificio sirve de residencia al presidente de la República Austríaca.La vistas del Neue Burg desde Heldenplatz son las más bonitas, y también las más conocidas.
Los tickets para entrar en los diferentes puntos del palacio se sacan en una pequeña caseta en una plaza aledaña. Tras echar un vistazo a los distintos tickets, nos decantamos por la entrada normal sin guía pero con audioguía, que da derecho a visitar los Apartamentos imperiales, el Museo Sisi y la Platería de la Corte. La audioguía la hay en español. La entrada tampoco fue barata: 11,50€ por persona. [Tip: El Sisi Ticket (25€) sale a cuenta si se desea visitar el Hofburg y hacer el Grand Tour en el Palacio de Schonbrün.].
Acostumbrados como veníamos de Moscú, de llegar a un sitio y tener que dejarlo todo en el ropero gratuitamente y andar libre por el interior (sin gorros, guantes, bufandas, abrigos...) fue lo primero que buscamos al entrar. Desgraciadamente no encontramos nada y cargamos con toda la parafernalia durante toda la visita (en otros sitios había roperos pero de pago y en otros unas prácticas taquillas que era lo que usábamos al final).
La visita comienza por la Platería de la Corte, donde se pueden ver las diferentes vajillas y los centros de mesa que usaban los diferentes monarcas.
Y después se continuaba hacia los Apartamentos Imperiales y el Museo de Sisi, donde estaba prohibido hacer fotos. Aquí se contaba la vida de la Emperatriz Isabel de Baviera, más conocida como Sisi o Sissi. La audioguía hace un repaso de las diferentes habitaciones al mismo tiempo que de la vida de Sisi. Su inesperado matrimonio con Francisco José I, su rechazo al rígido ceremonial de la corte austríaca, su obsesión por la belleza y por la delgadez, sus constantes viajes, etc. En la exposición se pueden ver fotografías, cuadros, trajes y joyas que, entre otras, documentan la curiosa vida y muerte de Sisi. A mi este personaje histórico me fascina, pero Mr. Knook acabó hasta el moño de ella, porque en todas partes usaban su figura para atraer visitas.
Cuando salíamos del Palacio me empezó a doler la rodilla izquierda, me molestaba un poco al bajar las escaleras. No le di más importancia, pero tuve serios problemas los días siguientes para andar (más sobre esto en sucesivos post).
Otras estancias del Palacio Imperial
El palacio también acoge varios museos y una cámara del tesoro. En el Museo de Etnología se encuentra el famoso penacho de Moctezuma, pero no lo pudimos visitar porque el museo está cerrado por obras hasta 2017. En el tesoro se pueden ver coronas y joyas, pero había que pagar la entrada a parte (12€) y no nos interesaba tanto. También se puede visitar la Escuela Española de Equitación, creada en el siglo XVI y donde todavía hoy en día se crían y doman caballos lipizzianos. Se puede asistir a uno de los shows ecuestres y hacer una visita guiada por las instalaciones (16€). A nosotros no nos atraía la idea de ver caballos encerrados (de hecho nos dan pena), así que no nos planteamos esta visita, pero sí que pudimos ver algunos caballos de la escuela en una de las calles aledañas a última hora de la tarde.Nationalbibliothek
Lo que sí visitamos fue la Nationalbibliothek o la Biblioteca Nacional. Lo que se visita es la Prunksaal (Sala Principal), y aunque la entrada es bastante cara (7€) vale la pena. La biblioteca se construyó en el siglo XVIII en estilo barroco y es muy bonita, decorada con frescos y estatuas y dos globos (uno terráqueo, el otro celeste) de incalculable valor.Biblioteca Nacional, a la izquierda se encuentra la Augustinkirche |
Frescos en el interior de la bibioteca |
Augustinerkirche
Al lado de la biblioteca se encuentra la Agustinerkirche, la Iglesia de los Agustinos. En esta pequeña iglesia se casaron, entre otros, Sisi con Francisco José, la emperatriz María Teresa o Napoleón y María Luisa. En la Herzgruft o Cripta de los Corazones se guardan los corazones de los Habsburgo (los cuerpos se guardan en la Cripta Imperial). La Iglesia por fuera apenas se reconoce, porque la fachada tiene el mismo estilo que la de la biblioteca.Parada para una comida típica vienesa
Como el hambre empezaba a apretar, paramos a comer en un restaurante que servía comida típica que había allí mismo y que tenía buena pinta (Café Palffy: mi crítica en Tripadvisor aquí). Nos decantamos por unas sopitas de primero para calentar el cuerpo: Leberknödelsuppe (sopa con albóndiga de hígado) y Frittatensuppe (sopa con tiras de crepe).Leberknödelsuppe (abajo) |
Frittatensuppe |
De segundo tomamos gulasch y el famosísimo Wiener schnitzel, que aunque pueda parecer otra cosa por el nombre, es lo que en España llamamos milanesa de toda la vida.
Cripta Imperial
Tras la comida visitamos la Kaisergruft o Cripta Imperial de Viena, donde están enterrados los emperadores Habsburgo y sus descendientes. La Cripta se encuentra bajo la Iglesia de los Capuccinos, en un edificio tremendamente corriente por fuera. Nosotros nos esperábamos algo con más pompa, y la iglesia apenas llama la atención. [Tip: Es recomendable ir con un mapa o algún árbol genealógico para poder distinguir las sepulturas, porque aunque están en alemán es bastante difícil y hay muchos nombres que se repiten.] Si no tenéis mucha idea de historia austríaca (como nos pasaba a nosotros) la visita puede ser un poco rollo. Nosotros compramos un mapa por 1€, la guía creo recordar que valía 5€ y como la entrada nos pareció bastante cara de por sí (5,50€ persona) no queríamos gastar mucho más. Pero la verdad es que el mapa no valía para mucho, estoy segura de que la guía era más práctica.Sarcófago de José I de Habsburgo |
Doble sarcófago de la emperatriz María Teresa y su marido Francisco I, padres, entre otros, de María Antonieta. |
Izquierda sarcófago de Francisco José I, derecha sarcófago de Sisi. |
Flores en la tumba de Sisi |
Tarta Sacher en el hotel Sacher
Anochecía muy temprano esos días, y a las 17:00 ya estaban cerrabas todas las atracciones turísticas. Lo único que podíamos hacer a esas horas era pasear. Por suerte, Viena está llena de cafés y su repostería (tartas y bollos) son muy famosos, así que en vez de pasar frío en la calle nos decantamos por ir a por un trozo de tarta. Como la tarta más típica de Viena es la tarta Sacher y, supuestamente, se inventó en el Hotel Sacher, allá nos fuimos a probarla al Café del hotel (Café Sacher: mi crítica en Tripadvisor aquí). Tuvimos que esperar fuera, en la cola y al frío unos 20 minutos hasta que pudimos entrar. El sitio era chulo y no tan caro como esperábamos, pero la tarta para mi gusto estaba muy seca. No sé si es que era así o es que como tenían los trozos cortados se reseca, pero desde luego no repetiría, hay cientos de sitios mucho menos turísticos y más baratos que seguro que tienen una tarta más fresca.Tarta Sacher 7€, capuccino 5€. Por lo menos lo acompañaban de un vaso de agua, que falta hacía. |
Mercadillo de Maria-Theresien Platz
No nos quedamos demasiado tiempo en el Café porque no nos gustó mucho el ambiente, así que tras recoger nuestras cosas del ropero y pagar 1€ cada uno por ello (que ya es bastante caro el sitio como para que te cobren el ropero aparte, pero bueno) volvimos a salir al frío. Estuvimos deambulando sin rumbo por las calles y llegamos hasta Maria-Theresien Platz. Habíamos leído que los mercadillos navideños se recogían tras el 25 de diciembre, así que nos llevamos una grata sorpresa cuando nos topamos con un grandísimo mercadillo navideño en plena plaza. Casetas de madera que vendían punsch (un licor dulce que se toma caliente), sopas, chocolates, artesanía en madera y latón, pendientes, etc.Nos recorrimos sin prisa el mercadillo, y probamos el punsh que nos dieron en una taza con forma de seta que conmemoraba que durante 2015 Viena acogería el festival de Eurovisión. El punsch valía unos 6€, 3€ de la bebida y 3€ de la taza, que te devolvían si la retornabas. Nosotros, por supuesto, nos la quedamos de recuerdo.
Feliz con mi taza-seta |
Rathaus
Prácticamente al lado de la Plaza de María Teresa se encuentra el Rathaus o Ayuntamiento, por el que pasamos en nuestro camino al hotel. Nos sorprendió mucho lo esplendoroso que era el edificio, de estilo gótico, y en cuyo parque había también un mercadillo navideño, aunque con los puestos ya cerrados a esas horas.Volvimos andando hasta el hotel, pero antes paramos en la estación de Wien Mite y compramos unos sandchiwes para cenar al llegar. Las temperaturas seguían bajo cero, y cuando llegamos a la habitación teníamos las piernas rojas del frío, a pesar de que íbamos bastante bien abrigados.
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