Lisboa día 3: Mosteiro dos Jeronimos, Bairro Alto y visita a Sintra
Fundación Calouste Gulbenkian
A pesar de que me había tomado un antiinflamatorio, me seguí doliendo la cabeza igual que el día anterior . Volví a prescindir del café que nos daban en el hotel, porque era malísimo, y me fui toda mosca por mi dolor de cabeza que no pasaba.
Nuestra primera visita del día fue la Fundación Calouste Gulbenkian, bastante interesante.
En la cafetería del museo aproveché para tomarme un café y, de repente, minutos después haberlo tomado, mi dolor de cabeza había desaparecido. De repente todo tenía sentido, mi dolor de cabeza tan anormalmente doloroso era, ni más ni menos, ¡¡que mono de cafeína!!. Nunca había sentido un dolor tan horrible en mi vida, pero sí, estaba claro que era por privación de cafeína. Decidí que no me iba a volver a pasar y me propuse dejar el café gradualmente, cosa que conseguí un tiempo después. No quería verme en otro viaje sufriendo tal dolor de cabeza. Tras recuperar mi buen humor con el café dimos un pequeño paseo por los jardines del museo.Mosteiro dos Jeronimos
Después cogimos el coche para volver a Belem y visitar el Mosteiro dos Jeronimos, patrimonio de la humanidad. y mientras uno hacía cola para sacar los tickets, el resto aprovechamos para comprar pasteis de nata en la famosa confitería de Belem, que está al lado.
El Mosteiro es precioso, de arquitectura manuelina al igual que la Torre de Belem, todo blanco, exquisitamente ornamentado. Una maravilla por dentro y por fuera.
La iglesia era especialmente bonita
Después aprovechamos que el CCB estaba al lado y comimos en la cafetería del mismo. Yo tomé unos pappardelle con bacalao que estaban riquísimos. No he vuelto a comer una pasta tan rica en mi vida.
Después de comer cogimos el coche y fuimos hasta Sintra, que está a una media hora en coche. Lo increíble de Sintra es que estando tan cerca de Lisboa todavía conserve ese aire de pueblo y esa frondosa vegetación rodeando sus casas. Lo malo es que no habíamos contado con que los palacios cerrasen tan pronto, y no nos dio tiempo a visitar ninguno porque habíamos perdido mucho tiempo en el propio pueblo.
Al volver paramos en el circuito de Estoril y también en el Casino, más por la gracia que por otra cosa.
Al volver a Lisboa lo hicimos por la costa, y de esta forma pudimos ver las localidades costeras y el ambiente que había.
Por la noche, ya en Lisboa, fuimos a cenar a la zona del Bairro Alto. Como ya estábamos cansados cogimos el metro hasta A Baixa, una de las zonas más bonitas de Lisboa. Después de dar algunas vueltas para encontrar un restaurante de fados donde no nos clavasen, un chico negro muy majo que estaba repartiendo publicidad nos llevó a uno que no estaba mal: O Caldo Verde.
Claustro |
La iglesia era especialmente bonita
Tumba de Vasco da Gama |
Visita frustrada a Sintra
Por la noche, ya en Lisboa, fuimos a cenar a la zona del Bairro Alto. Como ya estábamos cansados cogimos el metro hasta A Baixa, una de las zonas más bonitas de Lisboa. Después de dar algunas vueltas para encontrar un restaurante de fados donde no nos clavasen, un chico negro muy majo que estaba repartiendo publicidad nos llevó a uno que no estaba mal: O Caldo Verde.
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