Malta día 3: Ruta norte (Mosta, Mdina y Rabat)

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 Ruta norte con el bus turístico

Ese día nos saltamos el desayuno del hotel, porque era malísimo, y nos tomamos las sobras de la cena: pizza. Ni siquiera quisimos bajar a por un triste café, té ni yogur. Era todo horrible. 

Con respecto al plan del día,  ya os hablé de que el transporte en Malta es complicado. Por eso dudamos mucho a la hora de escoger entre transporte público (bus) o alquilar un coche. Al final, como la peque el tema coche no lo llevaba muy bien nos decidimos por el bus, viendo que hay diferentes rutas que cubren toda la isla. Ese día nos decidimos a hacer la ruta norte, que con la compañía elegida era de color azul. Habíamos elegido ese hotel precisamente porque la parada de los buses turísticos y de los ferrys se encontraba muy cerca y nos facilitaba mucho las cosas. 

A las 9:30 cogimos el bus Hop-on Hop-off de Malta Sight Seeing porque era el que más nos convencía por los horarios. Nos costó 45€ a cada uno (la peque no pagaba). Este billete te permitía pasar el día entero usando ese bus para recorrer la zona norte de la isla. Luego fue un poco chof porque las carreteras son tan malas y los atascos tan comunes que tardas muchísimo en llegar de un sitio a otro y apenas te da tiempo a ver nada. Nosotros pudimos visitar tan sólo 3 lugares de todos los que ofrecían.
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Paisajes del norte de Malta

Mosta

Tardamos una hora en llegar hasta Mosta, a pesar de estar a tan sólo 10 kilómetros de Sliema, por todas las vueltas que daba el bus. Una vez allí tan sólo visitamos la Iglesia Parroquial de la Asunción, más conocida como la Rotonda de Mosta (Ir-Rotunda tal-Mosta). Se trata de una iglesias más conocidas de la isla por su enorme cúpula, que en su época fue la tercera más grande de Europa y que aún hoy en día se puede divisar desde casi cualquier punto de la isla.
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Fachada de la Rotonda de Mosta
La visita la empezamos, precisamente, por el tejado de la cúpula. Desde allí se puede divisar tanto el exterior como el interior de la iglesia.
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Interior de la iglesia desde lo alto de la cúpula
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Detalle de la cúpula
Como curiosidad, la iglesia estuvo a punto de ser destruida en la II Guerra Mundial. Una bomba perforó la cúpula y cayó al interior durante la misa pero no llegó a explosionar, lo que fue interpretado como un auténtico milagro. Una réplica de esa bomba se expone hoy en día en el pequeño museo de la iglesia.
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Réplica de la bomba.
La visita de la iglesia de Mosta fue bastante sucinta para no perder el siguiente bus. La frecuencia de paso era muy poca, pasaban más o menos cada hora, así que según la duración de la visita te podía coincidir bien o mal. En este caso nos esforzamos para que la visita nos llevase menos de una hora y nos diese tiempo a coger el siguiente bus en dirección a Mdina, a donde llegamos a las 11:30.

Mdina 

Mdina (L-Imdina) era la antigua capital de Malta. Fue fundada por los fenicios alrededor del siglo VIII. Se trata de una pequeña ciudad fortificada en el interior de la isla, lo que la hacía muy fácil de proteger. Durante la época de los caballeros se construyeron la mayor parte de los palacios como residencias aristocráticas, aunque hoy en día son domicilios privados. Debido a la tranquilidad y intimidad de sus calles también se la conoce como La Ciudad del Silencio.

Quizá os suene la Puerta de entrada a Mdina, porque hizo las veces de puerta a Desembarco del Rey en Juego de Tronos.
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Puerta de entrada a Mdina
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Murallas que rodean Mdina
En Mdina está la catedral de Malta, la Catedral de San Pablo. Según se dice, se levanta sobre donde el gobernador romano Publio conoció a San Pablo tras su naufragio en Malta. Se fundó en el siglo XII aunque su aspecto barroco actual data de finales del siglo XVII. 
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Catedral de San Pablo

En el museo de la catedral, situado en un edificio justo enfrente, se exponen pinturas y unas tallas en madera de Durero.
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Nosotros decidimos no entrar a visitar la catedral ni el museo porque la entrada era bastante cara, no estábamos seguros de si nos gustaría y no teníamos demasiado tiempo. En lugar de eso paseamos por las calles de esta ciudad silenciosa admirando sus callejuelas y los vistosos palacios.
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Paramos a comer en un sitio bastante pintoresco, donde había muy buenas vistas y la comida no era cara (Restaurante Fontanella Tea Garden: mi crítica en Tripadvisor aquí). Aquí probamos un bocadillo típico, el Ftira Biz-Jezt. Se trata de un pan de rosca tradicional (ftira) que se rellena de tomate, cebolla, aceitunas, atún, alcaparras...
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Rabat

Después de comer visitamos Rabat. En origen, Rabat y Mdina eran la misma ciudad, pero los árabes amurallaron Mdina para fortificarla y Rabat se siguió extendiendo fuera de las mismas. En comparación con Medina, sus calles son un poco más caóticas y menos ordenadas. 
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Calles de Rabat
En Rabat destacan las catacumbas de San Pablo y las de Santa Ágata, las dos figuras más veneradas de Malta. El primero recaló aquí después de un naufragio y se escondió en unas cuevas que hoy son las catacumbas de San Pablo y la segunda huyó a Malta para escapar de un gobernador (acosador) romano y rezó en una de las cuevas que hoy son sus catacumbas. Nosotros sólo visitamos las de San Pablo, porque no nos dio tiempo a más. También hay una Domus romana con impresionantes mosaicos, pero por horario tampoco pudimos verla.

Catacumbas de San Pablo

A las Catacumbas de San Pablo se accede a través del Museo Wignacourt y su entrada también daba derecho a visitar el museo. 
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Iglesia de San Pablo, en Rabat.
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Acceso al Museo Wingacourt
Primero se accede a la cueva donde supuestamente estuvo escondido San Pablo, la St. Paul's Grotto, aledaña a una pequeña iglesia también semisubterránea. 
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Acceso a la cueva y a las catacumbas.
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Cueva de San Pablo
Después se accede a las galerías en sí, que cuentan con varios pasillos. Este sistema era un cementerio fenicio-romano, que como mandaba la tradición estaba ubicado a las afueras de la ciudad. En estas tumbas se encuentran enterrados tanto cristianos como judíos y paganos. Las catacumbas tienen unos 30 hipogeos todos conectados entre sí cubriendo un área de 2000 m2.
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Al acabar la visita nos dimos cuenta de que no nos daba tiempo a volver a la parada a la hora que pasaba el bus, así que tuvimos que hacer tiempo una hora más hasta que volviese a pasar. Mientras tanto, visitamos una de las muchas pastelerías que abundan en Rabat (Pastelería Santa Lucía: mi crítica en Tripadvisor aquí).
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Ahí probamos uno de los dulces más típicos: el imqaret. Es un dulce de origen árabe que consiste en una masa frita rellena de dátiles.
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Imqaret maltés
Una hora después, cuando llegó el bus, y aunque solamente eran las 16:00, ya nos dimos cuenta de que no podríamos hacer nada más. El bus tardaba dos horas en volver a Sliema y era el último del día, así que si nos parábamos en algún sitio, tendríamos que volver por nuestra cuenta. Tampoco había mucha más opción porque casi todos los sitios cerraban sobre las 16:30 o 17:00, así que subimos al bus, conectamos los auriculares y fuimos escuchando sobre los diferentes lugares de Malta según íbamos llegando a las paradas.

Bordeando la Bahía de San Pablo disfrutamos de un atardecer espectacular cuyos colores nos recordaban que estábamos casi en África.
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