Praga día 2: Josefov (barrio judío) y Galería nacional (Veletržní palác)
Josefov, el barrio judío
Ese día nos despertamos muy temprano, a las 06:20, ya que teníamos previsto visitar el barrio judío, Josefov, y al ser invierno las sinagogas cerraban bastante pronto, a las 16:30. Como no sabíamos cuánto tiempo nos iba a llevar preferimos no arriesgarnos y estar allí a la hora de apertura, a las 09:00 de la mañana. Al decidir ir andando teníamos que contar con media hora más, así que fuimos a desayunar a primera hora (las 7:30) para poder estar saliendo a las 08:30 de camino a Josefov.Llegamos a la Sinagoga más cercana y allí compramos la entrada combinada que da derecho a ver todas las sinagogas (incluida la vieja-nueva) y el cementerio. [Tip: La entrada trae en su parte posterior un pequeño mapa para orientarse. El precio de la entrada combinada es bastante caro (20€ por persona aproximadamente) pero compensa comprarla si se va a visitar la sinagoga vieja y nueva y cualquier otra. Aquí se pueden ver precios y tipos de entrada].También pedimos una audioguía (13€ aprox.) que sí nos arrepentimos de coger porque no era nada amena, los datos que daba eran bastante rollazo y enseguida perdías el hilo por aburrimiento. A mitad de la visita dejamos de usarla y nos apoyamos sólo en los carteles que había en las diferentes exposiciones.
Sinagoga Maisel
La primera sinagoga que visitamos fue la Sinagoga Maisel (Maiselova synagoga) construida en el siglo XVI por Mordecai Maisel, entonces alcalde de Josefov, mercader, financiero y filántropo que había ganado el favor del emperador Rodolfo II al prestarle dinero para las guerras turcas. Cuando se inauguró era la más grande de Praga. Fue destruida por un incendio y reconstruida en estilo neogótico.Sinagoga Maisel, detalle del exterior |
Su interior acoge parte del Museo Judío y expone varios objetos relacionados con la historia judía en Praga. En ella se nos da una primera introducción sobre cómo llegaron los judíos a asentarse allí (se cree que en torno al siglo X) y cómo fueron apartados en guetos para no mezclarse con los cristianos. No se les permitía ejercer la artesanía, ganadería o agricultura, de manera que el único campo en el que podían realizar actividades era la importación-exportación de bienes y los préstamos financieros, que los católicos tenían prohibidos. Esto fue así a lo largo de diferentes reinados, llegando incluso a tener que distinguirse a través de estrellas cosidas a la ropa, mucho antes de la época nazi. El gueto prosperó y a principios del siglo XVIII representaban alrededor del 25% de la población de Praga. María Teresa de Habsburgo los expulsó, sólo para que su hijo José II los volviera a admitir, relajando las leyes para que pudieran ejercer más actividades y dotándoles de más autonomía, razón por la cual el barrio lleva su nombre: Josefov. En el siglo XIX se abolió el gueto y se convirtió en un distrito más de la ciudad.
Interior de la Sinagoga Maisel |
Sinagoga Pinkas
La Sinagoga Pinkas (Pinkasova Synagoga) es la segunda más antigua, y es un memorial para las víctimas del Holocausto nazi. En sus pareces están escritos los nombres de unos 80.000 judíos checos que murieron a causa del nazismo. Otros tantos tuvieron que huir para escapar de tan aciago destino. En la pared principal se pueden ver los nombres de los principales campos de concentración. Sin duda fue la visita más abrumadora por su significado.Nave principal de la Sinagoga Pinkas con el arca en medio |
Nombres de los campos de concentración: Dachau, Terezín, Mauthausen y otros. Escalofríos. |
Planta anexa con más nombres |
Cementerio Judío
Justo al lado de esta sinagoga se encuentra el Antiguo Cementerio Judío. Este cementerio tiene una disposición de tumbas bastante curiosa, ya que como no se les permitía salir del gueto y debido al crecimiento de la población se quedaron sin espacio, por lo que tuvieron que arreglárselas para poder seguir enterrándose ahí. De acuerdo con las leyes judías las tumbas no pueden moverse ni destruirse, y los cuerpos deben estar en contacto con al tierra. Es por ello que la solución fue traer más tierra y crear varias capas de cuerpos (actualmente se cree que hay más de 12 capas), mientras que en la superficie se amontonan las lápidas de varios siglos. En total se cree que hay enterradas en torno a 100.000 personas, mientras que hay unas 12.000 lápidas.Sinagoga Klausen
La siguiente visita fue la Sinagoga Klausen (Klausová synagoga). Se encuentra justo a lado del cementerio judío y es la más grande de todas. En su interior se exponen diferentes objetos relacionados con el judaísmo, pero apenas la pudimos disfrutar porque toda la zona estaba tomada por excursiones escolares de diferentes países, y como eran tantos ocupaban toda el espacio disponible sin apenas dejar sitio para moverse entre los objetos. Así que le echamos un vistazo rápido y nos fuimos a la siguiente parada, la sociedad funeraria.La sociedad funeraria
Anexo a la Sinagoga Klausen y al Cementerio Judío se encuentra el edificio de la Sociedad Funeraria Judía de Praga, de estilo neorománico. En sus sótanos se encontraba la morgue, mientras que la planta primera era usada para llevar a cabo los rituales necesarios para enterrar un cadáver, tales como el lavado y purificado del cuerpo. Hoy en día acoge una pequeña exposición de objetos relacionados con esta temática y pinturas que explican los trabajos necesarios para ello.Exterior de la sociedad funeraria |
Sinagoga Vieja-Nueva
La Sinagoga Vieja-Nueva - Staronová synagoga- es la sinagoga en activo más antigua de Europa. Fue construida en el siglo XIII y es de estilo gótico.Exterior de la Sinagoga Vieja-Nueva |
La bimah o tribuna con el arca al fondo |
Un judío ortodoxo posando con el arca santa |
Sinagoga española
La última sinagoga que visitamos fue la Sinagoga Española (Španělská synagoga) y quizá la más impactante tanto en su interior como en su exterior. Es la sinagoga más nueva, ya que se construyó en el siglo XIX en el lugar donde se encontraba la sinagoga más antigua de todo Praga, que hubo que derribar porque se encontraba en mal estado. Según nos había comentado el guía del tour gratuito el día anterior, en la época de su construcción no se permitía usar ningún estilo que estuviese en uso por alguna de las iglesias de la ciudad, para no confundir al creyente cristiano y que entrase sin querer. Es por ello que el exterior casi parece una mezquita, y su interior está decorado siguiendo el estilo mudéjar, de ahí su nombre. Tras la ocupación nazi fue usada como depósito de bienes confiscados a los judíos, razón por la cual sigue tan bien conservada y además algunos de los bienes recuperados son los que se exponen hoy en día en las diversas sinagogas. La primera planta también acoge una exposición de objetos de plata procedentes de Bohemia y Moravia.Exterior de la Sinagoga Española |
La pared del arca |
Detalle de la rica decoración interior |
Galería Nacional
La visita al barrio judío nos había llevado 3 horas, menos tiempo del que inicialmente habíamos previsto, así que sobre las 12 nos dirigimos a nuestro siguiente punto de interés, que se encontraba al norte del barrio judío, cruzando el río Moldava. En general toda la ciudad está llena de paneles informativos muy útiles para encontrar los diferentes sitios a visitar, especialmente en la Ciudad Vieja.Por desgracia nuestra visita estaba en el barrio de Holešovice, y aquí no había tantas indicaciones, por lo que tuvimos que tirar de móvil y GPS para poder encontrar el Veletržní palác, el Palacio de las Ferias. La Galería Nacional de Praga se encuentra distribuida en diferentes edificios, por ejemplo la colección del mundo antiguo y asiático se encuentra en el Palacio Kinsky, en la Plaza de la Ciudad Vieja, mientras que el Palacio Sternberg en el distrito del Castillo se encuentra la colección de arte europeo hasta el barroco. El Palacio de las Ferias acoge la colección de arte moderno checo y europeo.
Palacio de Ferias, de estilo funcionalista. |
Ya un poco más descansados nos pudimos enfrentar a la enorme exposición que acoge el singular palacio. Plantas y plantas de pintura moderna tanto checa como europea, además de exposiciones más vanguardistas. A mi me gustó especialmente la parte dedicada al pintor checo Kupka, así como la dedicada a la pintura europea del siglo XX, que incluía trabajos de Picasso, Klimt, Braque o Gauguin entre otros. El edificio era enorme y se nos hizo infinito, al final estuvimos allí unas 2 horas pero se podía pasar el día entero si se tenían ganas.
Usando el tranvía por primera vez
Como ya estábamos hartos de estar de pie y el paseo hasta la Ciudad Vieja suponía ir andando 40 minutos y no estábamos por la labor, decidimos usar el tranvía por primera vez. Por desgracia no conseguimos encontrar ningún sitio donde vendieran billetes y, habiendo leído en la guía que se podían comprar al conductor, nos subimos al primer tranvía que nos podía acercar al centro, no sin pasar un buen rato intentando descifrar las direcciones y las paradas que nos podían servir. Pero cuando llegó el tranvía y nos subimos, allí no había manera de comprar nada y el conductor pasó de nosotros, así que sí, al final fuimos de polizones y un poco incómodos, porque habíamos leído que hay bastantes revisores que te pueden poner una multa ya no sólo si no tienes billetes (que no teníamos), si no también si no lo validas en las máquinas del interior del tranvía. Es por ello que decidimos bajarnos en la primera parada que reconocimos según pasamos el puente y continuar andando a partir de ahí. No obstante, tampoco os vayáis a asustar, porque después nos enteramos que la multa por no llevar billete es de unas 800 coronas (unos 30€) que duelen pero son asequibles.Plaza de la República
La siguiente parada fue la Plaza de la República (náměstí Republiky) que acoge edificios singulares como el Centro Comercial Palladium, la Casa Municipal o la Torre de la Pólvora.Centro comercial Palladium |
Exterior de la Casa Municipal |
Detalle del mosaico la Casa Municipal y la Torre de la Pólvora, antigua entrada a la ciudad, a la izquierda. |
La sombra de Freud planeando sobre mí |
Los cafés de Praga
Aunque era temprano ya estábamos bastante cansados, así que nos decimos por conocer alguno de los famosos cafés de Praga. Al igual que Viena, hay muchísimos cafés de diferentes estilos, más modernos o más históricos, donde hacer una parada y tomar un café o un trozo de tarta. Entre los típicos están el Café art noveau de la Casa Municipal, el Grand Café Orient, el Café Slavia, el Café Savoy, el Café Louvre o el Café Imperial. Nosotros nos decantamos por el Café Louvre porque es de los que tiene más historia y era de los que estaban más cerca (Café Louvre: mi crítica en Tripadvisor aquí). Este café data de 1902 y lo frecuentaban personalidades como Kafka o Einsten. Lo malo es que estaba a reventar de turistas, y el ambiente no era nada tranquilo, ya que había mucho ruido.Atraídos por la carta de tartas caseras yo me pedí una tarta de queso y melocotón y una limonada, mientras que Mr. Knook se decantó por un helado y un zumo de naranja caliente, que por lo visto por allí es bastante común (y sí, sabe tal y como lo imagináis y no vale la pena). La tarta tampoco es que fuese muy rica, así que fue un fail en toda regla :(
Después volvimos paseando al hotel y como estábamos reventados no nos apeteció salir a cenar ni tampoco habíamos comprado nada. Aprovechando que el hotel tenía restaurante y era bastante barato al cambio, decidimos, por primera vez en nuestra vida, pedir al servicio de habitaciones para que nos subieran la comida. Pedimos un par de sopas y unos langostinos con salsa de wasabi, y pagamos por todo menos de 10€.
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