Superdesayuno en el hotel

Nos levantamos a las 08:00 para que nos diera tiempo a ver cuantas más cosas mejor, ya que aunque en España anochecía sobre las 19:30, en Praga lo hacía 2 horas antes. A las 17:30 no sólo anochecía, sino que las temperaturas caían mucho y estar en la calle si hacía viento y frío era un poco desagradable, como habíamos experimentado el día anterior. El desayuno nos lo tomamos con muuuucha calma, y es que ¡era alucinante! Se servía en una sala decorada al estilo medieval, con armaduras y escudos colgando de las paredes, teníamos un pianista y hasta una chica haciendo crepes, por no hablar de la variedad de quesos, embutidos, panes, ensaladas, verduras y dulces disponibles. Obviamente, si a estas alturas no lo sabéis, Mr. Knook tiene que probarlo TODO, así que nos demoramos un buen rato.

Sala de desayunos y el pianista en acción

Detalle de la decoración de las salas

Deja de sacarme fotos y déjame comer

Plato diverso a base de carpaccio de remolacha, paté, ensaladilla, ensaladilla de remolacha, ensalada de quinoa, ensalada de garbanzos, boquerones en vinagre y huevo cocido con queso crema.

Yo disfrutando de las crepes recién hechas con diferentes mermeladas y chocolate

Isla de Kampa y el Puente de Carlos

Como aún teníamos un poco de tiempo hasta que empezase el tour que habíamos reservado el día naterior, nos acercamos a la Isla de Kampa (Na Kampa) que es donde se encuentra el hotel. Esta isla se encuentra separada del resto de Malá Strana por un canal -Canal del Diablo o Čertovka- que se divisa desde el Puente de Carlos. Algunos le llaman la Venecia de Praga. En sus inmediaciones hay muchas embajadas que ocupan antiguos palacios. Al lado de la antigua embajada de Alemania Occidental (hoy embajada alemana sin más) encontramos la primera escultura del artista checo David Černý, que no pararíamos de encontrar en otros rincones los días siguientes. En concreto se trataba de la escultura Quo vadis, un Trabant con piernas que huye de la RDA a la Alemania Federal. También aquí se encuentra el llamado Muro de John Lennon, en el cual aparecían en la época comunista protestas en forma de grafitti contra la autoridad, y que pesar de los esfuerzos por limpiarlo volvían a aparecer, hasta que se quedó de forma permanente. Las pinturas han ido variando con el tiempo.

Canal del diablo

Puente de los candados

Muro de John Lennon

Por supuesto tuvimos que cruzar nuestro ya querido Puente de Carlos, que a esas horas de la mañana estaba prácticamente vacío.

Tour gratuito

Un poco más tarde de las 10:00 de la mañana empezó nuestro tour gratuito de Sandemans. Para ser invierno aún nos juntamos bastantes, pero nada comparable a nuestra primera experiencia en Berlín, en plena navidad, que éramos tantos que oir al guía a veces se hacía difícil. En este caso no tuvimos ese problema. [Tip: Hay diferentes compañías que ofrecen diversos tours por toda Praga. Se suelen diferenciar por el color de los paraguas.]

El grupo del tour gratuito

Breve Historia de Praga

Como siempre el guía, Jirka, empezó dándonos unas breves pinceladas de la historia de Praga y la República Checa. Los primeros pobladores de Praga fueron los boyos, nombre que los romanos dieron a esta antigua tribu y del que deriva el nombre de Bohemia. Posteriormente llegarían los germánicos y los eslavos. En el siglo X pasa a formar parte del Sacro Imperio romano germánico y es precisamente bajo el mando del emperador Carlos IV que la ciudad florece y se empieza a desarrollar. En el siglo XVI pasa a formar parte del Imperio de los Habsburgo. Tras la I Guerra Mundial se funda Checoslovaquia, uniendo las tierras de lo que ahora son la República Checa y Eslovaquia, que durante la II Guerra Mundial es ocupada por la Alemania Nazi y la práctica totalidad de los judíos que vivían en al ciudad son deportados a diferentes campos de concentración. Con el fin de la guerra entra a formar parte del bloque comunista bajo la "protección" de la URSS. En 1968 se intentan desembarazar del inmovilismo socialista en lo que se conoce como la Primavera de Praga. Sin embargo, habría que esperar hasta la caída del muro de Berlín para que en 1989 con la llamada Revolución de Terciopelo se abandonase el socialismo y se convirtiera en un estado democrático capitalista. Finalmente, en 1993, se disuelve Checoslovaquia y República Checa y Eslovaquia se convierten en dos países independientes.

La Plaza de la Ciudad Vieja

Ya que el punto de reunión era la Plaza de la Ciudad Vieja (Staromestské námestí) nos habló de esta plaza, que primero acogía un mercado y que posteriormente adquirió peso cuando se instaló el ayuntamiento. También nos habló de los monumentos que la conforman. En primer lugar, destaca la Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, que preside la plaza, y que según nos contó el guía tardó tanto en construirse que terminó por acabar rodeada de casas.

También se encuentra aquí el Monumento a Jan Hus, reformista checo precursor de la reforma protestante, que murió quemado en la hoguera por hereje.

El Palacio Kinsky es otro de los edificios que llaman poderosamente la atención en la plaza. Es de estilo rococó y es una de las sedes de la Galería Nacional de Praga.
El edificio del ayuntamiento acoge el reloj astronómico y  en realidad son varias casas que se fueron comprando en diferentes periodos a medida que las necesidades de espacio aumentaban. Una de sus partes fue bombardeada por los aliados en la II Guerra Mundial, cuando confundieron Praga con Dresde, y quedó tan dañada que se derribó, pudiendo observarse hoy en día el trozo faltante.

Entrada principal al Ayuntamiento

Parte del trozo derribado del Ayuntamiento gótico.

El reloj astronómico

La siguiente parada fue el Reloj Astronómico - Staroměstský orloj - que data del siglo XV y que tiene un funcionamiento mecánico fascinante. En la parte de arriba hay un gallo de oro y dos ventanas por las que desfilan 12 apóstoles a cada hora en punto entre las 9 de la mañana y las 9 de la noche.
El cuadrante astronómico es la esfera de arriba, en ella encontramos las horas en calendario bizantino en número arábigos, y la hora actual en números romanos. También están representados los signos del zodíaco, la tierra, el sol y la luna. Estas esferitas, que representan los astros, van cambiando de posición con respecto a los colores de la esfera de fondo: si están en la zona roja, representan el amanecer, en la azul, el día, y en la oscura, la noche. La figura de la luna puede ser negra o plateada, si hay luna nueva o llena, respectivamente. A ambos lados de la esfera hay una pareja de figuras que representan la vanidad y la avaricia (izquierda), la muerte y la lujuria (derecha).

Esfera representando horas, signos del zodíaco, calendario lunar y solar

La esfera del calendario se añadió en el siglo XIX y represetan los 12 meses del año y los nombres del santoral bohemio.

No nos quedamos para verlo en funcionamiento, pero nosotros ya habíamos tenido la ocasión el día anterior:
Nos acercamos también al cercano Mercado de Havelská, que data del siglo XIII y que nos aseguraron que era el lugar más barato para comprar souvenirs. Está abierto todos los días de 06:00 a 18:30. Lo visitaríamos en nuestro última día.
La siguiente parada fue la Universidad Carolina una de las más antiguas de Europa (data del siglo XIV) y más prestigiosas de Europa del Este. En concreto fue el Karolinum, la sede principal, que fue en origen un palacio reconvertido en colegio mayor y que hoy en día se usa para exposiciones y actos.

Característica ventana del Karolinum

Justo enfrente se encuentra el Teatro Estatal de Praga (Stavovské divadlo), lugar en el que Mozart estrenó mundialmente su ópera Don Giovanni. Mozart y Praga mantuvieron una especial relación de amor, ya que los praguenses apreciaban mucho la música del genio austríaco, mientras que Viena le era más esquiva.

La Ciudad Nueva

Nos paseamos también por la calle Na Příkopě, una calle peatonal que separa la zona nueva de la vieja y que está muy animada por las tardes, sobre todo por la cantidad de tiendas de moda que hay aquí. Para conectar la ciudad nueva con la vieja hay un pasaje lleno de tiendas llamado Myslbek Shopping Gallery y por allí nos metimos para llegara  la Plaza de Wenceslao.

Muchos centros comerciales sirven de conexión entre calles

La Plaza de Wenceslao (Václavské náměstí), es la plaza central de la Ciudad Nueva (Nové Město). En la época de Carlos IV acogía un mercado de caballos y es una plaza muy ancha que la verdad, no nos gustó especialmente. No obstante está cargado de historia, ya que aquí fue donde tuvieron lugar las protestas de la Primavera de Praga y la Revolución de Terciopelo, entre otras. El edificio que preside la misma es el Museo Nacional, pero se encuentra en obras hasta 2018. La colección del Museo se encuentra también en otros edificios (más información aquí).

Plaza de Wenceslao con el Museo Nacional en obras, al fondo.

La plaza se encuentra rodeada de edificios que datan de principios del siglo XX, como el Palác Koruna en estilo art nouveau, que actualmente es un centro comercial.
La última parada antes de hacer el descanso (ya que el tour dura 3 horas seguidas andando) fueron los Jardines Franciscanos, desde los que se divisa la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves. Aquí el guía nos habló de Praga y la religión. Por lo visto la mayoría se considera atea, así que hoy en día la multitud de iglesias que hay en la ciudad tienen otros usos diferentes a los de dar misa, como por ejemplo celebrar conciertos de música clásica, exposiciones, etc. Otras muchas se encuentran cerradas. También nos explicaron que la República Checa ese el mayor consumidor de cerveza de toda Europa, con una media de más de 100 litros de cerveza por habitante y año. Hicieron referencia también al cristal de bohemia que empezó a fabricarse para las jarras de cerveza y luego fue refinándose hasta convertirse en el producto casi de lujo que es hoy en día. Nos recalcó que era imposible conseguir cristal de bohemia barato (y por tanto que no nos fiáramos de los que se vendían como tal por allí), ya que se talla a mano y requiere muchas horas de trabajo, así como que la oferta no da para cubrir la demanda de los turistas, siendo en consecuencia la gran mayoría falsos y vendidos en tiendas que controlan las mafias rusas para blanquear dinero. Glups.

La parada en los jardines fue brevísima y quedó muy deslucida por la lluvia que hacía rato nos acompañaba. Después de una parada de unos 15-20 minutos en un restaurante cercano donde pudimos aprovechar para beber algo, ir al baño o comer algo, retomamos el tour.

Tuvimos que deshacer el camino y volver a la Ciudad Vieja, donde hay otro personaje además de Mozart que es omnipresente en las calles de Praga: Frank Kafka. Este judio nacido en praga y que escribía en alemán es hoy uno de los escritores de más renombre de la literatura universal. A persar de su enorme fama, y el hecho de haber conseguido crear un estilo propio que ha dado lugar hasta a su propio término "kafkiano" para describir situaciones angustiosas, absurdas o insólitas, no publicó ningún libro en vida e incluso llegó a pedir quemaran todos los manuscritos a su muerte, cosa que no se hizo.

Casa natal de Frank Kafka (placa conmemorativa a la izquierda), calle de Frank Kafka (centro)  y Café Kafka (derecha)

Josefov

Frank Kafka, al igual que muchos otros judíos, vivió en algún momento de su vida en el barrio judio, nuestra siguiente visita. En un principio los judíos vivían aislados en un gueto, después adquirieron cierta autonomía y posteriormente obtuvieron permiso del emperador José II para establecerse fuera del gueto, en honor de lo cual este barrio se conoce hoy en día como Josefov. El barrio destaca por sus sinagogas que visitaríamos sólo por fuera (el día siguiente lo dedicaríamos a conocer más a fondo este barrio por nuestra cuenta) y por la calle Pařížská, o calle de París, que pretendía ser una copia de la Avenida de los Campos Elíseos. La calle está llena de edificios impresionantes y tiendas de lujo.

Calle de París

De la época comunista pudimos ver el Hotel Intercontinental, en la misma calle, y que por su estilo socialista constasta enormemente con el resto de bonitos edificios de los alrededores.
Terminamos nuestro recorrido en el Rudolfinum, una sala de conciertos bautizada así en honor al príncipe heredero Rodolfo (hijo de la emperatriz Sisi y muerto en extrañas circunstancias, como habíamos aprendido en Viena).
  Al dar por finalizado el tour el guía te pide la voluntad como propina si te ha gustado. Lo normal es dar unos 10€ por persona y eso fue lo que dejamos nosotros, porque nos había gustado bastante. También nos informaron de otras excursiones que podíamos hacer esa misma tarde y los días siguientes, pero para nosotros fue suficiente con esa introducción a Praga y preferimos seguir explorando por nuestra cuenta.

Probando al cocina bohemia

Como ya era la hora de comer nos acercamos hasta un restaurante que nos habían recomendado unos amigos (Restaurante U Tri Ruzi: mi crítica en Tripadvisor aquí). Por fin pudimos probar la comida checa, que en un primer momento nos gustó, pero que al cabo de los días se nos hizo bastante repetitiva, y no por la cocina en sí, que es bastante variada según estuvimos curioseando en varios libros, si no porque en los restaurantes siempre ofrecían los mismos 4-5 platos fueras donde fueras: goulash, codillo, cerdo asado en salsa, pato y jamón de praga.

Cerdo en salsa (el de abajo, no el de arriba)

Goulash

Iglesia de Nuestra Señora de Tyn 

Tras acabar de comer nos fuimos a apuntar al tour en español para ver el subsuelo, que según el folleto empezaba a las 16:30. Sin embargo cuando llegamos a la oficina nos informaron que el tour en español ya no se hacía, que tan sólo estaba disponible en inglés y que empezaría a las 17:00. Como teníamos tiempo que matar hasta esa hora nos fuimos a ver la enigmática Iglesia de Nuestra Señora de Tyn, que domina la Plaza Vieja. Su exterior está parcialmente tapado por otras casas que se encuentran justo delante, y la panorámica desde la misma entrada es tan picada que es imposible sacarla en una foto.

Vista de la Iglesia desde la Plaza Vieja

Entrada a la Iglesia

Torre del Ayuntamiento

Estuvimos dudando si subir o no a la Torre del Ayuntamiento, y al final decidimos que sí porque todavía teníamos que hacer tiempo. Nos pusimos a la cola en las escaleras a lado del reloj, pero como había muchísima cola y aquello no avanzaba desistimos e intentamos entrar en el Ayuntamiento para ver el Hall por lo menos. De allí fuimos avanzando y avanzando y acabamos por llegar a la Torre del Ayuntamiento también, donde compramos las entradas sin nada de cola. Como teníamos poco tiempo compramos sólo la entrada a la Torre y no la que incluía la visita a la capilla y las salas del Ayuntamiento. [Tip: Para comprar las entradas mejor entrar en el Ayuntamiento sin más en vez de en la torre al lado del reloj porque siempre hay más cola. Hay varios tipos de entrada según si se quiere subir sólo a la Torre o ver el resto del Ayuntamiento]. Menos mal que al final decidimos subir porque las vistas son espectaculares. Una visita imprescindible en mi opinión, ya que desde lo alto se divisa toda la ciudad y se tiene un plano despejado e impresionante sobre la Plaza. Además las escaleras de subida también son muy chulas, y los paneles informativos que cuelgan de las paredes te van informando de las distintas épocas de construcción del Ayuntamiento y la Torre. Muy interesante!

Interior de la Torre del Ayuntamiento, el ascensor (centro) ganó varios premios por su diseño

Vistas desde arriba

El ayuntamiento y la torre antes de la II Guerra Mundial

El ala este del ayuntamiento fue derrumbada al quedar dañada en la II Guerra Mundial.

Vistas de la Plaza del Reloj

Vistas de la Plaza de la Ciudad Vieja

Vistas de la torre de televisión (izda) y la Iglesia de Nuestra Señora de las Nieves (dcha)

Vistas del castillo y la Catedral de San Vito

Tour por el subsuelo

A la hora convenida nos presentamos en el punto de encuentro para comenzar el Tour por el subsuelo de Praga. El tour no es demasiado conocido, así que ese día sólo fuimos nosotros dos, ya que nadie más se había animado a apuntarse a esa hora. El guía nos dio una explicación sobre el Ayuntamiento y el Reloj parecida a la que nos habían dado por la mañana, pero en inglés. Después entramos en la habitación de los mosaicos, que era la antigua entrada al Ayuntamiento y que hoy en día sólo se usa para bodas los fines de semana.

San Wenceslao, patrón de bohemia

Escudo de Praga, con las 3 torres

Desde allí se procede a entrar a través de una puerta anexa a los bajos del Ayuntamiento. La primera sala era pequeña, lúgubre y hacía cierto frescor característico de estar casi bajo tierra. Nos presentaron a los 4 de los santos más conocidos de Praga: San Wenceslao, San Vito, Santa Ludmila y San Adalberto. 
El ayuntamiento primero era una casa particular que se había comprado para celebrar reuniones, después se fueron añadiendo las casas colindantes. En el siglo XIII el nivel de las calles era muy inferior, y las antiguas estructuras se fueron cubriendo de restos de tierra extraída del río Moldava para elevar artificialmente el nivel de la ciudad y prevenir inundaciones. Las antiguas estructuras fueron cerradas y usadas como sótanos, y es lo que se puede visitar. En particular el subsuelo del Ayuntamiento se usaba también a veces como prisión si era necesario.

También el acceso a la Torre se encontraba a un nivel muy inferior, pero con los años se fue cerrando el acceso y construyendo por encima.

La estructura actual es bastante extensa, y las diferentes estancias están interconectadas a través de pasillos. Era la ciudad original y sus calles, casas de mercaderes, artesanos, pozos, pubs...  Como curiosidad, nos quedamos sin luz a mitad del recorrido (minimomento pánico) pero con la luz de los móviles y el guía que obviamente se sabía el recorrido pudimos llegar a otra zona que sí tenía luz.

Tras salir del Ayuntamiento nos acercamos hasta el restaurante U Kunstatu, que en su día fue un antiguo palacio. Allí se pueden ver restos románicos bastante bien conservados, que hoy en día se usan como sala de exposiciones de arte.
 
Tras finalizar el tour estuvimos un rato deambulando por la Ciudad Nueva, entramos en un super, curioseamos y al salir nos topamos con otra escultura del controvertido artista checo David Černý (y ya iban dos con la de la mañana): La Cabeza de Frank Kafka. La estatua llama mucho la atención y no sólo por su altura y su brillante metal, si no porque cada pieza se mueve constantemente de forma independiente, haciendo y deshaciendo la cara de Kafka, recordando La Metamorfosis.
En foto mola, pero en movimiento impresionaba:
Volvimos al hotel andando y por supuesto inmortalizando las vistas desde los puentes que nos tocaban cruzar. Ese día entre el desayuno y la comida estábamos tan llenos que nos acostamos sin cenar, a pesar de todo el ejercicio que habíamos hecho durante el día.

Vistas del distrito del castillo

Teatro Nacional