Berlín día 3: Potsdam
Buffet de año nuevo
El día de año nuevo no abría nada temprano, así que aprovechamos para desayunar con calma en el el hotel. El buffet de desayuno era enorme. Tenía 4 mesas gigantescas. En la primera había varios tipos de panes, cruasanes, tostadas, cereales y unos dispensadores de mermeladas que cogías sobre una tulipa de barquillo. En otra mesa había varios tipos de yogur, frutas cortadas, mantequilla y margarina y varios tipos de quesos. En otra embutido, cremas de queso, ahumados y fruta fresca. En la última tenían huevos cocidos, revueltos, bacon, salchichas, habas, tomate, tomate gratinado, stollen y galletas de jengibre. Para beber había leche, café, agua y todo tipo de zumos. Mr. Knook se puso las botas y lo probó TODO.Mr. Knook: desayuno 2º asalto |
Disculpe, ¿estamos en Alemania? |
Stardust, fuegos artificiales al por mayor. |
Llegando a Potsdam
Queríamos estar en Potsdam a las 11, que era cuando abrían los palacios, pero como siempre acabamos liándonos y en vez de salir a las 10 nos retrasamos media hora y después tuvimos que esperar el tren otros 15 minutos porque el anterior estaba saliendo cuando llegamos a la parada. A esas horas de la mañana apenas había un alma en la estación de S-bahn:Ni en el tren:
Ni en la estación de Potsdam:
Lo primero que hacemos al llegar a Potsdam es echar al correo las postales, ya que encontramos una caseta abierta. Lo segundo fue entrar en Información, donde nos dieron un plano por 1€ y en español nos contaron cómo visitar todo. Al salir de información nos abordó otros señor español, al que ya habíamos visto en la oficina, que nos intenta vender el tour guiado. Nos dice que por libre apenas veríamos un 20% de la ciudad, que con el bus veremos más cosas y además como es año nuevo y le caemos bien nos lo rebaja de 18 a 12€. Le decimos que preferimos hacerlo por nuestra cuenta, así que nos indica cuál es la mejor manera. Entre sus recomendaciones, que cojamos el bus y nos bajemos en el Neues Palais, para después ir deshaciendo el camino. No sé por qué pero le hacemos caso.
El Neues Palais
Se puede llegar a pie hasta el Palacio Nuevo, pero como los días son cortos decidimos mejor coger el autobús para no perder tiempo. Además el billete de zona A-B-C que hemos comprado en Berlín nos sirve también para el transporte de Potsdam. Los pocos turistas que venían con nosotros se bajan en Sanssouci, pero nosotros continuamos hacia el Neues. Al llegar entramos en el centro de visitantes, donde nos informaron que la siguiente visita, que sólo podía ser guiada, empezaba a las 12:20. Teníamos que esperar 10 minutos.En el centro de visitantes una de las cosas que más me llama la atención estaba en el baño de chicas, porque el retrete limpia la taza girándola. Ni en Japón habíamos visto algo así:
El Neues Palais, o Nuevo Palacio de Potsdam, fue mandado construir por Federico II el Grande para conmemorar la victoria en la Guerra de los Siete Años.
Al acercarnos nos llama la atención que no está hecho con ladrillo rojo, sino que están pintados:
Somos unas 10 personas las que estamos esperando por la visita guiada. Lo primero que nos dan son unas pantuflas enormes para que nos pongamos por encima de los zapatos y no estropear el suelo.
Hay un guía pero que sólo habla alemán, así que al resto nos dan una audioguía en nuestro idioma. Lo más raro de todo es que va abriendo las habitaciones a medida que avanza la visita, y cerrándolas detrás de nosotros, con lo que sólo podemos estar en una sala a la vez. Al hacerlo así parece que en vez de un palacio es una casa vieja que mantienen cerrada a cal y canto.
El Palacio por dentro no me dijo mucho, ya que está bastante desierto, aunque la audioguía era bastante amena. Aprendimos mucho sobre Federico II: Resulta que era un rey que rechazaba la cultura alemana, hablaba francés y era flaustista. Se le conoce también como "el rey filósofo", "el rey músico", y la audioguía hablaba de él con otro de sus apodos "el viejo Fritz". Aunque rechazaba la disciplina de la corte y lo militar, el apodo de "El Grande" se debe, precisamente, a sus hazañas en el campo de batalla, siendo un gran estratega al que comparan con Alejandro Magno o Napoleón. Estaba prohibido sacar fotos, pero hicimos una de estrangis en la última sala.
La última sala que se visita del Nuevo Palacio de Potsdam |
Terminada la visita nos dirigimos hacia la parada del autobús. Había un autobús ya parado pero cuando preguntamos nos no dejó montar. En la parada ponía que los autobuses pasaban cada 20 minutos, y como no estábamos cerca de la hora de paso nos decidimos a ir andando. Cuando ya llevábamos 15 minutos caminando pasó el autobús que estaba antes parado delante del Palacio y nos subimos ya que, si bien no estábamos lejos de nuestro destino, hacía frío y el paseo por la carretera no tenía ningún interés.
El Palacio de Sanssouci
En Sanssouci seguían el mismo sistema que en el Nuevo Palacio, sólo era posible la visita guiada y sólo era posible apuntarse para la visita guiada de las 14:30, el resto estaba todo completo. Como teníamos que esperar 40 minutos nos acercamos hasta un restaurante cercano para comer algo (yo, Mr. Knook con el pedazo de desayuno que se había pegado tenía hambre cero, claro). Al final tardaron tanto en atendernos que me quedé sin comer porque no me daba tiempo, y eso que le habíamos pedido por favor a la camarera que nos atendiera rápido...Su intención era alejarse de la pompa de la corte, que tan poco le gustaba y vivir Sans souci, sin preocupaciones. Es un Palacio pequeño, de una sola planta, asentado sobre una terraza.
La última habitación es espectacular, toda amarilla y decorada con motivos de flores y pájaros en un estilo rococó tan característico de este monarca que se le ha denominado "Rococo federiciano".
La visita sin embargo es bastante horrible: aquí vamos todos con guía pero somos muchísimos y como sólo podemos estar en una sola habitación al mismo tiempo (puesto que van abriendo y cerrando las puertas a nuestro paso) se forman verdaderos apiñamientos en las habitaciones más pequeñas, hasta el punto de no poder ver absolutamente nada de lo que la audioguía estaba describiendo. Además tengo la teoría de que la audioguía en español era más larga, porque siempre éramos nosotros los últimos a pesar de que habíamos empezado todos a la vez. A mí no me importaba porque así la encargada les iba abriendo la siguiente habitación al resto y podíamos disfrutar unos segundos de la habitación anterior para nosotros solos.
Al acabar la visita nos acercamos hasta los jardines para poder ver el Palacio en todo su esplendor, pero al ser invierno no luce tanto, porque no hay viñas alrededor de la escalera, ni flores y las estatuas alrededor del estanque central estaban todas tapadas.
Después fuimos andando hasta el centro histórico de Potsdam, que está apenas a 5 minutos del Palacio. Aquí, como en Berlín, las calles también estaban sucísimas, llenas de restos de los petardos de la noche de fin de año, aunque a nadie parecía impotarle:
El centro antiguo de Potsdam
El centro histórico de Potsdam era muy bonito, ideal para pasear. Además estaba lleno de tiendas y restaurantes, pena que estuvieran todos cerrados por ser año nuevo.Aquí también tienen una Puerta de Brandeburgo, cuya construcción es anterior a la de Berlín:
A medida que va anocheciendo se va viendo menos gente por la calle, y aunque es muy bonito en esta época, pienso que en verano tiene que tener un ambientillo ideal.
Nos acercamos hasta el barrio holandés, otra de las zonas más turísticas de Potsdam. Aquí lo único que no me gusta es que hay muchísimos coches aparcados a cada lado de la acera, lo que le restaba encanto:
Deshicimos el camino de nuevo hacia la avenida principal. Había muchos sitios de café y tarta, y como yo todavía no había comido y se me hacía la boca agua con las tartas que anunciaban decidimos entrar en uno que tenía muy buena pinta por fuera (Cafe Alice: mi crítica en Tripadvisor aquí).
¡Qué error! Por dentro el local está pelín sucio y el camarero nos poneía mala cara. Sin embargo está lleno de gente y decidimos arriesgarnos. Es tarde, hacía mucho frío y tenía hambre. Entendible, ¿no?. Yo me pido un Apfelstrudel, que era básicamente la estrella de los postres por allí (junto al Kaiserchmarrn) y lo que estaba tomando todo el mundo en todas las mesas. Mr. Knook pide un gluhwein, que viene con mosquito incluido en el trozo de naranja.
Yo doy cuenta de mi pastel, que no es que esté precisamente muy bueno. Además, no bien me lo había terminado, ya vino el camarero a echarnos porque cerraban el local.
El strudel de la muerte |
Probando el cocodrilo y el canguro
Decidimos pasear por el Sony Center de nuevo. Las tiendas estaban cerradas pero habían cambiado la decoración navideña de los legos. Esta vez, en vez de un muñeco de nieve, nos encontramos con Papá Noel:Para cenar nos acercamos hasta un restaurante australiano (Restaurante Corroboree: mi crítica en Tripadvisor aquí). al que le había echado el ojo porque tenían carne de canguro y cocodrilo y me apetecía probarlas. Esta "comida guarra" (como la solemos llamar) me reconfortó el estómago y se me pasaron los males del Apfelstrudel. El canguro no me entusiasmó mucho, tenía un sabor muy fuerte, como la carne de ciervo. El cocodrilo no estaba mal, la textura de la carne era una mezcla entre pollo y pescado, muy compacta, del estilo del pez espada.
Alitas de pollo, fingers, bruschetta y crudités con salsas de aperitivo |
De Derecha a izquierda y de abajo a arriba: carne de canguro (la más oscura), carne de cocodrilo (la del medio) y carne de pollo con patata asada. |
Boulevard der Stars
Hollywood no es el único sitio que cuenta con un paseo de la fama. Desde 2010 Berlín presume de artistas patrios en el Boulvard der Stars, en Potsdamer Platz, el mismo sitio donde se celebra la Berlinale. En el paso también había una especie de atriles con prismáticos apuntando a grupos de estrellas. Cuando mirabas a través de ellos podías ver la imagen del artista correspondiente de pie sobre cada estrella.Mapa con la colocación de las estrellas en el suelo |
Estrella de Romy Schneider, la Sissi más famosa de todos los tiempos. |
Estrella de Billy Wilder, director de Irma la dulce, El Apartamento o Con faldas y a lo loco. |
Estrella de Wim Wenders: director de El cielo sobre Berlín, París, Texas o Buena Vista Social Club |
Delante de un pequeño arbolito... |
...¿o no? |
Y de ahí ya al hotel, que estaba al lado. Nos relajamos un rato y nos fuimos a dormir, estábamos en el ecuador de nuestro viaje, todavía nos quedaban 3 días más.
1 comentarios
A ver si cuando vaya a Berlin tengo tiempo para Postdam...parece interesante. Y las pantuflas molan jajaa xD
ResponderEliminarNunca he probado canguro o cocodrilo...aunque a mi el ciervo me gusta! ;)
Un abrazo!