Tailandia y Camboya día 8: Chiang Mai (Wat Phra Singh, Wat Chedi Luang, Wat Chiang Man)

by - 19:25

Maravillas de las tiendas de Tailandia

El desayuno del hotel era tan cutre como el hotel, así que lo primero que hicimos fue echar un vistazo en los alrededores para ver que tiendas y restaurantes podíamos encontrar. Muy cerca teníamos un 7-Eleven donde entramos a curiosear. Las opciones de comida para llevar no nos convencían anda, pero la sección de snacks nos llamó la atención por la variedad de sabores de las patatas: de curry verde, de albahaca con pollo...
Sin título
Sabores patatiles en el 7-Eleven
También nos topamos con una bebida que hace furor allí: los probióticos. Los hay de varias marcas, pero el más ubicuo (o el que más nos llamaba la atención tal vez) era el pequeño bote de Meiji.
Sin título
Probióticos
Sin título
Leche de soja

Chiang Mai

Chiang Mai es la segunda ciudad más importante de Tailandia y se ubica en el norte del país. Al contrario que en Bangkok aquí se respira un ambiente mucho más apacible y tranquilo. La ciudad es muy llana pero está rodeada de montañas y parques naturales. Hay verde por todas partes. Es una de las ciudades favoritas de los nómadas digitales, debido a que es barata, tiene mucho ambiente y una gran calidad de vida, además de buenas infraestructuras.

Mientras Ayutthaya se iba expandiendo hasta dominar casi todo el país, la parte norte donde se encuentra Chiang Mai permaneció como un reino independiente, el reino de Lanna. Su primera capital fue Chiang Rai (a la que nos quedamos con ganas de ir pero no nos daban los días) y posteriormente se fundó Chiang Mai, la ciudad nueva. Se la conoce como la ciudad de los templos, ya que hay más de 300, cada uno de un estilo diferente. Algunos fueron reformados por los birmanos cuando el reino Lanna cayó, pero otros muchos todavía conservan las tradicionales tallas de madera en puertas y pilares.

Después de ubicarnos procedimos con lo que iban a ser las visitas del día que iban a consistir en ver templos y más templos. El primero lo teníamos a dos pasos del hotel, el Wat Phra Singh.

Wat Phra Singh 

El Wat Phra Singh es uno de los templos más importantes de Chiang Mai. Data del siglo XIV y es un templo real. Se construyó para albergar las cenizas de un rey.

Como en casi todos los templos de Tailandia los extranjeros debemos pagar entrada, mientras que los tailandeses pueden entrar gratuitamente. Nada más entrar en el recinto nos topamos con uno de los edificios más grandes del complejo, un wihan o salón de reuniones ricamente decorado, el Wihan Luang.
Sin título
La entrada al templo se hacía bajo un camino lleno de farolillos de colores que colgaban del techo.
Sin título
El templo tiene varios edificios, a cada cual más impactante.
Sin título
Los tres edificios principales del templo
Lo primero que llama la atención es el enorme chedi dorado que se encuentra en el centro y del que salen elefantes de sus laterales. Esta estructura guarda las cenizas del padre del rey constructor. Aunque data del siglo XIV, fue ampliándose posteriormente hasta llegar a las dimensiones actuales. Como curiosidad, este chedi era de color blanco hasta 2016, año en el que decidieron dorarlo.
Sin título 
Sin título
La estupa refulge con fuerza, pero los dos edificios aledaños no son menos interesantes. El bot o sala de ordenaciones impacta al entrar porque te encuentras con unas estatuas de cera muy realistas de monjes budistas destacados que dan la impresión de estar mirándote fijamente. Al principio no sabíamos si eran de verdad o no, así que hasta que no nos acercamos no dejamos de tener esa sensación de que alguien nos estaba observando.
Sin título
Interior del bot con los monjes de cera
Sin título
A primera vista parecen de verdad y dan mucho respeto 
El otro edificio, el más importante, es el Wihan Lai Kham, que contiene un imagen del Buda Phra Shing traída de Sri Lanka. Esta imagen es una de las más importantes del norte del país, y cada año se saca en procesión. La arquitectura del edificio es tradicional lanna, destacando la decoración interior a base de murales.
Sin título
Imagen del Buda Phra Singh
Sin título
Monje con móvil, esperando a los fieles para bendecirlos.
Todo el recinto de este templo nos pareció maravilloso porque estaba rodeado de un jardín que ayudaba a sentirse mucho más en armonía y además aportaba sombra. Lo malo fue que por culpa de ese verde empezamos a notar que en esta parte de Tailandia había muchísimos más mosquitos que en Bangkok. Para atajar posibles problemas nos echamos antimosquitos por toda la piel y por la ropa. El olor era bastante desagradable, ¡no me extraña que ahuyentara a los mosquitos!
Sin título
Ofrendas en forma de velas 
Sin título
Jardines del templo
En esta zona del jardín se encuentra una estatua de un Buda reclinado
Sin título

Wat Chedi Luang

El segundo templo que visitamos se encuentra a 10 minutos andando del Wat Phra Singh. Se trata del Wat Chedi Luang o templo de la gran estupa, otro de los pesos pesados en lo que a templos se refiere.

Seguimos el GPS para llegar y entramos por la entrada trasera, aunque no nos daríamos cuenta hasta un rato después. Por eso al principio no nos cruzamos con nadie, lo que en un principio nos pareció bastante raro. Así, lo primero con lo que topamos del templo fueron unos magníficos y limpísimos baños gratuitos de los que hicimos uso, para lo que nos tuvimos que descalzar y calzarnos unas chanclas que se ofrecían a la entrada.
Sin título
Los limpísimos baños del Wat Chedi Luang ¡gratuitos!
Sin título
Estantería para cambiar de zapatos antes de entrar al baño
Como habíamos entrado por la entrada trasera, la visita la comenzamos por el Acharn Mun Bhuridatto wihan, un wihan dedicado al monje budista Bhuridatta. Nos maravilló por su exterior. Está ricamente decorado de filigranas y hecho en madera oscura y en su interior hay una estatua de cera de este monje.
Sin título
Exterior del wihan
Sin título
Interior del wihan, con la estatua de Bhuridatto
El salón de ordenaciones es de otro estilo, en blanco y dorado.
Sin título
Salón de ordenaciones
El complejo de este templo tiene más edificios, pero lo más importante es el chedi que se encuentra en el centro. Llegó a medir más de 80 metros de alto y fue el chedi más alto de todo el reino Lanna. Actualmente mide un poco menos porque terremotos y ataques le restaron altura. Su importancia radica en que guarda las cenizas del padre de uno de los reyes Lanna y, además, porque esta estupa se usó para guardar la sagradísima y veneradísima imagen del Buda Esmeralda que hoy en día se encuentra en Bangkok.
Sin título
Lo último que visitamos fue el bot, que tiene una entrada flanqueada por dos impresionantes y doradas nagas. En el interior una imagen de Buda de pie, flanqueado por un discípulo a cada lado.
Sin título
Entrada del bot
Sin título
Interior del bot
Sin título
Interior del bot
Una vez más, todo nos llamaba la atención con respecto a la flora y la fauna. Por ejemplo, este ejemplar de árbol de sal de la India, muy relacionado con el budismo y el hinduismo.
Sin título

El pilar de Chiang Mai

Dentro de este templo también se encuentra el Lak Mueang o el pilar de la ciudad. Es una tradición típica tailandesa poner este primer pilar antes de construir la ciudad, para después construir un templo a su alrededor en el que se guarda tanto este pilar como el espíritu de la ciudad. Las mujeres tienen prohibido entrar en este templo porque menstrúan y arruinan la santidad del templo (sin comentarios, directamente ni entramos).
Sin título
Entrada al templo donde se guarda el pilar de la ciudad, sólo para hombres.
Sin título
Cartel explicando por qué las mujeres no pueden entrar en el templo.
Ya de camino a nuestro siguiente templo nos encontramos con un club de go que nos maravilló porque no es una cosa que se vea por occidente y es un juego muy interesante y complejo.
Sin título
Club de go
Llegamos hasta el tercer y último de los templos importantes de Chiang Mai que visitaríamos ese día. Le echamos un vistazo rápido y decidimos volver más tarde. Viendo el tamaño del mismo y que nos iba a requerir mucho tiempo, preferimos ir a comer primero. Además la peque se había dormido y queríamos que estuviera despierta para enseñarle el bonito jardín, las palomas y el pequeño estanque.

Deshicimos el camino y entramos en un local que nos llamó la atención al ir y allí acabamos comiendo (Chef Tao thais's cuisine: mi crítica en Tripadvisor aquí). Estuvimos dudando si comer en la terraza o dentro. Primero optamos por la terraza porque era más chula, pero el calor pudo más y entramos a refrescarnos dentro que era donde había aire acondicionado. Probamos más comida local como los pasteles de cangrejo con salsa agridulce, ensalada tailandesa y arroz con piña.
Sin título
Pastelitos de cangrejo
Sin título
Los ingredientes para la ensalada, para que los mezcles tu mismo
Sin título
La ensalada con todo mezclado
Sin título
Arroz con piña
El restaurante tenía una pequeñísima zona de chill-out y un jardín donde cultivaban sus propios ingredientes con cocinas al aire libre, ya que también dan clases de cocina.
Sin título
La pequeña zona de relax
Sin título
Las cocinas al aire libre y el jardín

Wat Chiang Man

Después de comer y algo más descansados y menos sudados, fuimos a visitar el último de los tres templos principales de Chiang Mai y el que más nos gustó de todos. A pesar de ser uno de los más importantes, a la hora que lo visitamos nosotros casi no había gente, así que fue una visita muy tranquila y muy zen que disfrutamos mucho. Además en este templo no se cobra entrada, es totalmente gratuito.

Wat Chiang Man es el templo más antiguo de Chiang Mai. Data del siglo XIII y está constituido por varios edificios y un chedi. A la entrada está el wihan principal, que es también el más antiguo, decorado con pinturas y un altar elevado que rodean varias imágenes de Buda.
Sin título
Wihan principal
Sin título
Interior del wihan principal
Sin título
Detalle de la decoración
Sin título
Decoración exterior del wihan
Justo detrás de este edificio se encuentra el Chedi Chang Lom, una estupa a la que sostienen en su base estatuas de elefantes.
Sin título
El chedi o estupa con la base de elefantes
Rodeando el wihan principal a cada lado está en salón de ordenación de los monjes o bot y otro wihan más moderno. Pero lo que más nos gustó fue la zona del jardín donde encontramos flores, pájaros, bancos con mesas de ajedrez y la librería rodeada de un estanque con peces. Por todas partes, mensajes clavados en los árboles invitaban a reflexionar.
Sin título
El bot o sala de ordenación  con el jardín
Sin título
El wihan moderno
Sin título
Rinconcito del jardín
Sin título
Detalle de la mesa de ajedrez
Sin título
Detalle de la decoración, con nagas.
Sin título
Biblioteca con el estanque
Sin título
Dichos budistas, para la reflexión
Sin título Estuvimos un buen rato disfrutando del jardín, sin prisas, teniendo como teníamos el templo para nosotros y haciendo muchas fotos. Todavía me invade esa sensación de bienestar cuando recuerdo aquel lugar (y no recuerdo la calor jajajaja). Cuando nos cansamos deshicimos el camino hasta el hotel, que nos llevó una media hora y en la que nos fuimos perdiendo por entre las calles de la ciudad.

Probando el durian

Cerca del hotel paramos a merendar y a probar algún dulce. En un pequeñísimo café probamos un helado de durian y un batido de lichi. El batido estaba muy rico pero el helado de durian fue una experiencia religiosa (en el mal sentido). El durian es una fruta muy conocida y apreciada del sudeste asiático. Es un fruto muy grande de textura cremosa y de un olor muy característico a...cebolla podrida. Hay quien lo prueba y le encanta pero la mayoría de los occidentales lo asociamos a la cebolla y lo aborrecemos. Y eso fue lo que nos pasó, que fuimos incapaces de dar más de dos lametazos al helado porque el sabor a cebolla pasada nos inundaba la boca. Hasta Mr. Knook, que adora todas las frutas, tuvo que admitir apesadumbrado que esa fruta le disgustaba totalmente. Y eso que lo habíamos tomado en forma de helado y algo del sabor estaba mitigado (aunque los ingredientes del helado era 100% durian).
Sin título
Nuestra primera experiencia religiosa con el durian (no sería la última)
No sólo su sabor sino que el olor es tan, tan fuerte, que en la mayoría de los hoteles se prohibe llevarlo a la habitación, y también se prohibe en equipajes de mano de aviones so pena de multa.
Sin título
Prohibición de durian en la habitación de nuestro hotel

Santuario de elefantes

Ya en el hotel y mientras Mr. Knook y la peque se daban un baño en la piscina, yo me dediqué a mirar algunos de los folletos de campamentos de elefantes que había por todas partes del hotel, en las agencias de viaje y prácticamente en cualquier sitio de Chiang Mai. Aunque en todos anuncian que son campamentos, parques, santuarios u hogares (es decir, se publicitan como que no maltratan elefantes) no hay que ser muy listo para darse cuenta de que si la visita, el paseo y el baño de elefantes se hacen todos los días y se gana dinero, al final se está explotando a los elefantes y sometiéndolos a estrés y a contacto diario con humanos. Hay que informarse muy bien porque no todos son los que parece. Por eso al final no quisimos hacer esta actividad que es tan popular entre los turistas: no sabíamos bien de cual fiarnos, nos implicaba un día entero (porque no está demasiado cerca de Chiang Mai) y teníamos muchas reservas sobre la actividad en sí. A Mr. Knook en concreto le horroriza todo lo relacionado con zoos y animales en cautividad. Al respecto hay un maravilloso post de Los Traveleros que os invito a leer para que reflexionéis sobre esto.
Sin título

Te puede interesar

0 comentarios