Malta día 2: La Valeta (Palacio del Gran Maestre y Concatedral de San Juan)

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Palacio del Gran Maestre

Volvemos a La Valeta intentando ver lo que no pudimos el día anterior porque estaba cerrado y que constituyen las dos atracciones turísticas más importantes de la capital maltesa: El Palacio del Gran Maestre y la Concatedral de San Juan. La peque ya se encontraba mucho mejor, sin embargo yo estuve muy malita, con escalofríos todo el día, con lo que fue una jornada dura. 

El Palacio del Gran Maestre (Palazz tal-Gran Mastru) es actualmente la sede de la presidencia y hasta 2015 fue sede del parlamento maltés, pero en el siglo XVI fue construido, precisamente, como residencia del Gran Maestre, el jefe supremo de los caballeros de la Orden de San Juan. El primer habitante de este palacio fue Jean Parisot de la Valette, fundador de esta capital que lleva su nombre. 
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Fachada del Palacio del Gran Maestre
Esta vez tampoco tuvimos suerte. El Palacio se encontraba en reformas y sólo se permitía visitar la Armería y dos habitaciones estatales. Además, a partir del 1 de febrero de 2020 cerraba 4 años para su conservación. Aunque la entrada era bastante cara (10€) decidimos entrar igual, ya que estábamos allí. El precio incluía una audioguía.

En el interior casi no se podía ver nada, los pasillos estaban tapados por andamios y telas y apenas se vislumbraba el suelo. Este "pasillo" en circunstancias normales es el corredor de los caballeros profusamente decorado en suelo, techo y paredes por retratos, armaduras y escudos de grandes maestres. Así que prácticamente lo único que vimos fue la habitación estatal amarilla vacía de mobiliario (no es como se suele ver normalmente) y un gran escudo de armas a la entrada.
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Habitación estatal amarilla, usada como sala de conferencias.
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Escudo de armas a la entrada de la habitación estatal amarilla
La Armería sí se podía ver en su integridad, aunque no es muy grande. Contiene armaduras, cañones, armas de fuego y otros artefactos de guerra.   
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Concatedral de San Juan

Con la concatedral sí tuvimos más suerte, porque estaba abierta y se podía visitar todo. Fue una visita que nos gustó mucho. La Concatedral de San Juan (Kon-Katidral ta’ San Ġwann), del siglo XVI, comparte cometido con la Catedral de San Pablo en Mdina la antigua capital de Malta. Es por ello que se trata de una concatedral. Se alza sobre una fortaleza y su austero exterior no permite adivinar su absolutamente deslumbrante interior: pavimento de mármol, frescos, pinturas, grabados y profusas decoraciones por doquier con la siempre presente cruz de la orden. Nos dejó boquiabiertos.
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Interior de la concatedral
En el suelo, lápidas de mármol acogen los restos de más de 400 caballeros cada uno con su escudo de armas y sus símbolos para su identificación.
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Detalle de las lápidas del suelo
En el techo, frescos por doquier con escenas de la vida de San Juan y ornamentaciones doradas barrocas bajo el techo abovedado.
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A los lados de la nave se encuentran las Capillas de las Lenguas, representando cada capítulo de la orden. Cada capilla tiene una decoración y a veces un estilo diferente, ya que rivalizaban entre ellas por crear la capilla más fastuosa como símbolo de su poder.
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Capilla de la Orden de Alemania, con una pintura de la Epifanía y columnas corintias
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Capilla de la Orden de Castilla, León y Portugal, dedicado a Santiago, patrón de España.
Bajo el altar mayor se encuentra la cripta, donde reposan los restos de los grandes maestres, entre ellos, Jean de la Vallete.
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Escalera de acceso a la cripta

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Cripta

También hay un pequeño museo, donde se exponen pintura de Caravaggio, tapices de Rubens, casullas y libros. La pintura más destacada es La decapitación de San Juan Bautista, de Caravaggio, considerado por algunos expertos como su obra maestra.
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Interior del museo
Por último, accedimos al balcón que se sitúa sobre la puerta de entrada, desde se puede obtener una impresionante perspectiva de la nave, el altar, las lápidas que adornan el suelo, los frescos de la bóveda y la decoración de los arcos.
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Vista del interior desde el balcón
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El enorme altar mayor, decorado con oro, plata, bronce y piedras preciosas.
Hoy sí nos dio tiempo de llegar a la Batería de Salvas  a las 12 de la mañana desde lo alto de los Upper Barrakka Gardens, aunque tuvimos que agacharnos entre la gente para poder ver algo.
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Batería de Salvas
Después nos fuimos a comer algunos de los platos más típicos de la isla en una restaurante (Restaurante LaPira: mi crítica en Tripadvisor aquí). Probamos la Aljotta, una sopa de pescado tradicional parecida a la bullabesa, con pescado, marisco y tomate.
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Aljotta, sopa de pescado.
También probamos el omnipresente stuffat tal-fenek, el guiso de conejo que se considera el plato nacional.
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Guiso de conejo

Muza

Después de comer visitamos el Muza, un museo de arte que se localiza en el antiguo Albergue de Italia. Antiguamente, esta colección de bellas artes se exponía conjuntamente con la colección histórica del ahora Museo Nacional de Arqueología.
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Fachada del Albergue de Italia, sede del Muza.
El interior del museo expone pinturas, antiguos mapas, esculturas, jarrones, etc.
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Una de las salas del museo
Aunque era relativamente temprano, estábamos todos bastante cansados del catarro, menos la peque, que ya se encontraba super bien y estaba muy activa. Por ello, para que desahogara un poco de energía la llevamos a un parque que quedaba cerca del ferry de vuelta a Sliema. Allí se divirtió un rato al sol y cuando empezó a refrescar nos volvimos al hotel a descansar.
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