Budapest día 1: Basílica de San Esteban, barrio judío y Gran Sinagoga, Parlamento de Budapest

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Desayuno en el hotel

Sí, tengo que hablar del desayuno en el hotel porque me pareció genial. La sala de desayunos tenía techo acristalado, así que mientras desayunamos podíamos ver que llovía fuera. Yo estaba encantada, me apetecía un montón lluvia, ¡estaba harta de calor!. Aparte de eso había muchas opciones para comer: panes, embutidos, cereales, verduras... Aquí pudimos probar algunos embutidos típicos como el salami en distintas versiones y un hojaldre de manzana para morir de gusto (aunque no típico). Toda la bollería era deliciosa y muy fresca, imposible resisitirse,
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Selección de embutidos varios
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Los riquísimos y tentadores dulces

Basílica de San Esteban

A primera hora fuimos a visitar la Basílica de San Esteban, para conocerla más en profundidad que el día anterior. Se trata de la catedral de la ciudad, a la que el Papa Pío XI le concedió la dignidad de basílica menor. Se construyó en el siglo XIX y se dedicó a Esteban I, fundador del reino de Hungría en el siglo XI y último de los descendientes de la dinastía de Árpad, los príncipes magiares que vinieron a ocupar las tierras húngaras.

Es un construcción imponente en cuanto a sus dimensiones, pudiendo acoger a casi 9.000 fieles. En la fachada destaca en dorado la frase "Ego sum via, veritas et vida" representando que el camino al cielo pasa  través de Jesús, que es "camino, verdad y vida".
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Exterior de la basílica
El interior es igualmente majestuoso y en el se guarda una de las reliquias más importantes para los húngaros: la Santa Diestra de Esteban I, el brazo momificado de este primer rey del país unificado.
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Santa destra
En el altar, una estatua a tamaño natural de San Esteban nos recibe
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La decoración es a base de mármol de diferentes tipos, jaspe, frescos y estatuas.
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Decoración interior I
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Decoración interior II

Había muy poca gente a esas horas y pudimos subir a la torre para apreciar las vistas panorámicas. Estábamos prácticamente solos. El acceso se puede hacer mediante escaleras o en ascensor, como llevábamos a la peque en la mochila nos decidimos por el ascensor, que no era cuestión de cansarse tan temprano. Desde lo alto se apreciaba la magnitud de la ciudad, que se extendía a nuestros pies en todas direcciones.
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Vistas y el parlamento al fondo
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Vistas de la plaza Erzsébet téri, con al noria (derecha)

Barrio judío y Gran Sinagoga

Nuestra siguiente visita fue a la sinagoga de la calle Dohany, más conocida como la Gran Sinagoga. Se trata de la segunda sinagoga más grande del mundo, sólo por detrás de la de Nueva York. Tiene aproximadamente 3.000 asientos, unos 1.500 para hombres (los asientos de abajo) y 1.500 para mujeres (la galería de arriba). Predomina el estilo morisco en su construcción, a pesar de que data del siglo XIX. Encima de la puerta de entrada una inscripción reza "Y que hagan un santuario para mí, para que yo habite entre ellos", pasaje sacado del Éxodo.

La entrada sólo se puede hacer mediante visita guiada. La hay en varios idiomas (entre ellos español) cada poco rato y están muy bien organizadas aunque, eso sí, se trata de la entrada más cara de todo Budapest. Según entras tienes que buscar la bandera del idioma y esperar a que venga el guía que te explicará todo. Para entrar los hombres deben ponerse el kipá, que te dan ellos allí. Justo me tocó darle una toma a la enana allí, menos mal que fue antes de que viniese el guía.
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Exterior de la Gran Sinagoga
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Interior con las banderas distribuidas. La española estaba a la izquierda.
El guía nos explicó la historia de los judíos en Hungría. En este lugar se instalaron muchísimos judíos a lo largo de los años, en parte, gracias a la "permisividad" de los gobernantes. Aunque no tenían los mismos derechos que los otros ciudadanos, eran mejor tratados o tenían más facilidades que en otras partes de Europa. Así, su número fue creciendo hasta alcanzar aproximadamente el 20% de la población. Antes de la Segunda Guerra Mundial se estima que vivían en la ciudad casi un millón de judíos, siendo la comunidad judía más grande de europa despúes de la polaca. Es en ese momento cuando se decide construir este impresionante templo, más al estilo iglesia que sinagoga, ya que muchos de sus elementos son muy modernos. De hecho, se trata de un templo construido por la rama neológica del judaísmo, rama nacida en Hungría, que abogaban por abrirse más a la sociedad y usar el húngaro en las prédicas del rabino, en contraposición a los ortodoxos.

El interior nos pareció impresionante. Al fondo se encuentra el arca en cuyo interior se guarda la torá. Tras ella un órgano muy polémico, ya que el uso de instrumentos musicales divide a los judíos, sobre todo a los ortodoxos y a los neológicos.
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El arca y el órgano, al fondo
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Detalle de la decoración sobre el arca
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Decoración de la entrada de la sinagoga
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Detalle de la decoración de las galerías

Cementerio judío

Justo en el patio de la sinagoga se encuentra un cementerio con los restos de unas 3.000 personas. Aunque los cementerios judíos no pueden estar en el terreno de una sinagoga, éste se tuvo que improvisar dada la cantidad de muertos habidos durante la Segunda Guerra Mundial. El barrio se había convertido en un gueto que en poco más de medio metro cuadrado acogió a unas 60.000 personas. Muchas murieron a causa de las inclemencias del tiempo, la hambruna o, directamente, a manos de los nazis. Los que no terminaron en el gueto fueron deportados a campos de concentración, mayormente a Auschwitz-Birkenau.
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Parque Memorial Raoul Wallenberg

La sinagoga da derecho a visitar el aledaño Parque Memorial Raoul Wallenberg, dedicado a este diplomático sueco que logró salvar la vida de muchos judíos proporcionándoles pasaportes para poder huir a Suecia. Se le rinde homenaje junto con otros justos entre las naciones como el diplomático español Ángel Sanz Briz, llamado "El Ángel de Budapest". Al igual que Raoul este diplomático logró salvar a miles de judíos proporcionándoles pasaportes por tener origen sefardí, aún cuando no lo tuvieran.
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Homenaje a los Justos entre las naciones
En memoria de aquellos que perecieron se emplazó también el árbol de la vida, un sauce en cuyas hojas de metal están inscritas sus nombres para recordarlos eternamente.
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El árbol de la vida
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Detalle de las hojas
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Cajas memoriales con piedras (la tradición judía es dejar una piedra para señalar que has visitado el cementerio/memorial)

Sinagoga ortodoxa

Tras la visita el guía nos recomendó acercarnos a otras sinagogas y eso fue lo que hicimos, aunque fue difícil encontrarlas siguiendo sus indicaciones. Al final sólo encontramos la sinagoga ortodoxa, y como es mucho menos turística estábamos absolutamente sólos en ella. Es la Sinagoga ortodoxa Sasz-Chevra o Sinagoga Kazinczy por encontrarse en esta calle. Es muy curiosa porque es de estilo art noveau, aunque las calles son tan estrechas que nos pasaba desapercibida.

El interior sorprende por su colorida decoración, sobre todo al ser ortodoxa. Siguiendo esta corriente, la bimá o la mesa desde donde se lee la torah se encuentra en el centro.
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Interior de la sinagoga
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Detalle de las lámparas y el arca, con las tablas encima.
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La bimá, desde donde se le la torah
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Detalle de la decoración de las galerías
En los bancos había libros, suponemos que para seguir las ceremonias. Al estar en yiddish no teníamos ni idea de si el libro estaba boca arriba, boca abajo, si era el principio o el final. De hecho, estuvimos intentando averiguarlo un rato, pero nos rendimos porque era imposible saberlo.
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Posando con la kipá y el libro misterioso

Parlamento de Budapest

Aunque nos quedamos con ganas de seguir explorando el barrio judío nos tuvimos que ir porque teníamos reservada la visita al parlamento para poco después y antes queríamos pasar por el hotel. Con tanta gente la peque se despistaba mucho y casi no había comido. Tras el cambio de pañal y la toma ya estábamos listos para ponernos de nuevo en marcha. Para llegar optamos por ir paralelos al Danubio, avistando la ciudad desde la orilla de Pest.
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Sala de conciertos Vigadó
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Castillo de Buda, en la otra orilla
Un poco antes de llegar al parlamento nos encontramos con una de los memoriales más conocidos de la ciudad. Se trata de los zapatos a orillas del Danubio, en homenaje a los judíos asesinados por el Partido de la Cruz Flechada, que a pesar de haber estado tan sólo medio año en el poder, asesinó a miles de judíos y deportó a otros tantos a campos de concentración. Se les ordenaba quitarse los zapatos y, una vez tiroteados, sus cuerpos caían al río. Cerca de 80.000 judíos fueron asesinados aquí.
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El edificio del Parlamento de Budapest es el tercero más grande del mundo después de la Casa Rosada Argentina y el Parlamento de Rumanía. Fue construido en el siglo XIX en estilo neogótico y se trata probablemente del edificio más conocido de la ciudad. Está inspirado en Westminster y el ala que da al Danubio tiene nada menos que 268 metros. Es orgullo de la nación. Para construirlo se convocó un concurso que ganó Imre Steindl. Aún así, los otros dos proyectos finalistas también se acabaron construyendo en la fachada contraria al Danubio, y hoy en día albergan el Ministerio de Agricultura y el Museo Etnográfico.
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Vista desde la orilla de Buda
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Otra perspectiva desde la plaza
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Museo Etnográfico (y uno de los diseños finalistas para el concurso del edificio del parlamento)

Reservar la visita al Parlamento

Para poder entrar al parlamento es necesario reservar la visita guiada, porque no se puede ver por libre. Para ello es conveniente reservar con antelación en la página oficial, ya que las entradas se agotan pronto. [Tip: Hay que ser muy cuidadoso porque hay varias páginas falsas de venta de entrada, hay que asegurarse de que sea la oficial] Hay diversos tours en diferentes idiomas a lo largo del día. Menos mal que íbamos con reserva porque cuando llegamos las entradas estaban agotadas. Hay que tener en cuenta que en determinadas ocasiones el parlamento puede cerrar para celebrar asambleas o en fechas señaladas.
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La entrada al Parlamento se hace por estas escaleras
Al entrar hay que esperar el turno que tienes, que va por idiomas. Nuestro pase era para las 13:45.
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Entradas agotadas para todo el día
La entrada al recinto se hace por una escalera lateral dorada, decorada con vidrieras y frescos.
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Escalera de acceso
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Detalle de la decoración del techo
Desde allí se accede a la planta principal, que sigue la temática dorada en su decoración.
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Planta principal
La sala de la gran escalinata es imponente, ricamente decorada con oro, estatuas y columnas de granito prácticamente únicas en el mundo. El techo está adornado con varios frescos. 
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La gran escalinata
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Decoración de la gran escalinata
De ahí nos pasaron a la Sala de la Cúpula, donde se guardan los tesoros más preciados de la nación: la Santa corona húngara, el orbe y la espada. Se trata de unos los objetos de coronación más antiguos de Europa. Se encuentran custodiados por dos soldados 24 horas al día y no se puede hacer fotos en esta sala. Al día siguiente veríamos una réplica de estos tesoros en la Iglesia de Matyas. En cada pilar que sustenta la cúpula hay una estatua de un monarca húngaro.

En la antesala de la antigua cámara alta encontramos estatuas de artes y oficios típicos húngaros, así como una enorme alfombra hecha a mano.
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Detalle de las estatuas
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Antesala de la cámara alta
Como curiosidad, a las puertas de la Cámara Alta existen varias filas de ceniceros para que los parlamentarios dejasen sus puros y lo retomasen al salir, para lo que estaban numerados.
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Y ya por fin se visita la Cámara Alta, vestigio de la época en la que había dos cámaras en funcionamiento. Actualmente hay sólo una en funcionamiento y no se puede visitar. En esta antigua cámara en vez de asambleas hoy se dan conferencias y charlas. Sin duda, una de las salas más impresionantes del parlamento.
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Antigua Cámara Alta
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Detalle de la decoración
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Los asientos de la cámara
 La visita no dura mucho, unos 45-50 minutos. A pesar de toda la grandiosidad del edificio, a mi me decepcionó un poco. Y es que nuestra guía era un poco sosa y el interior me pareció, de alguna manera, desolado.

Al terminar, y como llovía, tomamos un tentempié en la propia cafetería, un gulash bastante aguado y muy picante (Parliament Cafe: mi crítica en Tripadvisor aquí).
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Para terminar la tarde nos acercamos a la Plaza de la Libertad, plagada de monumentos conmemorativos a la liberación de la ciudad, a la lucha contra el comunismo soviético, etc.
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Momumento conmemorativo a la liberación de Budapest por los soviéticos
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Memorial a las víctimas de la ocupación alemana
Tras esta visita paseamos por las calles de los alrededores, nos relajamos tomando un café y nos volvimos a cenar al hotel. Nos había sobrado mexicano del día anterior y nos pusimos las botas :P

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