Caldas da Rainha día 3: Palacio de Mafra y Aldea Típica José Franco
Mafra
Nuestro tercer día por la región centro de Portugal lo dedicamos a Mafra y su espectacular palacio, una visita que yo particularmente tenía muchas ganas de hacer. Y sí ,efectivamente el Palacio Nacional de Mafra impone y domina toda la ciudad. Pero no es sólo un palacio, sino un conjunto de palacio, basílica, convento y jardín que está declarado Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.
El edificio iba a ser en origen un convento, que el rey Juan V le prometió a su mujer María Ana de Austria si le daba un descendiente. Los reyes se habían casado en 1708 y su primer descendiente llegaría tres años después, en 1711. Pocos años después se inició la construcción del conjunto. Portugal vivía un momento relativamente bueno, pues al poco de nacer el rey se había descubierto oro en cantidades ingentes en Brasil. Así, finalmente se amplió la obra y se terminó diseñando un suntuoso palacio también. Aun así, nunca fue residencia oficial de ningún rey, si no más bien un lugar de paso o de caza.

El edificio por dentro, en realidad, poco tiene que ver. Cuando la familia real portuguesa huyó a Brasil en el siglo XIX para escapar de la invasión francesa por parte de Napoléon, se llevaron los mejores muebles y obras de arte. Después se le dio diversos usos, así que algunas de las reconstrucciones de las habitaciones no son las originales.
El recorrido comienza por el hospital y la farmacia. En un principio su uso era para los monjes, pero a finales del siglo XIX se usó también como hospital psiquiátrico, una vez expulsadas las órdenes religiosas.

Ya en los apartamentos reales tenemos acceso a las dependencias del rey y de la reina. Ambos se encuentran comunicados por un vestíbulo, la Galeria da Bênção, con ventanas a la basílica. Sin duda uno de los lugares más especiales del palacio. Desde aquí el rey y la reina asistían a los actos religiosos.
![]() |
| Galería de la Bendición |
![]() |
| Vistas a la basílica desde la galería |
Mafra está muy cercana al mar y a Lisboa, es por ello que el mar se divisa desde todas las habitaciones de la fachada exterior.

El recorrido por las diversas estancias nos permite conocer alguno de los miembros de la casa real. Algunos con unos nombres tan regios que necesitaríamos varios renglones para transcribirlos, como en el caso del infante Don Luis María Fernando Pedro de Alcántara Antonio Miguel Rafael Gabriel...
![]() |
| Más de 10 nombres, no vaya a ser que falta abolengo xD |
También hay unas curiosas - y horteras- salas temáticas. Sin duda la Sala de Caza impacta, pues está totalmente decorada con astas, incluyendo la lámpara del techo. Esta decoración sin embargo no es original. Los trofeos estaban en otra parte del palacio y se acabaron juntando aquí posteriormente, ya cuando estaba instaurada la República.
![]() |
| Sala de Caza |
![]() |
| Detalle de la lámpara |
Una de las joyas del palacio llega al final de la visita a los apartamentos reales. Se trata de la biblioteca rococó, con más de 30.000 ejemplares y su propia colonia de murciélagos para mantenerla a salvo de los insectos.

Por último visitamos la basílica, un poco a prisa porque ya cerraba. La basílica, de cruz latina, tiene una altura considerable (que se aprecia mejor desde la galería del palacio). Mientras, desde abajo, no parece muy grande y da la sensación de estrecha precisamente por el contraste con la altura de los arcos. Cuenta con retablos de jaspe y numerosas estatuas de mármol.
![]() |
| Interior de la basílica |
Después de la comida (Restaurante Improvável: mi crítica en Tripadvisor aquí) aún estuvimos un rato más admirando el palacio y sacando más fotos, esta vez, con sol.

Aldea típica Jose Franco
No sé muy bien cómo localizamos esta Aldea típica Jose Franco cerca de Mafra y nos pareció una buena idea para visitar con las niñas. Se trata de una aldea con casas típicas, todas hechas de barro por el escultor Jose Franco. Su idea era construir una aldea como la de su infancia, una forma de preservar sus recuerdos y al mismo tiempo, darle carácter educativo para las generaciones venideras.
Dentro de la aldea hay granjas, molinos, iglesias, escuelas y casas típicas. Además en el interior de las casas se muestran algunas profesiones como zapatero, alfarero, costurera... También hay un museo con la obra de José Franco.
Dentro de la aldea hay granjas, molinos, iglesias, escuelas y casas típicas. Además en el interior de las casas se muestran algunas profesiones como zapatero, alfarero, costurera... También hay un museo con la obra de José Franco.

Y ya por último hicimos una visita panorámica a Ericeira, conocida por sus grandes olas y por ser destino de surf mundial. Había estado en el radar para visitar, pero por culpa del mal tiempo lo fuimos postergando y al final nos conformamos con ver el mar embravecido en uno de sus miradores. Quedará para explorar en otro viaje.
Así terminamos nuestro viaje, ya que el día siguiente fue puro de viaje de vuelta. Tan sólo paramos a comer ya cerca de la frontera con Galicia (Restaurante O Cantiho da Queijada: mi crítica en Tripadvisor aquí)

















0 comentarios