Entradas de la Alhambra
Ese día era nuestro último día en Granada y lo teníamos enteramente reservado para visitar la Alhambra como colofón final de un maravilloso viaje. Al final por poco no la vemos por culpa de los malditos tickets...Reservar los tickets de la Alhambra
Para visitar la Alhambra no es necesario reservar, pero si muy aconsejable, ya que se corre el riesgo de ponerse a la cola y encontrarse con que se han vendido todos los tickets. Por eso nosotros preferimos llevarlos ya reservados con días de antelación. Nos había costado mucho conseguirlos, ya que al ser Semana Santa la demanda era muy alta. Los tickest se compran en esta página, y básicamente hay dos grandes grupos de entradas:- Entradas DIURNAS:
- Entrada con visita a los palacios Nazaríes: Para visitar los Palacios Nazaríes, la parte más conocida y visitada de la Alhambra, es preciso que te asignen una hora. Antes y después de esa hora no se puede acceder al Palacio, por eso es importantísimo presentarse a la hora para que no te pase el turno. Dentro de esa hay varias opciones:
- Alhambra general: Ésta da derecho a visitar Alcazaba, Palacios Nazaríes, Palacio del Generalife y Jardines, Palacio de Carlos V y Baño de la Mezquita.Estaba agotada para toda la semana.
- Alhambra + Fundación Rodríguez Acosta: Es igual que la entrada general pero da derecho también a visitar la Fundación mencionada y es un pelín más cara. Fue la única que pudimos conseguir, con entrada a los palacios a las 11:30
- Entradas sin visita a los palacios Nazaríes:
- Alhambra Jardines, Generalife y Alcazaba: Esta da derecho a visitar toda la Alhambra salvo los Palacios Nazaríes.
- Entradas NOCTURNAS: Existen varias entradas según el monumento que quieras ver, pero no hay una nocturna "general" para todo el conjunto.
A parte, por supuesto, se pueden hacer visitas guiadas con cualquier agencia, que es también una opción bastante recomendable para enterarse bien.
Retirar los tickets de la Alhambra
Cuando compras los tickets lo que te dan es un número de reserva y una confirmación por e-mail, pero no los tickets en sí. Éstos sólo se pueden sacar en las taquillas del monumento o bien en los cajeros de la Caixa, pero única y exclusivamente de la Comunidad de Andalucía. Habíamos sido previsores y los habíamos sacado el día anterior en el cajero al lado del hotel, para no hacer colas después en la Alhambra. Los tickets habían estado en mi cartera todo el día mientras fuimos de excursión por la Alpujarra, y no usé mi cartera para nada ese día.
Visitando la Alhambra
Camino a la Alhambra sin las entradas
Por eso íbamos todos confiados y alegres, hasta que llegamos a la cola de entrada y los malditos tickets no aparecían por ninguna parte. Ni en mi cartera, ni en mi bolso, ni en bolsillos, mochilas o chaquetas. Era IMPOSIBLE. Y eran mi responsabilidad. Pasamos 10 minutos registrando todos los bolsos, y después preguntando si podíamos obtener un duplicado o algo. Nos dijeron que si no teníamos las entradas era imposible acceder al monumento. No podían hacer duplicados y ya no había entradas para ese día. Estábamos vendidos.
Me pareció indignante la poca trazabilidad de las entradas, ya que yo sí tenía el resguardo de haber retirado las entradas, los códigos, etc. Pero a ellos el papel no les valía porque decían que una vez retiradas desparecían del sistema y no podían ver de quien eran. Vamos, que cualquiera puede entrar con tu entrada porque no es nominativa y no tienen manera de saberlo. Imaginaos lo que se pasaba por mi cabeza en ese momento. Había traído a la familia hasta allí casi exclusivamente para ver la Alhambra y no íbamos a poder verla, y aún por encima yo ya la había visto, con lo que realmente les estaba fastidiando a ellos más de lo que me fastidiaba a mí.
Mi suegra apostó por volver al hotel y registrar las maletas y la habitación, pero me parecía una opción inútil, ya que era imposible que estuvieran allí. De todas formas nada teníamos que hacer allí, así que cogimos un taxi y volvimos al hotel.
Las habitaciones ya estaban limpias y preparadas para los siguientes huéspedes (habíamos hecho el check-out por la mañana) y no habían encontrado nada. Mientras yo recorría los pasillos preguntando a las limpiadoras, Mr. Knook registraba las maletas y, no sé ni cómo, aparecieron entre un montón de papeles de entradas y visitas de los días anteriores. A día de hoy sigo preguntándome cómo llegaron hasta allí. En fin, lo importante era que ya teníamos las entradas y que faltaba menos de media hora para la hora de nuestra visita a los palacios, así que cogimos otro taxi, entramos por una de las muchas entradas sin pasar por la cola general y fuimos corre que te corre hasta la zona de los Palacios para ponernos a la cola de nuestra visita. Habíamos llegado por los pelos. Por suerte la entrada iba con retraso, así que aún tuvimos tiempo de dejar los abrigos en la taquilla para andar un poco más libres (y es que por la mañana hacía frío, pero a mediodía hacía un calor horrible).
La Alhambra era una ciudadela dentro de la propia ciudad, formada por jardines, palacios y una fortaleza donde se encontraba el Gobierno del Reino nazarí. Está enclavada en un lugar privilegiado, domina todo el resto de la ciudad y al mismo tiempo se integra en el paisaje. De hecho por fuera es bastante espartana, en contraste con las ricas ornamentaciones del interior. Desde allí las vistas eran espectaculares, y podíamos ver todo el Albaycín y el Sacromonte.
Me pareció indignante la poca trazabilidad de las entradas, ya que yo sí tenía el resguardo de haber retirado las entradas, los códigos, etc. Pero a ellos el papel no les valía porque decían que una vez retiradas desparecían del sistema y no podían ver de quien eran. Vamos, que cualquiera puede entrar con tu entrada porque no es nominativa y no tienen manera de saberlo. Imaginaos lo que se pasaba por mi cabeza en ese momento. Había traído a la familia hasta allí casi exclusivamente para ver la Alhambra y no íbamos a poder verla, y aún por encima yo ya la había visto, con lo que realmente les estaba fastidiando a ellos más de lo que me fastidiaba a mí.
Mi suegra apostó por volver al hotel y registrar las maletas y la habitación, pero me parecía una opción inútil, ya que era imposible que estuvieran allí. De todas formas nada teníamos que hacer allí, así que cogimos un taxi y volvimos al hotel.
Las habitaciones ya estaban limpias y preparadas para los siguientes huéspedes (habíamos hecho el check-out por la mañana) y no habían encontrado nada. Mientras yo recorría los pasillos preguntando a las limpiadoras, Mr. Knook registraba las maletas y, no sé ni cómo, aparecieron entre un montón de papeles de entradas y visitas de los días anteriores. A día de hoy sigo preguntándome cómo llegaron hasta allí. En fin, lo importante era que ya teníamos las entradas y que faltaba menos de media hora para la hora de nuestra visita a los palacios, así que cogimos otro taxi, entramos por una de las muchas entradas sin pasar por la cola general y fuimos corre que te corre hasta la zona de los Palacios para ponernos a la cola de nuestra visita. Habíamos llegado por los pelos. Por suerte la entrada iba con retraso, así que aún tuvimos tiempo de dejar los abrigos en la taquilla para andar un poco más libres (y es que por la mañana hacía frío, pero a mediodía hacía un calor horrible).
Puerta del Vino, acceso a la Medina de la Alhambra. |
La Alhambra era una ciudadela dentro de la propia ciudad, formada por jardines, palacios y una fortaleza donde se encontraba el Gobierno del Reino nazarí. Está enclavada en un lugar privilegiado, domina todo el resto de la ciudad y al mismo tiempo se integra en el paisaje. De hecho por fuera es bastante espartana, en contraste con las ricas ornamentaciones del interior. Desde allí las vistas eran espectaculares, y podíamos ver todo el Albaycín y el Sacromonte.
La muralla del Albaycín. |
Albaycín y el mirador de San Nicolás, al fondo. |
Palacio Nazaríes
Los palacios se construyeron en el siglo XIV y se componen del Mexuar, el Palacio de Comares, el Palacio de los Leones y las Habitaciones del Emperador. La Alhambra pasó a ser residencia real en 1238 con Muhammad ibn Nasr, convirtíendose en el primer monarca del reino nazarí. Con la llegada de la realeza la Alhambra vivió su época de mayor esplendor. Yusuf I y Mohhamed V reformaron, ampliaron y construyeron nuevos palacios, mientras que Carlos V construyó las habitaciones del emperador y el palacio que lleva su nombre.Exterior de los Palacios Nazaríes. |
Puerta de acceso a los Palacios. |
Detalle de la decoración del Mexuar. |
Detalle de la decoración del techo. |
A través de la galería contigua, llamada Cuarto Dorado por la decoración de su techo, se accede al patio donde el sultán recibía en audiencia. En el extremo opuesto de este patio se alza la fachada del Palacio de Comares, que constituía la residencia oficial del sultán. Por la puerta de la derecha se accedía a las dependencias privadas del sultán y su familia, mientras que la puerta de la izquierda conduce al Patio de Comares.
Patio del Cuarto Dorado y fachada del Palacio de Comares. |
La alberca del Patio de Comares o Arrayanes. |
Sala de la Barca |
Salón de los Embajadores |
Detalle de la decoración. |
La famosísima fuente |
Detalle de loas columnas del Patio de los Leones |
A un lado del patio nos encontramos con la Sala de los Abencerrajes, la alcoba del sultán, de la que destaca la magnífica cúpula mocárabe en forma de estrella de ocho puntas, absolutamente espectacular.
La característica cúpula de la Sala de los Abencerrajes. |
Detalle de la cúpula. |
Cúpula de la Sala de los Reyes. |
Detalle de la decoración. |
Cúpula de la Sala de las Dos Hermanas |
Mirador de Daraixa. |
La cubierta de cristales de colores. |
Después se sale por el Patio de la Reja para acabar la visita a los Palacios Nazaríes.
Generalife
El Generalife abarca el palacio de recreo de los antiguos sultanes nazaríes, sus jardines, y un extenso conjunto de terrenos que se usaban mayormente como huertas. Para llegar desde los Palacios Nazaríes hay que hacer una pequeña caminata a través de los huertos y jardines que forman un parque público, y que hace un paseo realmente agradable. Además hay partes del paseo cubiertas con arbustos, que daban una sombra muy agradable. El olor a flores impregnaba todo el ambiente, y desde luego todo el conjunto parecía un pequeño paraíso, tal y como pretendían sus creadores.Para cuando llegas a la zona del Generalife, los Palacios Nazaríes se divisan a lo lejos. Y es que antiguamente esta zona estaba fuera de la ciudad de la Alhambra, y era el lugar de retiro de los sultanes cuando querían alejarse de las rigideces de palacio.
Vistas de los Palacios, al fondo, desde el Generalife |
En la parte occidental hay un pequeño mirador que da a la Alhambra.
Después se accede a la Sala Regia, el Patio del Ciprés de la Sultana y los Jardines Altos, desde los que hay muy buenas vistas.
Vistas de Granada. |
Jardines del Generalife. |
Escalera del agua, con acequias a modo de pasamanos. |
Alcazaba
Tras visitar el Generalife visitamos la Alcazaba. Una de las cosas que menos me gustaron de toda la visita es que cuando entramos no nos dieron ningún plano ni folleto para orientarnos y conocer mejor el lugar. Nos tuvimos que descargar una guía en el móvil para poder tener alguna idea. Sé que había folletos y mapas porque veíamos a la gente con ellos, pero nosotros no encontramos ninguno en todo el recorrido. Suponemos que se los darían en taquilla al recoger las entradas. En fin, que vale la pena llevar una audioguía o incluso contratar a un guía para apreciarlo mejor.La Alcazaba es la construcción más antigua del recinto, ya que primero comenzó siendo una zona militar y de defensa. Se accede por la Plaza de Armas, que conserva restos de las antiguas edificaciones que formaban una pequeña ciudadela.
Plaza de Armas |
Interior de la Alcazaba. |
Vistas de los Palacios Nazaríes (de frente) y el Palacio de Carlos V (derecha) desde la Alcazaba. |
Vistas de la Carrera del Darro, Albaycín y Sacromonte. |
Vista de la Carrera del Darro y de Granada. |
Vistas de Sierra Nevada. |
Palacio de Carlos V
Tan sólo nos faltaba para concluir la visita conocer el Palacio de Carlos V. Este palacio lo construyó el emperador como su residencia, pero no consta que llegase a habitarlo. De hecho, su construcción se abandonó en el siglo XVII y no se terminó hasta el siglo XX, para recuperarlo como museo. Por fuera es de planta cuadrada, pero su interior sorprende por su patio circular de dos plantas rodeado de columnas.Exterior del Palacio de Carlos V |
Patio interior circular. |
Vistas desde el segundo piso. |
Iglesia de Santa María de la Alhambra |
Puerta de la Justicia |
Parque que rodeaba la Alhambra. |
0 comentarios