Llegada a Estocolmo

Al igual que nos había pasado con el viaje a Praga, este viaje fue totalmente improvisado. Lo decidimos y planeamos en apenas 15 días, ya que con la incertidumbre de mis oposiciones y los estudios de Mr. Knook no podíamos planear nada con antelación. Así que cuando Mr. Knook terminó su curso y parecía que contábamos con un par de semanas libres curioseamos varios vuelos con una clara idea en mente: pasar el Midsommar en Estocolmo. Y tuvimos suerte porque encontramos unos vuelos decentes con tan poca antelación :)

Como siempre el primer vuelo de conexión fue el de primera hora de la mañana, lo que nos permitió ver amanecer desde el avión. A las 14:00 llegábamos al aeropuerto de Estocolmo sin ningún problema, e hicimos la conexión con el Arlanda Express, que en menos de 20 minutos te acerca al centro de la ciudad y que tiene una frecuencia de paso muy buena [Tip: Aunque este tren es muy caro frente al autobús, tarda mucho menos y en Midsommar y en otras fechas señaladas tienen descuentos que abaratan mucho el precio del billete. Por ejemplo a nosotros nos costó 350 SEK (35€ aprox) los dos cuando normalmente el billete individual ya vale 30€].

En la estación central de Estocolmo, la T-Centralen, enganchamos con el metro y ya nos quedó claro lo poco barata que iba a ser la ciudad. Un billete de metro costaba más de 4€ al cambio ¡un dineral!. Además los abonos de varios días no nos compensaban :(

Llegamos sin mayor problema hasta nuestro hotel, con una habitación pequeña pero con una gran ventaja, teníamos un balconcito que daba a la calle y nos daba la vida también (Hotel Crystal Plaza: mi crítica en Tripadvisor aquí).

Recién aterrizados en el hotel

Tour Gratuito

Después de dejar las maletas nos fuimos directos hasta la Plaza Sergel, pues íbamos a aprovechar la tarde para apuntarnos al tour gratuito en español que empezaba a las 16:30.

El punto de encuentro era en lo alto de las escaleras de la plaza justo enfrente de la parada de metro T-Centralen. Allí esperaba una chica de padre mexicano y madre sueca que vivía en EE.UU y que iba a hacernos de guía llamada Consuelo. En esta ocasión el tour no nos gustó tanto como los que habíamos hechos en Praga y Berlín con la empresa Sandemans. Esta era otra empresa y aunque el método es el mismo (te hacen un tour y luego tu das la voluntad si te ha gustado) no nos gustó mucho ni la guía ni el itinerario. A la guía era difícil entenderla a veces porque tenía un acento muy cerrado, y la visita guiada por Gamla Stan tenía poca chicha, así que algunas paradas fueron un poco chorra.

Suecia y Estocolmo

Los primeros minutos del tour nos dieron una pincelada de la historia de Suecia, los suecos, el Midsommar y otras costumbres típicas de los holmenses (sí, los habitantes de Estocolmo se llaman así, yo tampoco lo sabía). Estocolmo es una ciudad formada por 14 islas que en sueco se llaman holmen. Está situada entre el lago Mälaren y el mar Báltico. Al principio se trataba tan sólo de la isla de Gamla Stan, pero en el siglo XV bajo el mando del Rey Gustavo Vasa empieza a expandirse y ganar peso como potencia internacional hasta convertirse en el imperio dominante en el norte de Europa. Sin embargo sus vecinos daneses, rusos y noruegos no estaban demasiado contentos con las conquistas suecas, y se aliaron para contrarrestar el domino sueco dando lugar al conflicto de la Gran Guerra del Norte, en la que Suecia saldría derrotada y cedería su posición dominante a la Rusia de Pedro I "El Grande".

Plaza Gustavo Adolfo

La primera parada del tour fue la Plaza Gustavo Adolfo (Gustav Adolfs Torg), presidida por una estatua ecuestre de este rey, y rodeada de varios edificios como el Palacio de la Ópera, el Ministerio de Asuntos Exteriores, el Parlamento, etc.

Plaza de Gustavo Adolfo, al fondo a la derecha, la ópera.

Parlamento de Suecia

Gamla Stan

Después nos dirigimos hasta el puente Riksbron para cruzar hasta la isla de Gamla Stan, que significa "ciudad vieja" en sueco.

Allí nos acercamos hasta el enorme edificio del Palacio Real Sueco (Kungliga slottet), residencia oficial de los reyes. Es un edificio enorme pero la verdad es que visto por fuera no llama demasiado la atención salvo por su tamaño. Después de haber visto palacios despampanantes en Rusia y Alemania este era bastante más sobrio. Al día siguiente lo visitaríamos por dentro.

A unos metros del palacio se encuentra el Järnpojke o niño de hierro, la escultura más pequeña de la ciudad. En invierno se le suele abrigar con gorro y bufanda, pero al ser verano nos la encontramos tal cual.

También cerca se encuentra una réplica de la estatuta de San Jorge y el dragón, cuyo original está en la catedral.

Y sin duda la plaza más bonita de Gamla Stan, Stortorget, con sus características casitas de colores estrechitas y donde se pone el mercadillo navideño en navidad. Alrededor se encuentran varios cafés y restaurantes donde se puede tomar algo mientras se admira la plaza, y aquí está también el Museo Nobel, dedicado a estos premios.

La siguiente parada fue Marten Trotzigs Gränd, la calle más estrecha de Estocolmo, de tan sólo 90 centímetros. Las farolas de la calle prácticamente tocaban entre una casa y otra.



Las callejuelas de Gamla Stan eran preciosas, llenas de recovecos, pasadizos, preciosas tiendas o pintorescos cafés.


También nos acercamos a uno de los canales enfrente del Palacio Real, desde donde se podían apreciar diferentes edificios.

Palacio Real

Desde allí se divisaba el edificio principal del Museo Nacional de Arte (Konglig Museum), que desgraciadamente está en obras hasta 2018 y no pudimos visitar.

Finalmente volvimos al hotel andando por Drottninggatan, una calle peatonal comercial muy animada. Desgraciadamente, fue también en esta calle donde tuvo lugar el atentado con camión del pasado abril.

Noches blancas

Pero por supuesto una de las cosas por las que habíamos ido a Estocolmo fue para ver las noches blancas. Aunque no es uno de los mejores lugares para verlo, aquí también se nota. Por ejemplo, esto era lo que se veía a las 22:30: no acababa de anochecer y aunque no se veía el sol no había completa oscuridad, sino un crepúsculo que duraba toda la noche. Alrededor de las 2 o 3 de la madrugada volvía a amanecer poco a poco. Y por supuesto cada vez que me despertaba por la noche iba a echar un vistazo a la ventana a ver qué pasaba por el cielo xDDD