Londres Día 1: Llegada, Hyde Park, Oxford Street

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Vuelo a Londres

Nos dirigimos al aeropuerto con una mezcla de alegría y nervios, era nuestro primer viaje solos y nuestro primer viaje al extranjero. También era el primer viaje en avión para Mr. Knook. Después de los atentados del 7J en Londres el año anterior, todo andaba un poco revuelto y, además recientemente habían abortado una cadena de atentados en aviones en la que presuntamente el explosivo líquido iría camuflado en botellas de refresco. Resultado: unas medidas de control férreas y la prohibición de subir líquidos a bordo. Aún así mis preocupaciones eran dos: que no nos perdiesen las maletas que habíamos facturado (un miedo común en primerizos) y que no me pusiesen pegas por el equipaje de mano, ya que la maleta que tenía excedía un poquito las medidas reglamentarias. Por suerte no tuve problemas con ninguna de las dos cosas.

El avión salía a las 11 y llegamos a Londres a las 12, hora local, tras dos horas de vuelo. Volamos con Ryanair y accedimos al avión andando por la pista, porque en Santiago no usan el finger. Me sorprendió que todo el trayecto los pilotos nos informaban sobre el retraso o adelanto sobre la hora prevista de llegada. Lo malo era que nadie hablaba castellano, y eso que el apellido del auxiliar de vuelo -anteriormente conocido como azafata/o- se apellidaba "Souto" (más gallego, imposible). En el avión había unos portugueses que iban a ver al Oporto y que no paraban de levantarse, de beber whisky y de gritar, cuando las luces nos indicaban que debíamos permanecer con el cinturón abrochado. Qué mal lo pasé en ese momento... (Y que inocente era, con tan sólo medio vuelo a mis espaldas, hoy estoy curada de espantos).

El momento mirar por la ventana del avión era toda una novedad y obligatorio sacarle fotos.
Inside the plane

Inside the plane

La primera: en la frente. Confusión de destinos

Aterrizamos en el aeropuerto de Stansted sin novedad. Una vez con las maletas yo ya estaba tranquila. Cogimos un ticket del Stansted Express, el tren que conecta el aeropuerto con la ciudad. La chica que me atiendió me preguntó si quería el billete hasta hasta Liverpool Street o hasta Tottenham Hale. Y yo, toda confianza la respondí que hasta Tottenham Hale. Bien, cuando bajamos en Tottenham Hale, uno de los portugueses señaló donde estábamos en el mapa del metro...¡y casi me da un soponcio!. ¡Me había confundido Tottenham Hale con Tottenham Court Road, y estábamos más lejos del hotel que si hubiésemos bajado en Liverpool Street!

Al final, cogimos el metro y nos bajamos en Oxford Street para buscar el hotel (Alexandra Hotel: mi crítica en Tripadvisor aquí). que estaba en Sussex Gardens, aparentemente cerca de donde estábamos (según el mapa). Después de dar mil vueltas y no encontrarlo, intentamos preguntar a la gente de la calle, pero en vano, porque nos ignoraban. Menos mal que una chica americana nos dio alguna directriz, y al final dimos con él. El hotel no era gran cosa, pero para lo que íbamos a usar (fundamentalmente para dormir y nada más) nos servía bien y estaba muy bien situado, así que en ese sentido nos nos podíamos quejar.

Conociendo Hyde Park y Oxford Street

Tras dejar las maletas en el hotel volvimos a bajar enseguida, estábamos deseando conocer la ciudad. Nuestra idea era ver Hyde Park, que quedaba muy cerca del hotel, aunque realmente lo que vimos fueron las fuentes de Kensington Gardens, un parque real situado al lado de Hyde Park y que antiguamente eran los jardines privados del Palacio de Kensington. En este palacio residieron varios miembros de la familia real, inclusive la Princesa Diana -Lady Di-. Actualmente es la residencia de los Duques de Cambridge, William y Kate. Lo que más nos sorprendió -a parte de la temperatura, ya Londres tiene fama de lluviosa como Santiago y hacía calor- fueron las ardillas, acostumbradas a estar con las personas. Ya eran las cinco de la tarde y aún no habíamos comido nada desde el desayuno, así que después de un rato nos fuimos a Oxford Street y comimos en un Deep Pan Pizza. El chiste era que por unas 6 libras podías comer todo lo que quisieras (bebidas aparte).  Al ser nuestro primer viaje recién salidos de la Universidad y sin trabajo todavía, el presupuesto era escaso, así que había que estirarlo al máximo. Fundamentalmente había pizza, pero yo también di cuenta de unos macarrones con queso, unos nachos y ensaladas varias.
Hyde Park
Nuestras primeras fotos de viaje, así, sin ton ni son. Qué novatillos.
Hyde Park
Una Santiaguesa flipando en la gran ciudad.
Hyde Park
Buckhill Lodge, una casa victoriana para alquilar en pleno Kensington Gardens. 
Después de reponer fuerzas paseamos por Oxford Street, una de las calles comerciales más famosas de Londres. Vimos las tiendas de Bershka, Zara, Mango, Apple, Marks & Spencer... ¡Nunca había visto tantas tiendas juntas ni tanta gente! Obviamente, todo nos llamaba la atención, en especial la cantidad de gente que había por allí. Coincidía además con la hora de regresar del trabajo a casa, así que caminar por la acera resultaba hasta difícil, ya que había hordas de gente que caminaban en sentido contrario al nuestro y teníamos que ir atentos a esquivarlos y no perdernos porque literlamente nos engullían. Toda una experiencia para nuestro primer día que nos agobió un poco.
Oxford Street
Como buenos gallegos encontrar un Zara en el extranjero y cotillear los precios es uno de nuestros pasatiempos xDDD
Entramos en algunas de las tiendas a echar un vistazo, ya que la variedad era abundante y queríamos curiosear los diferentes artículos que se podían adquirir aquí. Entre otros, entramos en Marks & Spencer, una multinacional británica parecida a El Corte Inglés. Nos entretuvimos en varias de sus plantas, especialmente en el supermercado, donde cogimos algunas chucherías para tomar en plan postre al llegar en el Hotel.

Finalmente, volvimos al hotel deshaciendo el camino de ida, fijándonos en las tiendas y restaurantes que había y en las típicas casas victorianas que tanto nos gustaron.

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