Londres día 3: Bristish museum, St. Paul's Cathedral.

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Primera experiencia en el metro

Hoy iba a ser un día muy emocionante para mí. Íbamos a ir al Museo Británico y al fin podría ver en vivo y en directo alguna de las maravillas del antiguo Egipto (lo que más me interesaba sin lugar a dudas) y otras de Grecia y Roma. Como teníamos los pies destrozados del día anterior, esta vez decidimos coger el metro para llegar hasta allí. Lo malo es que la estación de metro más cercana al hotel estaba en obras, la siguiente más cerca era Paddington, pero no nos servía porque nosotros teníamos que coger la central line para llegar hasta Holborn. Así que al final tuvimos que ir andando hasta la estación de Marble Arch, unos 15 minutos nos llevó llegar hasta allí, sufriendo por nuestros pies.

Decidimos comprar un bono para todo el día, ya que era lo más práctico. Pagándolo una sola vez podías ir en metro o en bus las veces que quisieras (con algunas excepciones). Mr. Knook nunca había montado en metro. Yo había ido en Madrid cuando era pequeña, pero apenas me acordaba porque había pasado mucho tiempo. Por eso todo nos sorprendía, para nosotros era todo nuevo. A mí me encantaban especiamente los avisos:

-Next Station is Oxford Street, change here for the Victoria line and the Bakerloo line.
-Please mind the gap, between the train and the station.

Había otros en plan vigila tus bolsas, si ves alguna bolsa sospechosa, por favor avisa a los trabajadores del metro, que ya no eran tan divertidos.

Museo Británico

Nos bajamos en Holborn y seguimos las señales hasta llegar al museo. Al verlo después en el vídeo que grabamos, descubrí que las farolas de los pasos de peatones parpadeaban cuando alguien iba a cruzar, algo que nos pareció muy práctico.

El Museo Británico es uno de los más importantes y controvertidos del mundo. Su extensísima colección abarca piezas de Egipto, Roma, Grecia, Mesopotamia, América... Es especialmente significativa su colección del Antiguo Egipto, la más importante del mundo después de la del Museo Egipcio del Cairo. Como apasionada de todo lo relacionado con el Antiguo Egipto era la parte que más me interesaba (si alguien, allí mismo, me hubiese dicho que 6 años después estaría en el Cairo no me lo hubiera creído).
British Museum
Entrar en el museo es gratuito y, al contrario que en Westminster o en la National Gallery, aquí sí se podían grabar y sacar fotos. No sólo eso, si no que se podía tocar las piezas (sarcófagos, estatuas...). Una de las cosas que más nos llamó la atención, porque nunca habíamos visto ningún museo donde se pudiera hacer eso.

La primera parada y la primera foto no podían ser otra que la piedra de Rosetta. No os podéis imaginar la ilusión que me hizo tenerla ante mis ojos. Como sabréis esta piedra contiene un texto escrito en 3 idiomas distintos: griego, egipcio demótico y jeroglíficos egipcios. Aunque fue descubierta en 1799 no fue hasta 20 años más tarde que el francés Champollion consiguió descifrar la escritura jeroglífica y con el permitir conocer una parte de la historia que hasta entonces permanecía inaccesible para nosotros.
British Museum
Piedra Rosetta
Otra de las cosas que me hizo mucha ilusión fue descubrir un trozo de la barba de la Esfinge de Guiza. Sí, esa a la que se aferraba Obelix y que por su peso, caía.
British Museum
Perilla de la Esfinge de Giza.
Pero no sólo de Egipto vive el hombre, así que nos afanamos para poder visitar prácticamente todas las salas, desde la antigua Grecia, Roma, Persia, Asia, Sudamérica...
British Museum
Estatuas romanas
2116 - British Museum
Mosaicos romanos
British Museum
Esculturas del Partenón en Grecia

Como en la National, también había gente en las salas dibujando las diferentes piezas. Y como es uno de los museos más famosos de Londres, la cantidad de visitantes era importante. De hecho, en algunas salas, apenas se podía uno mover para conseguir ver los objetos.

A las 14:00, con los pies ya hechos puré, nos detuvimos a comer en la cafetería del museo, que se encontraba en el precioso patio central. Una ensaladita (un poco insípida, eso sí) y un trozo de tarta (yo de choco y Mr. Knook de toffee) nos bastaron para reponer fuerzas y descansar un rato. De beber, Nestea de frutas del bosque, por aquello de probarlo, pero era demasiado dulce.
British Museum British MuseumDespués de comer, seguimos recorriendo las demás colecciones que nos faltaban. Estuvimos casi 5 horas recorriendo el museo. ¡Era infinito! Al final ya no podíamos más, teníamos un dolor de pies horribles y nos dolía la espalda de estar tanto tiempo de pie. Hicimos una parada en la tienda de recuerdos para traer una escarabajo de la suerte y unas momias de chocolate y nos fuimos, ya no podíamos asimilar más arte por el momento.
British Museum
Parte de la colección asiática
British Museum
Moai de la Isla de Pascua (Chile)

St Paul's Cathedral

Salimos del museo y deambulamos por las calles. Llegamos hasta la zona de Covent Garden, aunque no hicimos ninguna foto. Después seguimos andando y casi sin querer llegamos hasta Chinatown, pero curiosamente aquí tampoco hicimos ninguna foto.

Andando, andando, al fin llegamos hasta nuestra siguiente parada, la Catedral de St. Paul. Esta catedral es la segunda catedral cristiana más grande de Europa, sólo por detrás de la Basílica del Vaticano. Durante casi 300 años fue el edificio más alto de Londres, con sus 111 metros de altura. Es por ello que uno de sus principales atractivos es, precisamente, las vistas desde la cúpula. En su interior se han celebrado funerales y bodas. La más famosa: la boda del Príncipe Carlos y Lady Di.
St. Paul Cathedral
Presidiendo la entra se encontraba una estatua de la Reina Victoria ataviada con cetro, corona y orbe dorados, símbolo del poder real.
St. Paul Cathedral


La entrada es de pago, y pagando un suplemento más se podía subir a lo alto de la cúpula, cosa que ni dudamos. El interior es bastante bonito, pero no permiten hacer fotos.

La ascensión a la cúpula se hace por tramos. La primera parada que se hace tras recorrer 259 escaleras de caracol y de "mind your head" es la Whispering Gallery o cúpula de los susurros. Su nombre se debe a que (supuestamente) un susurro en un lado de la galería se escucha perfectamente al otro lado, que está a 32 metros de distancia. Subiendo 119 escaleritas más (y ya llevamos 378) se llega a la Stone Gallery o la cúpula de piedra, desde donde se pueden divisar Londres tras unos barrotes de piedra.
St. Paul Cathedral
Vistas de la Tate Modern desde la Stone Gallery
St. Paul Cathedral
Mi cara de agotada a esas horas y después de la subidita
  St. Paul Cathedral Pero las mejores vistas de todo Londres sin duda alguna estaban subiendo 152 escalones más. Es decir, un total de 530 escalones para llegar a la Golden Gallery o cúpula dorada. Desde aquí obtenemos una vista en 360º de todo Londres.  Se divisa perfectamente el Parlamento, la Tate Modern (justo enfrente de la catedral), el Tower Bridge...
St. Paul Cathedral
Río Támesis y London Eye, a la izquierda.
St. Paul Cathedral
Tate Modern y Millenium Bridge desde la Golden Gallery.
St. Paul Cathedral
Tower Bridge
St. Paul Cathedral St. Paul Cathedral El día tocaba a su fin, así que nos dirigimos al hotel para descargarnos de cosas. Para cenar fuimos a un pub cerca del hotel llamado Sawyer's arms donde probamos  el fish & chips y un roastbeef. Todo estaba bastante bueno y el local era muy agradable, así que tuvimos una buena cena.
Pub Sawyer´s arms
Pub Sawyer´s arms
Roastbeef con patatas y verduritas
Pub Sawyer's Arms
Fish & Chips

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