Costa Azul día 1: Saint-Tropez, Port Grimaud y Grimaud

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 Saint-Tropez

Nuestro primer día de visitas en la Costa Azul lo comenzamos por Saint-Tropez, ya que era la ciudad más cercana a nuestra base. Queríamos empezar con calma el viaje, así que no nos planteamos más que pasear y ver lo que nos cuadrase, sin agobios. 

La verdad es que nos esperábamos un pueblo sin encanto y totalmente vendido al turismo y nos llevamos una sorpresa. Aunque sí había calles comerciales con las marcas más lujosas y cafeterías con precios desorbitados, también encontramos rinconcitos de lo más encantadores y restaurantes con precios no demasiado lejanos a los gallegos.
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Rincones de Saint-Tropez
Salimos del hotel a las 10 sin desayunar con la idea de hacerlo allí. Para llegar a Saint Tropez hay que seguir la carretera que bordea la costa, razón quizá por la que es una de las ciudades que todavía conserva parte de su encanto rústico. Por ello también es frecuente que haya atascos y mucho tráfico, así que un trayecto de una hora puede llegar a doblarse. También habíamos leído que podía ser complicado aparcar, pero al final encontramos un parking muy céntrico en la Place des Lices a 3€/hora. [Tip: Aunque suelen ser caros, los parkings de la Costa Azul en general están bien. Nuestro coche de alquiler era un semi-SUV de 7 plazas y, salvo los accesos que pueden ser algo angostos, después estaban bien acondicionados y eran espaciosos]. 

Después de aparcar y callejear un poco ya era la hora de comer. [Tip: En Francia se come temprano comparado con España, el horario de los restaurantes suele ser de 12 a 15 y si llegas a las 14:30 pueden no darte de comer porque falta muy poco para el cierre, que cumplen a rajatabla]. Como en Francia es muy normal y más económico el plat do jour (plato del día) fue lo que escogimos. El plat do jour es parecido al menú del día español. Normalmente por el precio incluye sólo el plato principal, pero en algunos sitios puede incluir también algún entrante y/o postre. La bebida se paga aparte salvo el agua, que es de jarra y es gratuita. Aprovechamos para probar alguna especialidad local como la ensalada nizarda y los moules frites que nos gustaron mucho (Restaurante Le Peché Mignon: mi crítica en Tripadvisor aquí).
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Moules frites (mejillones con patatas fritas)
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Ensalada nizarda
Saint-Tropez era en principio un fuerte militar, cosa que atestigua su ciudadela. Tuvo también un papel destacado en la II Guerra Mundial. Posteriormente, la población fue bajando de la ciudadela -en lo alto- hasta la costa para las actividades pesqueras y así derivó en un pueblecito de pescadores olvidado. A partir de los años 50, con el cine y Brigitte Bardot, se puso de moda como ciudad de vacaciones...y hasta hoy. Sin embargo, la ciudad vieja conserva parte de su encanto original, en forma de casitas con fachadas de colores ocres y naranjas.
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Plaza del Ayuntamiento
La zona del puerto es muy animada, llena de cafeterías, heladerías y, sobre todo, magníficos y lujosos yates para ver y ser visto.
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Fachadas típicas
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Camino al faro
Las calles comerciales Rue Gambetta, Sibile y Allard también están llenas de gente. Allí se encuentran las marcas más famosas del mundo, tanto francesas como italianas. Ropa, joyería, relojes...pero también tiendas de artesanía, cuadros, decoración... A nosotros nos llamó la atención una pastelería donde cogimos varias piezas de bollería típicas: croissants y pain au chocolat(una delicia en Francia), un éclair y una tarta tropézzienne. Todo exquisito.
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En la Place des Lices, el corazón de la ciudad, se vislumbra la vida en Saint-Tropez más auténtica: puestos de comida, atracciones, gente jugando a la petanca... Nos entretuvimos viendo el juego de petanca y, como no, también hubo que dejar que la mayor se montara en las atracciones un par de vueltas. Mientras tantos, cogimos comida para llevar para cenar y de paso probar más cosas típicas. No pudimos resisitirnos a llevar un trozo de pissaladière, una pizza-tarta con anchoas y aceitunas negras que estaba riquísima. También cogimos quiche y un poco de tabulé. Después nos montamos en el coche rumbo a Port Grimaud.

Port Grimaud

Port Grimaud es una localidad totalmente artificial construida en el siglo XX y conocida como "La Venecia provenzal" (Ni un sólo país sin su "Venecia" particular xD). La idea era hacer una "Venecia francesa", una ciudad donde cada persona tuviera su casa y su barco amarrado. Para ello se acondicionaron las marismas y se construyeron los edificios buscando la estética provenzal. Hay prácticamente tantas casas como muelles y 7 km. Sus habitantes son personalidades célebres -léase ricas-, banqueros, empresarios, etc. En 2002 se catalogó como "Patrimonio del siglo XX" por el Ministerio de Cultura francés. Puede gustarte u horrorizarte. O un poco de ambas.

Al llegar debes dejar el coche en su extensísimo aparcamiento porque en Port Grimaud, como en Venecia, los coches no pueden entrar. 
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La entrada a Port Grimaud
En efecto, la manera de moverse por Port Grimaud es, obviamente, el barco. Puedes llegar a pie a ciertos sitios, pero realmente está pensada para moverse por los canales. Hay muchas compañías que ofrecen recorridos en barco tipo vaporetto, pero también se pueden alquilar barquitas para 2-4 personas por horas.
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Canales de Port Grimaud
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Los barcos, omnipresentes en Port Grimaud.

Grimaud

Visto Port Grimaud nos volvimos al coche y subimos hacia la montaña, a Grimaud. Es un pueblecito encantador de los muchos que se encuentran en la Costa Azul. Lamentablemente, fue el único que pudimos visitar porque no nos dio el tiempo para más (el otro al que pudimos llegar, volviendo de Mónaco, nos fue imposible aparcar y tuvimos que desesistir). 

Grimaud nos pareció de postal. Tiene unas vistas espectaculares de toda la costa, calles empedradas llenas de flores y un castillo medieval. Tan de postal que nos quedó mucha pena de no haber visto la verdadera esencia de esta zona, y si algún día repetimos visita será para ver todos estos pueblecitos que nos quedaron en el tintero.
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Vistas de la costa desde Grimaud
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Iglesia de Saint-Michel
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Calles de Grimaud I
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Calles de Grimaud II

Castillo de Grimaud

El castillo de Grimaud data del siglo XI. En aquel entonces Grimaud era la ciudad más grande de la zona. Todos sus habitantes vivían en el recinto del castillo. Después se fue expandiendo. Hoy en día el castillo está en ruina y se puede visitar libremente. La entrada es gratuita. Las vistas desde lo alto son impresionantes.
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Torre del castillo
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Interior en ruinas
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Vistas I
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Vistas II
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Vistas del pueblo desde el castillo
A las afueras de la ciudad hay un antiguo molino, junto al cementerio, que data del siglo XVI.      
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Tormentas en la Costa Azul

De vuelta a Tolón, donde hacíamos base, nos pilló una tromba de agua brutal seguido de una gran tormenta. Por desgracia, las tormentas eléctricas son habituales en agosto y septiembre. A veces son muy intensas y peligrosas, ya que las acompaña la lluvia torrencial y puede inundar algunas zonas. Nosotros tuvimos suerte de que sólo nos pilló la última media hora de regreso, cuando algunas partes de la carretera empezaban a ser intransitables porque bajaba el agua de la montaña a modo de torrente. Otra tormenta nos despertaría dos días después...
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La tormenta desde el hotel

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