Grecia día 5: Rodas

by - 11:52

Rodas

Atracamos a las 9 de la mañana en Rodas, con lo que tuvimos tiempo para desayunar con calma porque no teníamos la excursión hasta las 10.  Desde el puerto ya se divisaban las famosas murallas de la ciudad, y según salimos a cubierta y abandona mos el aire acondicionado interior del crucero nos sorprendió enormemente el calor y la humedad presente en el ambiente, que apenas dejaba respirar. El termómetro marcaba más de 30 ºC y la humedad pasaba del 80%, con lo que la sensación de calor era agobiante.
Sin título
Vista de Rodas desde el barco
Sin título

Breve historia de Rodas

Rodas es una de las islas del Dodecaneso, un archipiélago formado por doce islas (de ahí el nombre), de las cuales Rodas es la más conocida y extensa, siendo su capital la ciudad del mismo nombre. En la antiguedad Rodas se conocía como Ofiusa, debido a la cantidad de serpientes que supuestamente tenía la isla. Aunque su historia se remonta a la edad de bronce, es en la edad media cuando tiene lugar el periodo más interesante. Los caballeros de la orden de San Juan buscaban una sede tras abandonar Italia con la persecución de los caballeros templarios, para lo que conquistaron Rodas en el siglo XIV con el beneplácito del Papa Clemente V. El Gran Maestre de la orden ejercía a efectos de príncipe de la isla, cargo que llegó a ser ocupado por un español Juan Fernández de Heredia.

Con la conquista de la isla por parte de los turcos, los caballeros se refugiaron en Italia primero y en Malta después, y Rodas fue pasando de manos desde los italianos a los alemanas hasta que después de la Segunda Guerra Mundial fue devuelta a Grecia.

Visitando Rodas

Comenzamos el tour por la ciudad medieval de Rodas, declarada Patrimonio de la Humanidad. Nuestra guía era una mujer de la que no recuerdo el nombre, pero hablaba un español perfecto, era muy simpática y controlaba muchísimo de Rodas y de historia, ¡una maravilla!. No dejó de comentar cosas durante toda la jornada, con lo que le sacamos mucho jugo a la visita. Primero nos adentramos por los muros hasta el barrio de Kollakio o barrio de los caballeros, donde se encuentra el Palacio del Gran Maestre, construido en el siglo XIV sobre una fortaleza bizantina y destruido por una explosión de munición en el siglo XIX. En la época de dominación italiana fue reconstruido en estilo medieval para el recreo del rey Victor Manuel III e incluso de Mussolini. El interior acoge una exposición sobre la historia de Rodas, pero no estaba incluido en la visita.
Sin título
Puerta d'Amboise de entrada a la ciudad medieval
Sin título
El antiguo foso de la muralla
Sin título Seguimos por la calle de los caballeros, una de las mejores conservadas de Europa, que acogía las posadas de las distintas nacionalidades de la orden (Aragón, Francia, Alemania...) Actualmente sólo susbsisten cuatro: Italia , Francia, Alemania y Provenza, cada uno de los cuales cuenta con su escudo identificativo.
Sin título
La adoquinada calle de los caballeros
Sin título
Escudo de las lenguas de la orden
Sin título
Vista de las posadas a lo largo de la calle
Sin título Sin título
Bajando la calle nos encontramos con el Hospital de los Caballeros, que hoy en día es sede del museo arqueológico y que también nos quedamos con ganas de visitar por dentro.
Sin título
Fachada del Hospital de Caballeros
Sin título
Detalle de la fachada
Sin título
Aunque el paseo por la ciudad medieval fue muy breve, lo cierto es que estábamos deseando que acabase porque el calor era absolutamente insoportable y todos queríamos volver al autobús con aire acondicionado. Chorreábamos sudor.

Lindos

Nos esperaba una hora de camino hacia Lindos, la antigua capital de la isla en la costa este. Pero antes nos pararon en el medio del camino para enseñarnos la cerámica y ver si comprábamos algo.

Sin título Sin título
La parada fue interesante por descubrir la copa de Pitágoras, una copa que sólo se puede llenar hasta determinado nivel, pues una vez superado éste la copa se vacía, por lo que obliga a beber con moderación.
Sin título
Llegamos a Lindos a la una de la tarde, desquiciados por el calor, y aún teníamos que subir a lo alto de la acrópolis, a 125 metros por encima del pueblo y que era lo que habíamos ido a ver.
Sin título
Lindos, con la acrópolis en lo alto
El ascenso se puede hacer andando o en burro, pero como los burritos nos daban penita lo hicimos andando y llegamos arriba exhaustos y sudando sin parar.
Sin título
taxi-burro de Lindos
Sin título
Menos mal que como teníamos que esperar a que subiera todo el grupo tuvimos unos minutos para recuperarnos. Eso sí, las vistas desde arriba eran espectaculares:
Sin título
Llegada al pie de la acrópolis
Sin título
Esperando al grupo con la cara congestionada, creo que no he pasado más calor en mi vida (36ºC, 80% de humedad, toda la ropa mojada del sudor)
Sin título Sin título
Por desgracia aún estábamos en la base de la acrópolis y aún nos quedaba otra pequeña subida, que hicimos después de las explicaciones de la guía a la sombrita.

Lindos fue fundada por los dorios, una de las principales tribus de la grecia antigua, en el siglo X a.c. En la acrópolis construyeron templos y edificios que durante la época medieval cayeron en desuso. Los caballeros de la orden de San Juan aprovecharon la elevación del terreno para construir una fortaleza con la que defender la isla de los ataques otomanos, que aún se conserva parcialmente hoy en día y por la que se accede al recinto arqueológico.
Sin título
Restos de la fortaleza medieval
Al pie de las escaleras de subida se encuentra el relieve de un Trirreme, una nave de guerra del siglo VII a.c.
Sin título
La subida a la acrópolis a mi se me hizo durísima, a pleno sol de mediodía y con el calor que hacía. No podía con mi alma y estaba deseando volver al autobús (tal vez los primeros efectos del embarazo, aunque por entonces ni lo sospechaba). Menos mal que Mr. Knook se esforzó con las fotos para que hoy pueda recordarlo bien xD
Sin título
Interior de la acrópolis
Del recinto destaca el Templo de Atenea Lindia, del siglo IV a.c., de forma similar al que se puede ver hoy en día en Atenas.
Sin título
Sin título
También destaca la stoa o pórtico que daba entrada al recinto, del que hoy en día se conservan las columnas y poco más.
Sin título Sin título
Y por supuesto las vistas de las calas, el mar y el pueblo son impresionantes.
Sin título  Sin título
Descendiendo por las escaleras helenísticas que datan del siglo II a.c. volvíamos al punto de partida, la Iglesia de San Juan, del siglo XII.
Sin título
Escaleras helenísticas (izquierda) y la Iglesia de San Juan (al fondo)
Sin título
Interior de la Iglesia de San Juan
La bajada hasta el pueblo es bastante traicionera porque las calles se componen de cantos rodados, así que había que bajar con cuidado para no resbalar.
Sin título
Como teníamos un poco de tiempo todavía aprovechamos para visitar la Iglesia bizantina de la Panagia, ya abajo, pequeñita pero preciosa. Eso sí, para entrar había que cubrirse piernas, hombros y demás partes pudentas, que con el calor que hacía fue un gran sacrificio. Además la persona que controlaba la entrada tenía bastante mala leche, y no te dejaba entrar si no estabas bien tapadito. Por lo menos tenían telas y chales para ello, aunque no os quiero ni contar con lo sudados que estábamos como quedó aquello...
Sin título Sin título
Montamos por fin en el autobús, pero el aire acondicionado no llegaba a nada porque no era nada potente, aunque por lo menos ya no estábamos al sol. Yo tenía toda la ropa empapada, hasta el bikini que llevaba por debajo porque después íbamos a ir a la playa, el pelo, me sudaba la cara por donde me apoyaban las gafas... HORRIBLE.
Sin título
Cara roja, cuerpo sudado, al borde de la deshidratación...
Tuvimos que sufrir otra hora más de calor hasta volver a la zona norte de la isla, donde teníamos previsto parar a comer y a darnos un chapuzón. Nos acomodaron en el buffet del Apollo Blue, un hotel en plena playa de Falirakis en el que pudimos disfrutar de un rico buffet de comidad griega, aunque a horas bastante tardías. Tampoco comimos demasiado para poder ir a disfrutar rápido de la playa. Aunque la piscina del hotel también tenía una pinta increíble no nos resistimos a probar las aguas del Mar Egeo.
Sin título
Y qué bien hicimos porque el agua turquesa era una delicia, estaba nada más y nada menos que a 26ºC. Nunca había estado en agua tan caliente pero al contrario de lo que se pueda pensar no te daba calor, si no que como estaba a una temperatura parecida a la del cuerpo ni te enterabas de que entrabas (no como en Galicia, que es todo lo contrario xD). Disfrutamos nadando la hora escasa que tuvimos y fue una gozada. Recuperé el ánimo y ya salgo con otra cara en las fotos xDDD
Sin título
Después el autobús nos dejaba de nuevo en la ciudad de Rodas, pero nos dieron la opción de bajar antes, en la ciudad medieval, en vez de acercarnos al barco. Teníamos apenas media hora hasta que zarpara el crucero, pero decidimos aprovecharlo y dimos un mini paseo por la ciudad antes de volver a embarcar. Nos dejaron fuera de las murallas, así que tuvimos tiempo para hacer algunas fotos de la playa y de la ciudad por fuera.
Sin título Sin título
La ciudad estaba muy animada y daban ganas de quedarse allí. La verdad es que la visita de Lindos fue interesante pero nos quitó mucho tiempo de ver Rodas y de disfrutar más la ciudad.
Sin título Sin título Sin título Sin título
Sin duda la parte más animada de la ciudad es la Plaza de Hipócrates, con su fuente turca, rodeada de restaurantes y tiendas.
Sin título
Plaza de Hipócrates
En la plaza destaca el edificio de la Castellanía, con su gran escalinata exterior que conducía al Tribunal Penal de los caballeros, mientras que su parte inferior era un mercado.
Sin título
Sin título Finalmente abandonamos la ciudad por la Puerta de Santa Catalina, con sus dos torres gemelas, inspirada en el Palacio del Gran Maestre.
Sin título
Nos despedimos de Rodas de camino al barco con un paseo alrededor de la muralla, deseando volver para conocerla con más detenimiento, nos había enamorado.
Sin título
Al llegar al barco cenamos en el restaurante y caímos rendidos, estábamos agotados de tantísimo calor.

¿Y el Coloso?

El Coloso de Rodas era (dicen) una de las siete maravillas del mundo antiguo. Se trataba de una estatua del dios griego del sol Helios de unos 30 metros de alto y que aparece mencionada en algunos escritos antiguos. Sin embargo no se sabe con exactitud si existió de verdad o no, ni tampoco su localización exacta. Especialmente por sus dimensiones hubiera sido difícil de construir y menos a la entrada del puerto como sugieren varias ilustraciones. Además también es sospechoso que no se haya encontrado absolutamente ningún resto arqueológico hasta ahora.

Te puede interesar

0 comentarios