Paris día 1: Arc de Triomphe, Place de la Concorde, Museo del Louvre

by - 18:00

Rumbo a Paris

Por fin, nuestro segundo viaje internacional juntos. Esta vez rumbo a la ciudad de la luz. Nos levantamos a las 5:30 de la mañana, ya que el vuelo salía a las 8:30 y la facturación abría sobre las 6. Llevábamos una maleta grande (en París hacía frío) y una más pequeña de mano. Al ir a facturar, la chica de la facturación se asustó y nos dijo que el equipaje de mano no cumplía las medidas.  Me la mandó meter en la dichosa cajita para comprobar. Entró sin problemas, aunque sobraban las ruedas. Me dijo toda borde que no cumplía el estándar y que pasaba bajo mi responsabilidad. Yo, ya asustada a esas horas de la mañana, le digo que entonces me la facture, pero me dice que no, que no voy a tener ningún problema, que si no me la dejan pasar entonces me la llevan a la bodega. Afortunadamente, no nos pusieron ninguna pega a la hora de subir al avión.

Volamos con Vueling, y he de decir que todo fue perfecto, muchísimo más amables que en Ryanair, y, además, hablaban en español. Nos ofrecieron periódicos durante el trayecto y caramelitos, y nos pusieron una cinta de Will & Grace y otra de la Pantera Rosa. Desde luego superaron mis expectativas, cuidaban mucho a los pasajeros (ahhh, qué tiempos aquellos, esto ahora ya no lo hacen)
In the plane
Sobre las 11 llegamos al aeropuerto Charles de Gaulle. Tuvimos que esperar bastante rato por las maletas, ya que había retraso en la entrega. El aeropuerto nos pareció bastante cutre para ser el aeropuerto principal de la ciudad, y es que parecía ya un poco viejillo. Tras recoger las maletas fuimos a información y pedimos la tarjeta Paris Museum Pass por 6 días, que nos costó 60 euros. Puede parecer caro, pero este pase te permite entrar gratis en casi todos los monumentos de Paris (salvo en la Torre Eiffel) y, lo que es más importante, sin hacer cola (y creedme, a pesar de ser finales de octubre, en los museos, en Versalles y demás había colas de más de 100 personas, así que nos vino genial).
Charles de Gaulle airport
Esperando las maletas en la terminal (se ve vieja, ¿no?)
Estábamos en la terminal 1 y cogimos el shuttle hacia la terminal 3, que es donde está la estación de RER, que viene a ser el cercanías de Francia. Primera cosa rara: no hay nadie en las taquillas para sacar los tickets. Preguntamos a un policía y nos dice que no funcionan las máquinas y que subir en el tren es gratis. Pues vale. Pa dentro vamos todos. Nuestro destino en París es la estación Gare du Nord, ya desde allí teníamos que enganchar con el metro hasta la estación Jaurès, que era donde estaba nuestro hotel. La verdad es que moverse por el metro parisino es un poco más difícil que en Londres, ya que las señalizaciones no ayudaban mucho, si es que las había.

La segunda cosa rara que nos pasó, es que tampoco en esa estación había gente en las taquillas, por lo que para sacar un billete había que recurrir a las máquinas. Pero las máquinas sólo admitían pago en efectivo con monedas (y no con billetes), y tarjeta de crédito Visa que estuviera provista con chip (y no con la banda magnética de toda la vida, con lo que a ningún español nos funcionaba ya que las tarjetas con chip se introducirían varios años después). Nuestra intención era comprar un bono de 10 billetes de metro, pero como costaba 10 euros, y no teníamos 10 euros en monedas, tuvimos que comprar un billete individual que valía 1,5 euros.

Tras el viaje en metro llegamos al hotel, (Abricotel: mi crítica en Tripadvisor aquí), pequeñito pero limpio. Con la recepcionista tuvimos que hablar en inglés, porque nosotros no sabíamos francés, y ella no sabía español. Después de dejar las maletas, estábamos listos para explorar.

Arco del Triunfo

Volvimos al metro y fuimos hasta el Arc de Triomphe, el famoso Arco del Triunfo. Desde allí abajo era impresionante. Enorme. Las fotos no le hacen justicia. Se contruyó a principios del siglo XIX por orden de Napoleón, para conmemorar la victoria en la Batalla de Austerlitz, en la que su ejército había derrotado a los ruso-autríacos. Mientra lo veíamos, aprovechamos para comer un bocata en uno de los puestos que encontramos por allí y no perder más tiempo. Si habéis estado en Roma probablemente os recuerde al Arco de Tito (nosotros no lo veríamos hasta el año siguiente), entre el Foro Romano y el Coliseo, y es que sus diseñadores se inspiraron en él.
Arc du Triomphe
Arco del Triunfo + hambrienta.
Las paredes de fuera se pueden apreciar distintos relieves y esculturas que representan momentos claves de la la era napoleónica y la república francesa.
Arc du Triomphe
Detalle del Arco del Triunfo
Arc du Triomphe
En sus paredes interiores podemos encontrar los nombres de líderes militaresde la época, así como nombres de los territorios conquistados, entre ellos muchos de España como Badajoz, Tarragona o Valencia.
Arc du Triomphe
Nombres de los líderes militares, los subrayados murieron en batalla.
Básicamente el Arco del Triunfo está en medio de la rotonda más grande de Europa, la antigua Place de l’Étoiledonde convergen 12 avenidas, la más conocida, sin duda, la de los Campos Elíseos. Desde arriba puedes ver todas las calles, pues hay un mirador más que recomendable. Lamentablemente no hacía muy buen día para ello, aunque nosotros subimos igual.
Arc du Triomphe
Vistas de los Campos Elíseos desde lo alto
Arc du Triomphe
Detalle del Louvre y la noria del Carrousel, al fondo.
Arc du Triomphe
Vista de la Torre Eiffel.

Campos Elíseos y Plaza de la Concordia.

Después bajamos andando por Les Champs-Elysées, los Campos Elíseos, la avenida que une el Arco del Triunfo con la Plaza de la Concordia. El romántico nombre proviene de la mitología griega, pues estos campos eran el paraíso para los héroes y virtuosos. Para ser una de las calles más conocidas y glamourosas, y a pesar de que algunos la apodan "la avenida más bonita del mundo" me decepcionó un poco, me la esperaba mejor, y es una avenida ancha pero nada del otro mundo. Eso sí, allí se encuentran todas las tiendas de moda y lujo que os podáis imaginar: Prada, Cartier, Louis Vuitton... y por supuesto Zara. Al final de la avenida se encuentra la  Place de la Concorde y su famoso obelisco. Durante la Revolución francesa y el posterior reinado del Terror se instaló aquí la guillotina, y aquí también fueron decapitados la reina María Antonieta y el rey Luis XVI. El obelisco fue traído del Templo de Luxor, en Egipto, a principios del s. XIX y data de hace más de 3.000 años (y si me llegan a decir que vería el Templo de Luxor in situ 5 años después no le hubiera creído).

En esta plaza se encuentra también la famosa noria, que se instaló para conmemorar la llegada del nuevo milenio a finales de 1999 y que se convirtió en una habitual de los inviernos parisinos desde entonces. Nos recordo inevitablemente al London Eye, sólo que en en este caso el recorrido tan sólo dura 10 minutos en lugar del os 30 de la de Londres. [Tip: La noria está montada aquí de noviembre a mayo, aunque el dueño está envuelto en una disputa legal sobre la ocupación de los terrenos y la quieren quitar]
Place de la Concorde Place de la Concorde

Una muy breve visita al Louvre

Atravesamos les jardins des Tuileries, o más simplemente, las Tullerías, hasta el Musée du Louvre.
El actual museo del Louvre se encuentra en el edificio del antiguo palacio real, sede de la monarquía francesa hasta que Louis XIV, el Rey Sol, decidió trasladarse al Palacio de Versalles, a las afueras de la ciudad. .
Tuleries
Arco del Triunfo del Carrusel
El complejo es enorme, con distintas alas, y en la última remodelación se le añadió la pirámide acristalada del medio para centralizar el acceso a los visitantes. La fila de gente esperando para entrar era muy larga, pero gracias a la Paris Museum Pass pasamos directos sin tener que hacer cola. Debido a su tamaño hay que planificar muy bien qué se quiere ver y qué no. Además es muy fácil perderse, porque no está precisamente bien indicado ni te facilitan ningún tipo de mapa con la entrada, o por lo menos no fue nuestro caso. [Tip: Es muy útil echar un vistazo a la página del museo para planificar la visita. En al web se pueden comprar las entradas de forma anticipada, descargas mapas e incluso reservar una visita guiada de las grandes obras maestras (sólo disponibles en inglés y francés)].
Musée du Louvre
El Louvre
Louvre
Pirámide de entrada al Louvre
La verdad es que nosotros lo planficamos muy mal (más bien, no lo planificamos, en aquellos primeros viajes íbamos un poco a la aventura, sin apuntar horarios ni hacer itinerarios) y casi no vimos nada. Deambulamos un poco por las salas dedicadas al Antiguo Egipto y, una vez que fuimos capaces de llegar hasta La Gioconda (y descubrir que es prácticamente imposible verla detrás de toda la gente que está haciéndose una foto con ella), nos avisaron por megafonía de que el museo iba a cerrar. Eran las 17:30. Así que rápidamente vimos La Balsa de la medusa de Géricault y La libertad guiando al pueblo de Delacroix. Antes también habíamos visto la Venus de Milo y un par de escultura egipcias, entre ellas una de Akhenaton.
Musée du Louvre
Escultura de Akhenatón, inconfundible.
Musée du Louvre
Más de la sección egipcia, que me quedé con ganas de ver.
Musée du Louvre
La Gioconda, detrás del cristal blindado, decenas de metros y rodeada de turistas.

Por desgracia no tuvimos más tiempo y habíamos gastado nuestra entrada incluida con la Paris Museum Pass. Si quisiésemos volver a entrar tendríamos que pagar y hacer cola alguno de los días siguientes, cosa que al final no hicimos porque nos entretuvimos con otras de las miles atracciones que ofrece la ciudad. Desde entonces tengo mucha ganas de volver a verlo en condiciones, con mapa y/o audioguía. Para cuando salimos, ya era de noche, y estábamos tan casados que nos fuimos directos al hotel. Había que coger fuerzas para el día siguiente.

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