New York, preparativos

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Un destino capricho

La idea del viaje surgió de forma casual. A principios de enero de 2011 iba a operarme de miopía y tenía un dinero ahorrado para ello. Pero el día que llegué al ambulatorio, cuando ya me habían puesto las gotas de anestesia en los ojos, en el último control me detectaron algo en la córnea del ojo izquierdo y el cirujano me dijo que no se podía arriesgar a operar. Tras esperar unos meses para ver si se pasaba me volvieron a decir lo mismo. Si os lo estáis preguntando es como una deformación córnea y no, no saben lo que es. Me dijeron que podía ser queratocono pero luego las pruebas no lo corroboran del todo, que puede ser un rasguño de rascar el ojo o algo, que puede que naciera con él o puede que no y que mientras no tenga mayores problemas visuales no parece nada grave. Menos mal porque en un determinado momento me llegaron a hablar de transplante de córnea (ay! madre, lo que lloré).

En resumidas cuentas, después del disgusto decidí hacer de mi capa un sayo y usar el dinero que había estado ahorrando para pegarme un capricho: un viaje a, por ejemplo, Nueva York. Además este mismo año cumplimos 10 años Mr. Knook y yo, así que qué mejor excusa (sobre todo para nosotros que no celebramos aniversarios jeje)

La búsqueda del vuelo y del hotel

En marzo empecé a buscar precios por todas partes, en internet, en agencias del corte inglés, de alcampo, del centro, etc. Pregunté a la gente que conocía y a la que no conocía también. Los precios eran carísimos. Cambié varias veces la fechas y los días de estancia intentando encontrar mejores ofertas pero nada. Cuanto más tiempo pasaba más subía el precio del billete, era desesperante. Yo prefería contratarlo a través de agencia porque así ya llevaba todo pagado de aquí y no tenía que andar preocupándome una vez allá de si tenía dinero, del límite del cajero o del límite de la tarjeta para pagar todo al final.
Al final una de las agencias del centro me conseguía un billete de avión más o menos bien de precio (600€ cada uno saliendo desde Santiago y con escala en Madrid) pero que tenía que ir asociada a una reserva de hotel. Reservamos por tanto el hotel también con ellos, el Hotel Carvi, por 1.800€ (9 noches a 200€ la noche, caro pero en pleno Midtown Manhattan y con buenas críticas). Ya teníamos todo reservado para irnos de viaje del 21 al 30 de Septiembre.

La autorización electrónica

A mayores tuvimos que pedir la ESTA (Electronic System for Travel Authorization o autorización de viaje y pagar 14$ cada uno por ello) sin la cual no te dejan entrar en los EEUU. Nos autorizaron sin mayores problemas. No es obligatorio llevarla durante el viaje, pero por si acaso yo llevaba unas copias de la autorización y el número de ESTA bien a resguardo. También renovamos los pasaportes e hicimos fotocopias, aunque la verdad es que teníamos la embajada española a dos manzanas del hotel.

Investigando foros, guías y mapas

Compramos la guía que todo el mundo recomienda en su edición en español porque está por zonas y es bastante extensa (una vez llegados allí nos dimos cuenta de que todo el mundo tenía esa en diferentes idiomas). Nos revisamos todos los foros y páginas (forodenuevayork, guiadenuevayork) y nos hicimos sus fans en facebook para mantenernos informados de las novedades en la city. Hasta me hice un mapa en Google Maps donde iba añadiendo todas las cosa que quería ver y todos los sitios donde quería comer (que por cierto es público).
También pedimos la New York Pass, un pase que compras y te da entrada a varias atracciones y, lo más importante, evitando colas. Al final no le dimos mucho uso salvo en los museos porque casi no había colas y muchas de las actividades no nos dio tiempo a hacerlas, pero en este caso más valía prevenir.

Así fueron transcurriendo los meses. A medida que se acercaba el día mi nerviosismo iba en aumento, era la primera vez que iba a ir en un vuelo transoceánico, la primera vez que salía del continente y tenía mil dudas (¿y si no me dejan entrar?, ¿y si pierdo el pasaporte?, ¿y si...?). El día antes hice copias de todo en papel y en pdf y me lo mandé a mi propio mail por si acaso. Sí, soy así de previsora/friki del control.

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