New York: The flight

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Volamos a Madrid en el primer vuelo del dia, que salia a las 7 de la mañana. Mi padre, que es un solete, se ofrece amablemente para llevarnos a las 5 de la mañana (gracias otra vez, pa!). La chica de Iberia a la que le dimos las maletas en el mostrador de facturacion miró el destino y nos dijo a modo de guiño que probablamente esas maletas pesarían mas a la vuelta. Y así fue, aunque no tanto, eh!

Llegamos a barajas a las 8 de la mañana. Tuvimos el tiempo justo para bajar del avión en la T4 y coger el tren que nos lleva a la T4S, aunque antes tuvimos que pasar un control de pasaportes, ya que la T4s es la terminal que se usa en los vuelos internacionales.

Los controles de seguridad del aeropuerto

Al llegar a la puerta de embarque vimos un letrero que decíaque los pasajeros tienen primero que ir a un puesto de American Airlines (la compañía con la que volábamos) para otro control de seguridad, así que allá que fuimos. La chica de seguridad nos coigó los pasaportes y las tarjetas de embarque y compruebó no sé qué en un ordenador. Después nos hizo unas preguntas como que cuántas maletas facturamos, qué equipos electronicos llevamos, si era nuestro o prestado, dónde estuvieron las maletas antes de facturar, etc. Para terminar nos dio el famoso formulario de aduanas, que yo me imaginaba varias hojas de color verde y resulta que es como una tarjetita pequeña para cubrir y dar en la aduana. Nos dijo que con una por familia ya llega (estrictamente hablando no somos familia porque no estamos casados pero por lo visto da igual). Nos dijo, además, que embarcaríamos en 45 minutos y que éramos el grupo 2.
0006 - Aeropuerto Barajas
El destino en las pantallas...¡qué ilusión!
Aprovechamos para ir a desayunar, pues desde las 4 de la mañana que nos levantamos yo solo había tomado un yogur y Mr. Knook nada. Yo tomé un bocata pequeño de jamón y un zumo de naranja y Mr. Knook una ensalada. Eran las 9 y 15 más o menos. Los aviones ya estaban esperando, y nosotros deseando embarcar.
0007 - Aeropuerto Barajas

Un avión demasiado pequeño y no demasiado cómodo


Cuando acabamos de desayunar vimos que la gente ya estaba haciendo cola en la puerta de embarque. Estaban llamando al grupo uno y momentos después llamaron al grupo dos, el nuestro. Al pasar el control para entrar otra chica nos cogió los billetes y nos volvió a preguntar por el equipaje, ¡qué pesados!.

Entramos en el avión y se nos cayó el alma a los pies cuando vimos que era más pequeño que el de Iberia en el que habíamos ido a Madrid. Los asientos estaban más juntos y es más cutre en general, desde luego no era lo que nos habíamos imaginado para nuestro primer viaje transatlántico... En cada asiento había una bolsita con una almohadita, unos auriculares y una manta pequeña tipo felpa. Del techo del avión colgaban varias pantallas donde pusieron peliculas a lo largo del vuelo (Thor y El discurso del rey) y alguna serie, pero se veía fatal, sobre todo lios que, como yo, estábamos en ventanilla, porque nos quedaban muy lejos. Finalmente despegamos a las 10 de la mañana rumbo a las Américas.

Intentamos ponernos a dormir pero fue imposible. Al poco de despegar pasaron las azafatas repartiendo bolsitas de snacks sabor mexicano (que olían a los Fritos de toda la vida) y a la hora repartieron la comida. Sí, ¡¡la comida a las 11 de la mañana!!! Preguntamos si la podemos tomar más tarde pero nos dijo que no, así que no nos queda mas remedio que cogerla. Hay dos opciones, pollo o pasta (chicken or pasta?), los dos elegimos pollo. También vuelven a pasar con el carrito un par de veces más ofreciendo bebidas (zumo, café, agua, refrescos, todo sin cargo).

La bandeja de la comida consiste en un poco de pollo con judias y arroz, una mini ensalada con lechuga, pepino y rábano, un bollito de pan, queso fundido, mantequilla, unos crackers, una galleta de jengibre y una botella enana de agua. Fuimos comiendo y las galletas y el bollo los guardamos para luego junto con los snacks que nos habían dado al principio.
0010 - En el avión Yo seguía intentando dormir, pero sólo lo conseguía a ratitos. También leí un poco (me llevé el Kindle pero prácticamente ni lo toqué en ninguno de los dos vuelos) y saqué el Netbook de Mr. Knook donde empecé a escribir algunas de estas líneas (pero luego lo abandoné y no lo volví a retomar en todo el viaje). Intenté ver alguna peli pero los auriculares se oían fatal. Desde mi ventana, lo único que veía es el inmenso océano. Cuando me levanté para ir al baño me fijé que las azafatas estaban dormidas en los asientos del final del avión. Aún faltaban unas tres horas. Yo seguía intentando dormir, aunque no era muy fácil con esos asientos tan incómodos...

Cuando faltaba una hora para aterrizar nos dieron la merienda: Una bocadillo de jamón y queso, patatas al vinagre, unos crakers y un poco de queso, un twix y unas gominolas de frutas rojas.0012 - En el avión 0013 - En el avión Por fin nos anuncian que vamos a aterrizar, el tiempo (nuboso), la nueva hora, etc. Aterrizamos.

El susto de la aduana

Nos bajamos del avión con nuestros pasaportes, la ESTA y el famoso formulario en la mano. Seguimos a la multitud, que inmediatamente nos llevó a la cola de aduanas, con varios puestos de funcionarios. Mientras hacíamos cola, un vídeo explicaba en español los procedimientos que vendrían a continuación.

Al fin nos tocó el turno. Primero fui yo. Le di al funcionario los pasaportes y el formulario de aduana y me hizo varias preguntas: por qué íbamos a nueva york (vacaciones) y cuántos días íbamos a estar (10). Después me pidió que pusiera los cuatro dedos de la mano derecha en un lector de huellas, después el pulgar y lo mismo con la mano izquierda. También me sacó una foto y por último me selló el pasaporte donde ponía "approved" y me deseó buena estancia. Bien!, ya estaba en EE.UU. El problema vino cuando le tocó el turno a Mr. Knook. Le hicieron poner los dedos de una mano, de la otro, la foto...pero en vez de sellarle el pasaporte lo único que le dijeron fue "You, office" y le señalaron una oficina al fondo a la izquierda.

Yo en ese momento no sabía qué hacer, si podía acompañarlo, si tenía que irme, pensé en las maletas y si ya habían salido... Al final fui detrás de él y no me dijeron nada. Llegamos a la oficina y le explicamos a un agente que lo habían mandado de fuera, asintió, cogió el pasaporte de Mr. Knook y le dijo que esperase. Nos sentamos en las sillas. Había más turistas también esperando, con lo que mi inicial preocupación disminuyó y comprendí que seguramente era un control aleatorio. Hicieron llamadas y consultaron datos en el ordenador. A los 5 minutos de estar allí, el que nos había dado entrada gritó el nombre y apellido de Mr. Knook y le dijo "adiós". Así que listo, ya podíamos ir a por las maletas.

Una vez con las maletas nos dirigimos a la salida, que estaba muy cerca. Más tarde entendí que cada terminal tiene su propia entrada y su propia salida, con lo que te evitas mucho tiempo en ir de un lado a otro, no como en otros aeropuertos en que hay una especie de hall por el que tienes que pasar sí o sí para ir a las distintas terminales. En la entrada ya había un montón de taxis, aunque varios taxis ilegales se ofrecieron por el camino. Un señor te iba distribuyendo en cada taxi, pero no había mucha gente. Vino nuestro taxi, le dijimos la dirección del hotel, que yo llevaba escrita por si acaso, y lo primero que nos dijo el taxista fue ¡que era el peor día para venir a Nueva York!.

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