Excursión a Padrón: Casa Rosalía, Pazo de Lestrove y Convento de Herbón

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 Casa Rosalía

Ahora que la mayor va al cole ya empieza a conocer un poco más del mundo que le rodea. En clase trabajan mucho pintores y escritores e imitan sus trabajos como forma de aprender divirtiéndose. En Galicia el 23 de febrero se celebra el día de nuestra poeta más universal y más querida: Rosalía de Castro. Hay diversas celebraciones que tienen lugar ese día, especialmente en los colegios. Por eso un día vino diciendo que podíamos ir a ver la Casa-Museo de Rosalía de Castro de la que le había hablado la profe. Por supuesto su mamá le concedió el deseo un poco más tarde, un finde en el que liamos a los abuelos para visitar no sólo la casa, si no también la villa de Padrón que es además lugar de muchos de mis recuerdos de infancia porque que mi familia materna es de la zona.
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Exterior de la casa-museo
Rosalía de Castro es sin duda la más excelsa escritora gallega de todos los tiempos y la más destacada poetisa del romanticismo español y de la literatura española en general. Sus poemas en gallego y en castellano recogidos en tres grandes obras (Cantares Gallegos, Follas Novas y En las orillas del Sar) son una lectura deliciosa. Su importancia en Galicia es indiscutible. Precisamente el día de las Letras Gallegas lo que celebramos es la publicación del primer ejemplar de Cantares Gallegos. En sus obras habla de la emigración, de la tierra y de los gallegos y lo hace magistralmente. Pero es que además dignifica la lengua, repudiada, desprestigiada y menospreciada hasta entonces (siglo XIX), y la eleva a una nueva dimensión en lo que se dio a llamar el Rexurdimento de la lengua y la literatura gallega. A pesar de su corta vida (murió de cancer a los 48 años) ha dejado para siempre una huella indeleble en el corazón de todos los gallegos que traspasa generaciones. La dulzura y a la vez crudeza con las que retrata nuestra tierra y nuestra gente es incomparable. Y sí, evidentemente, es una de mis escritoras favoritas ¿se nota? 
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Monumento a Rosalía en su casa-museo
La casa-museo es muy interesante y una visita imprescindible a poco que te guste Rosalía o quieras conocer un poco más de la vida en aquel entonces. Se trata de una casa en la que realmente vivió (y murió) la escritora. Aquí vivía con su marido -el también destacado Manuel Murguía- y sus hijos. La casa consta de dos plantas. En la planta baja se exponen ejemplares de su obra y algunas fotos que ayudan a entender la importancia de la figura de Rosalía. 
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En la primera planta se hace una recreación de una casa de la época entre labriega e hidalga. Retratos de la familia, ropa y algunos de sus muebles originales se encuentran aquí. Entre ellos, la cama en la que murió en 1885 y desde la que veía el mar (actualmente no se ve).
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En lo que era la antigua huerta de la casa ahora hay un pequeño jardín con algunos árboles singulares por su antigüedad. 

Padrón

Tras la sentida visita a la casa-museo nos fuimos a comer a Padrón, a uno de los establecimientos más típicos (Pulpería Rial: mi crítica en Tripadvisor aquí). Después recorrimos el Paseo del Espolón, un paseo fluvial bajo la sombra de los plataneros (aunque en esa época estaban pelados). En este paseo se celebra todos los domingos un animadísimo mercadillo que se extiende hasta la zona de la plaza de abastos y es aquí también donde se localizan las atracciones en una de las fiestas más célebres de Padrón, la pascua.
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Vista del Paseo del Espolón
Al final del paseo se encuentra la Iglesia de Santiago de Padrón, cuya singularidad reside en que bajo el altar mayor se encuentra expuesto el "pedrón" o piedra en la que supuestamente el Apóstol Santiago amarró su barca cuando arrivó a estas tierras. 
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Iglesia de Santiago, al final del Espolón.
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El pedrón, bajo el altar.
Y también al final del paso se encuentra el monumento a Rosalía, con una bonita dedicatoria a su "inmorrente" e ilustre vecina.
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Cruzando el puente sobre el río Sar nos encontramos con la Fonte do Carme, una curiosa fuente del siglo XVIII restaurada siendo rey Carlos IV según figura en la inscripción.
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No dejamos pasar la oportunidad de enseñarle a mis suegros nuestra casa familiar materna, hórreo incluido.
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Nuestro hórreo familiar

Pazo de Lestrove

Ya en la orilla de Lestrove visitamos también el Pazo de Lestrove, un antiguo plazo del siglo XVI que en el siglo XVIII pasó a manos de la iglesia para servir como mansión de recreo a los arzobispos compostelanos. Hoy en día es un hotel-restaurante en la que se celebran eventos como cenas de empresa, bodas o comuniones. Pero en su plaza se sigue haciendo la fiesta de la parroquia como es tradición.
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Pazo de Lestrove
Aledaño al pazo se encuentra una pequeña capilla, la Capilla del Santo Ángel de la Guarda donde se casaron mis padres :) 
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Como decía, desde el año 2006 se utiliza para eventos y tuvimos la suerte de que como ese día no había mucha gente nos lo enseñaron por dentro. El pazo tiene unos jardines enormes, una piscina y un apartado para los eventos como si fuera una carpa.
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También nos enseñaron la parte de hotel, que también nos gustó mucho porque está muy bien conservada y decorada acorde.
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El Convento de Herbón y los pimientos de Padrón

Por último, para acabar un día de lo más feliz y fructífero en familia rematamos en el Convento de San Francisco de Herbón, p Convento de Herbón más coloquialmente. La orden franciscana se instaló aquí en el siglo XIV. Aunque sólo pudimos ver la capilla porque la visita al claustro nos pillaba fuera de horas. 
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Al princio este convento era más modesto, pero fue ganando importancia al convertirse en colegio de misioneros. Según bula papal, nadie podría ir a misiones en América si no había estudiado en estos colegios. Esto le dio mucha autonomía y poder y además trajo otra característica de la zona, los famosos pimientos de Padrón (aunque la auténtica denominación de origen es pimientos de Herbón). Los franciscanos que recorrieron el nuevo mundo -se cree que desde México- importaron de allí un nuevo tipo de pimiento (jalapeños) que plantaron aquí y sobrevivieron al clima adaptándose en tamaño (más pequeño) hasta convertirse en los archiconocidos pimientos, y esa es la razón por la que uns pican e outros non. Como curiosidad, en toda la zona de Padrón al pedir una ración de pimientos siempre se sirven sin rabo, mientras que fuera de aquí los suelen poner con rabo porque da mucho menos trabajo.
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Se nos acababa la luz del día, así que aunque el río estaba muy cerca lo tuvimos que dejar para otra ocasión porque con las niñas se nos hacía muy tarde. La verdad es que nos quedó a todos muy buen sabor de boca porque fue un día de lo más variado, visitando, aprendiendo y compartiendo en familia.
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