Primer viaje con la pequeña Knook

Después de un verano de super relax por fin íbamos a hacer nuestro primer viaje con nuestra pequeña. Había nacido en abril, así que tenía casi 5 meses y nos sentíamos con la suficiente confianza como para enfrentarnos a un viaje por España en coche, que siempre hace más fácil toda la logística. Además fuimos con los abuelos, por aquello de compartir experiencias y hacer más llevadero el viaje.

El destino elegido fue País Vasco, al que le teníamos muchas ganas, especialmente los abuelos. Nosotros ya conocíamos Bilbao, pero queríamos conocer un poco más de Euskadi, especialmente San Sebastián y San Juan de Gaztelugatxe. Mis ganas de visitar este último lugar no eran por Juego de Tronos, si no que ya llevaba en mi mente desde que me lo recomendara un amigo hacía muchísimos años.

Paramos a comer a mitad de camino, en Luarca, Asturias. Dimos un pequeños paseo por el pueblo y comprobamos que estaba hasta los topes, todos los restaurantes estaban llenos y no nos daban mesa más que esperando mínimo una hora. Con la niña no queríamos estar tanto tiempo esperando, así que entramos en uno de los pocos sitios que parecían libres y por algo sería. Comimos un menú bastante pché para lo que es Asturias, más por salir del paso que otra cosa (Restaurante La Mariña: mi crítica en Tripadvisor aquí) y seguimos nuestro camino rumbo a Bilbao, que iba a ser nuestra primera parada.

Vista de Luarca

Ayuntamiento de Luarca

El resto del viaje se hizo un poco más complicado, porque la niña empezaba a estar harta de coche y tuvimos que hacer varias paradas cuando sólo nos quedaba una hora, así que esa hora se hizo un poco infinita y provocó que llegásemos a Bilbao prácticamente a la hora de cenar.

Nuestro hotel (Hotel NH Zubialde: mi crítica en Tripadvisor aquí) estaba justo al lado del estadio de fútbol de San Mamés, y también en el barrio de Indautxu, muy recomendable para ir de pintxos. Una cosa que nos llamó mucho la atención fue los horarios de los restaurantes, y es que cerraban mucho antes que en Galicia. Tal vez sea por la influencia francesa (aunque lo dudo porque en Galicia tenemos Portugal con horarios diferentes y no nos dejamos influir, con lo que a mi me gusta el horario europeo.), tal vez sea así sin más, lo cierto es que al ser un día de diario y aún siendo agosto la mayoría de los restaurantes cerraban a las 23:00. Por ello después de hacer el check-in y aparcar el coche fuimos a cenar sin más demora.

La verdad es que tuvimos mucha suerte y terminamos en un local muy agradable, con un personal de los más amable y una carta que nos hizo la boca agua. (Restaurante Bilau: mi crítica en Tripadvisor aquí). Aquí pudimos probar uno de los postres típicos vascos: el goxua, que es un bizcocho borracho con crema pastelera.

Anchoítas ricas, muy, muy ricas.

Entrecot

Surtido de postres

Una cosa que nos llamó la atención fue lo pronto que cerraban los locales, que parecían seguir un horario más europeo que español (lo cual me parece fantástico). Para cuando llegaron los postres la cocina estaba cerrando y a las 12 de la noche el local estaba más que cerrado, así que nos dirigimos al hotel para descansar y encarar con fuerzas el primer día de nuestro viaje.