Me desperté a las cinco de la mañana sólo para saber que estaba diluviando. Parecía increíble cómo había empeorado el tiempo después del magnífico día anterior. Yo seguí durmiendo esperando que escampase, pero a la hora de levantarse seguía igual. En los días anteriores me había preguntado cómo sería Venecia con lluvia, hoy tendría oportunidad de comprobarlo. Teníamos pensado ir de museos, así que en realidad la lluvia no nos importaba tanto.

La primera parada fue la Colección Peggy Guggenheim en Dorsoduro. Primero entras al jardín de las esculturas, con obras de Giacometti y Henry Moore entre otros. Un jardín precioso que hubieses sido aún más bonito con sol.

El jardín era muy bonito pero la colección era impresionate: Kandinsky, Miró, Ernst, Picabia, Rothko, Pollock, Magritte, De Chirico... Pero además tenía piezas de la colección Gianni Mattioli centrada en el futurismo italiano con obras de Russolo, Severini, Balla, Carrà...

Al salir llovía bastante, así que nos fuimos cerquita, al Palazzo Grassi a orillas del Gran Canal, que exhibe la colección de François-Henri Pinault (sí, el famoso marido de Salma Hayek y dueño del imperio PPR con marcas como YSL o Gucci). La muestra en exhibición era Madame Fischer, una impresionante puesta en escena con obras de Urs Fischer que nos encantó. Entre ellos estaba la polémica modelo desnuda en la recreación del taller de un artista. Pero además vimos obras de Jeff Koons, Giuseppe Penone, Takashi Murakami, Lee Ufan o Rudolf Stingel chulísimas también.

Eran las dos de la tarde y yo a esas horas ya estaba muerta de hambre, pero Mr. Knook insistió en ir a ver la Scuola Grande di San Rocco antes.

Por fuera no decía nada, pero por dentro nos maravilló. No dejaban hacer fotos, pero pinchad aquí y maravillaos también con la impresionante sala enteramente pintada (paredes y techos) por Tintoretto con historias del Antiguo y del Nuevo Testamento. Es la capilla sixtina en versión veneciana y sin estar llena de gente.

Sala superior de la Scuola. Foto: Scuola Grande si San Rocco.

Después visitar la Scuola hicimos una parada para comer en un café cercano (Impronta Café: mi crítica en Tripadvisor aquí), aunque ya bastante tarde. Tras la comida paseamos por Campo Santa Margherita y Dorsoduro.

Nos acercamos hasta Punta della Dogana, el otro museo de la colección François-Henri Pinault que exhibía la muestra In Praise of doubt. No nos gustó mucho, salvo un par de obras de Jeff Koons. Había muchas obras retorcidas y grotescas para mi gusto. Al volver a atravesar el Puente de la Academia nos encontramos con una sesión de fotos en pleno puente. Repitiendo fotos una y otra vez mientras la modelo repetía también los gestos una y otra vez. Una anécdota más.

Volvimos paseando por el sestieri de San Marco y vimos el Teatro de La Fenice por fuera, uno de los teatros de ópera más famosos del mundo.