Menos mal que ese día sí salió el sol y pudimos ver una perspectiva de la ciudad bien distinta, más alegre y luminosa. Aproveché para visitar a unos familiares, que ejercieron también de guías improvisados y nos llevaron a conocer algunos lugares donde aún no habíamos estado.
Dimos una vuelta por el paseo marítimo y vimos La Barceloneta mientras me juraban que normalmente eso estaba lleno de gente, pero que como era navidad mucha gente se había ido fuera.
Después subimos a Montjuic para una panorámica de Barcelona.
Como nuestro vuelo salía temprano, no tuvimos más tiempo que para una breve visita al Estadio Olímpico, construido para las Olimpiadas de 1992. Alli vimos el pebetero del que para mí ha sido el mejor encendido de la antorcha de la historia de los Juegos Olímpicos. Y para los que todavía tengan dudas, la flecha no entró porque no tenía que entrar, sino que pasa de largo, atraviesa el gas y enciende la antorcha para caer después en una zona de seguridad.
Después subimos a Montjuic para una panorámica de Barcelona.
Como nuestro vuelo salía temprano, no tuvimos más tiempo que para una breve visita al Estadio Olímpico, construido para las Olimpiadas de 1992. Alli vimos el pebetero del que para mí ha sido el mejor encendido de la antorcha de la historia de los Juegos Olímpicos. Y para los que todavía tengan dudas, la flecha no entró porque no tenía que entrar, sino que pasa de largo, atraviesa el gas y enciende la antorcha para caer después en una zona de seguridad.
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